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La nueva vida del Café Gijón

El mítico local, a punto de desaparecer hace un año, proyecta abrir una terraza de invierno para generar más ingresos

La nueva vida del Café Gijón víctor lerena

maría isabael serrano

Hace un año tenía un futuro incierto. Hoy no sólo se han despejado los nubarrones, sino que el local va a más. Los dueños del Café Gijón han decidido redecorar la terraza y cubrir una parte, a modo de velador, para que esté operativa en invierno. La terraza es la que hace más caja y hay que aprovecharla al máximo. Las obras, según ha sabido ABC , empiezan en octubre. Habrá 70 metros cuadrados cubiertos y otros 100 al aire libre. «Queremos tenerla lista para las próximas navidades», aseguran los propietarios.

Las caras de los empleados son de alegría. Tienen que bregar, como todos, contra la crisis pero mantienen sus puestos de trabajo. El verano pasado, por estas fechas, el negocio centenario pendía de un hilo. No sabían si podrían conservar la terraza interior. El Ayuntamiento había actualizado el canon en su normativa de Terrazas y Veladores y para la del Café Gijón se situaba en 67.000 euros anuales . Era más de lo que la propiedad del Gijón estaba pagando pero, echadas las cuentas, se podía pagar. Lo malo es que otro postor doblaba ese canon hasta los 140.000 euros. Competir se hacía casi imposible. Y sin terraza, el Café Gijón se quedaba sin el 70% de sus ingresos porque el restaurante y la cafetería interiores sólo aportaban el 3o% restante.

Así las cosas, y a punto de perder la terraza, la empresa Encarnación Fernández e Hijos advertía que no podría mantener abierto este «templo» de la cultura madrileña. Lo venderían. Estaba a punto de firmarse la sentencia de muerte del Café Gijón tal y como lo conocemos. En su lugar, ¿un banco? ¿un bazar chino? ¿una franquicia de comida rápida?... Podía haber pasado cualquier cosa. El café está en zona cara, pero privilegiada. Entre Cibeles y Colón. Muy cerca de la Puerta de Alcalá, del Retiro y del triángulo pictórico con el Prado , el Thyssen y el Reina Sofía .

Ayer volvimos al Café Gijón. Estaban los empleados que, hace un año, tenían caras de espanto y de angustia. No sólo había amenaza de cerrojazo sobre el local, sino que ellos podían perder su puesto de trabajo. Ayer estaban en él, con su mismo uniforme, con su misma profesionalidad, Ignacio, sirviendo cafés y aperitivos en la terraza «indultada»; Alejandro y Carlos, en la barra interior, y Gerardo, al frente de los fogones de la cocina.

Templo de tertulias

Echamos de menos a José Bárcena, 40 años de camarero y relaciones públicas del Gijón. «Está de baja por una operación, pero se incorporará pronto», nos decían sus compañeros. Bárcena era quien nos comentaba hace un año: «Somos un reclamo turístico a nivel internacional. Mucho más de cara a los Juegos Olímpicos de 2020», relataba en la bodega del Café Gijón, el «santuario» de las tertulias.

Por aquí han pasado la Generación del 27 -como Gerardo Diego-, la Escuela de Madrid, la Escuela de Vallecas, el grupo «El Paso», Benito Pérez Galdos, ... O se han hecho homenajes a Miguel Hernández. Cuentan que en una de las mesas que dan a la calle, entre cristales, o en la misma terraza exterior, se sentaba Pío Baroja y escuchaba, embelesado, a Madame Pimentón, una cantante callejera que imitaba a la francesa Edith Piaf.

Hoy, en el establecimiento del paseo de Recoletos respiran tranquilos. Pagan un canon anual de 70.000 euros. «Antes era de 42.000», recuerda uno de los propietarios. La concesión va de 15 en 15 años y es prorrogable hasta un periodo de 75. Ese horizonte da tranquilidad, qué duda cabe.

Bohemio y cultural

«Por eso nos vamos a meter con las obras de cerrar una parte de la terraza. Hay que sacarle el mayor provecho. Estamos en permanente contacto con los técnicos del Ayuntamiento para que no haya ningún problema y para ajustarnos a toda la normativa. Este es un establecimiento singular», recordaba ayer el portavoz de la empresa, que es familiar, y que también se pone detrás de la barra. «¡Y lo que haga falta!», exclama. Las obras del velador respetarán las características del establecimiento

Con la crisis, el Café Gijón ha ajustado precios. Hay menú del día por unos 15 euros. Aquí, las tarifas nunca han sido pequeñas. Nadie lo niega. Y cuentan con ello porque, dicen sus responsables, «es único». Y, también, una parte importante del patrimonio cultural, bohemio y emotivo que todavía conserva la ciudad de Madrid.

La nueva vida del Café Gijón

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