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reportaje

El Hollywood más animal

Una familia dirige una finca con 380 animales salvajes domesticados en Santos de la Humosa. Los han convertido en «actores» de televisión

El Hollywood más animal Foto: isabel permuy / vídeo: P. prieto

tatiana g. rivas

No es en Los Ángeles del estado de Califormia, sino en el municipio madrileño de 2.400 habitantes de Santos de la Humosa (a 50 kilómetros de la capital) donde se encuentra el Hollywood más salvaje y animal.

No hay camerinos, pero sí amplias jaulas y muchos mimos. Oculto entre montes de pastos se halla la finca de Fauna y Acción que dirige una familia de navarros. Su amor por toda la diversidad animal les ha llevado a convertir su peculiar forma de vida en un negocio sin igual en toda España, con fieras trasformadas en actores para la pequeña y gran pantalla. En total cobijan a 380 animales de distintas especies:

Puma, pantera, canguro, serpientes, ciervos, monos, jabalí, ocelotes, rapaces, perros, gatos, ocas, cocodrilos, dromedarios, muflones, nutrias, especies innombrables ..., un verdadero arca de Noé a disposición de las productoras de cine y televisión. La gran estrella es, sin duda, Noa, una tigresa de bengala de apenas año y medio.

Un tigre en la cama

Sus cien kilos no han sido un obstáculo para que su cuidador, «Tete», el hijo pequeño de la familia, la amanse. Hasta tal punto que su pareja y él duermen a veces con Noa en la cama.

«Tete» muestra las imágenes en su móvil. En el pase de instantáneas se ve al felino compartiendo estancia con la pareja en distintas habitaciones. ¡Incluso recostado en un sofá de piel! «Han sido necesarias muchas horas, tirar muchos colchones para que consiga dormir en la cama. Ha habido que trabajar mucho con ella para que sienta que soy como su hermano», cuenta «Tete». Mientras, Noa recuesta su cabeza sobre sus muslos en busca de caricias de este joven.

La tigresa es la «actriz» que más dinero proporciona a Fauna y Acción. «De ella comen los otros cuatro tigres que tenemos», informan.

Tenerla un día en un rodaje cuesta alrededor de 6.000 euros, cuenta Augusto Peralta o «Tato», el mediano de los hermanos. Éste se encarga de las relaciones públicas y la administración de la finca. El último trabajo de Noa, el pasado mes de abril, fue para un anuncio publicitario de depilación láser. Trasladaron a la «pequeña» a Cabo de Gata (Almería) para grabar en la playa. Necesitaron alrededor de nueve horas para rodar el anuncio junto a un hombre y una mujer desnudos. Todo fue como la seda.

«La gente podrá pensar que es mucho dinero por un día, pero cuesta mantener toda esta finca y no piden a todos los animales para rodar», matiza «Tato». Los tigres, por ejemplo, necesitan 8 kilos de carne al día. Pero al margen de la alimentación hay que sumar la limpieza, el veterinario y los salarios de la gente que les ayuda a cuidarlos. Pero lo que más vale es el tiempo invertido para hacer de estas fieras, animales mansos. «Tete», por ejemplo, invierte 12 horas de trabajo con los animales y vive y duerme en la finca.

El secreto para domesticar

«El secreto está en criarlos desde pequeños. Pese a todo lo dóciles que puedan parecer, hay que tener presente que su instinto siempre está ahí», matiza Maribel Ayala, que, junto a su difunto marido Fernando Peralta, erigieron esta empresa familiar.

Maribel siempre tiene alguna cría en su casa. Les da el biberón hasta que puede llevarles a las instalaciones de Fauna y Acción. «Cada dos horas, como a los niños pequeños. No cuentes con dormir. Te tiene que gustar mucho para hacerlo. Implica mucho sacrificio», señala.

En estos momentos tiene en su vivienda una nutria de un año, un kinkajou y un mono capuchino, «Tico». A este último se lo ha llevado a la cita con ABC. Le saca de una caseta, con su pañal colocado, y abrazado a una manta. El animal se aferra a Maribel, que se lo cede a sus cuatro nietos, de entre diez años y año y medio de edad. Estos los miran desde su pequeña altura, fascinados. «He llegado a tener once cachorros en casa a la vez», dice con orgullo esta mujer.

Para Maribel, el animal que más le ha costado criar ha sido el canguro. «Se estresa mucho. Durante los dos primeros años de su vida se amamanta dentro de la bolsa de la madre. Así que para darle el biberón tenía que estar con los ojos tapados», sostiene.

Con Rodríguez de la Fuente

La familia Peralta Ayala no ha sufrido nunca un percance con los animales. Maribel muestra una herida en su brazo. «Esto es de la plancha», aclara entre risas.

Conocen bien el mundo animal. Toda su andanza comenzó cuando el esposo de Ayala, un escultor, encontró un halcón de Félix Rodríguez de la Fuente. Desde entonces, como amante de los animales, se empeñó en que el maestro de la fauna los orientara. Tanto fue así que se convirtieron en los responsables del Safari de Madrid durante 17 años. Sus hijos se criaron entre bestias. «Nuestros peluches eran leones, osos y animales de verdad», dicen.

En 1991 dejaron el Safari y montaron el Zoo Parque Grande de San Fernando de Henares. En 2004, la dueña del recinto no les renovó el arriendo y tuvieron que echar el cierre. Trasladaron a los animales a Santos de la Humosa y reinventaron su negocio, esta vez, sin abrir de cara al público.

El Hollywood más animal

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