Diez pueblos de película en Madrid

El Cid en el castillo de Manzanares el Real

El castillo de Manzanares el Real fue uno de los escenarios que utilizó el estadounidense Anthony Mann para rodar en 1961 la película «El Cid», protagonizada por Charlton Heston, en el papel de Rodrigo Díaz de Vivar, y Sofía Loren, quien interpretó a Doña Jimena, prometida de «El Cid».

Por su belleza y por ser la fortaleza que mejor se conserva de toda la Comunidad de Madrid, la cinta de Mann no es la única que se ha rodado en este castillo del Siglo XV. «Coraza negra», con Tony Curtis de protagonista en 1954, o «El regreso de los mosqueteros», la última parte de la trilogía de Alejandro Dumas en 1989, son otros de los largometrajes en los que Manzanares el Real sirvió de escenario.

Orson Welles se enamoró en los sesenta de Chinchón

Orson Welles, cual genio que era, se anticipó a todos al descubrir Chinchón. En los años sesenta, cuando este pueblo del sur de Madrid era aún desconocido, él lo visitó y se enamoró para siempre. Quedó prendido de su Plaza Mayor o de su gastronomía -durante los rodajes comía todos los días en el Mesón Cuevas del Vino-.

Y claro, ese amor le llevó a rodar allí varias de su películas como «Campanadas a medianoche», en 1964, o «Una historia inmortal», en 1968. Antes, en 1956, «La vuelta al mundo en 80 días», dirigida por Michael Anderson y ganadora de cinco Oscars, también tuvo a Chinchón como escenario. Más recientemente, han sido las producciones españolas las que han elegido uno de los pueblos más turísticos de la Comunidad para rodar. «Lope» o «Pájaros de papel» son dos ejemplos.

Stanley Kramer, eternamente agradecido a Valdemoro

Cary Grant, Frank Sinatra, Rocío Dúrcal, Carmen Sevilla, Alfredo Mayo o Pepe Isbert han sido algunos de los actores que en el último siglo pisaron Valdemoro para rodar películas como «Orgullo y pasión» -1957-, «Más allá de las montañas» -1967-, «Sangre en el ruedo» -1969-, «La cera virgen» -1972-, «Marianela» -1972- o «La Lola se va a los puertos» -1993-.

El año pasado, el Ayuntamiento, a través del Archivo Municipal, quiso dar a conocer algunos de estos hitos en la historia local y puso en marcha «Valdemoro plató de cine». Entre las joyas de ese archivo figura un documento de 1957. En el cual se muestra como Stanley Kramer, director y productor de «Orgullo y pasión», entregó al Consistorio 1.000 pesetas en agradecimiento por las facilidades y la hospitalidad de los vecinos de Valdemoro durante el rodaje del film.

Talamanca del Jarama, escenario para más de 100 películas

En Talamanca del Jarama descubrir un rincón que no haya salido en la gran pantalla es casi imposible. La Puerta de Uceda se observa en la película «Los Energéticos» -1979-, el cementerio en «Los Clarines del miedo» -1958-, la calle del Viento en «Alatriste» -2006-, el arco mayor del Puente Romano en «Los cien caballeros» -1964-, el desván de la Cartuja en «Cónan el Bárbaro» -1982-... y así se podría seguir citando más de un centenar de películas que han tenido como fondo a este pueblo.

Allí todo tiene que ver con el séptimo arte. Los vecinos han salido innumerables veces como figurinistas; hay un festival anual; también una vez al año, se entrega a una personalidad un «Galardón»; y en 2012 hasta se inauguró el Paseo Talamanca de Cine.

Almodóvar y Soderbergh filmaron en San Lorenzo de El Escorial

Steven Soderbergh o Pedro Almodóvar eligieron San Lorenzo de El Escorial para grabar algunas de sus obras. El cineasta norteamericano transformó el bosque de La Herrería en la selva de Sudamérica. Allí escenificó la segunda parte de la vida del Ché Guevara, en una película titulada «Che: Guerrilla» -2008-. Por su parte, el gran éxito del manchego Almodóvar, «Hable con ella» -2002-, tuvo como uno de sus marcos el Real Sitio.

Aunque si hablamos de San Lorenzo de El Escorial no puede faltar el thriller histórico de Antonio del Real, donde el monasterio del municipio tiene un papel protagonista. En «La conjura de El Escorial» -2008-, se narran las disputas entre la Casa de Alba y la de los Mendoza a finales del Siglo XVI.

La plaza de toros de Aranjuez, triunfadora en los Goya gracias a Blancanieves

En la última edición de los Goya, hubo una película que arrasó por encima de todas: «Blancanives». La cinta de Pablo Berger se llevó diez estatuillas, incluidas las de mejor película y mejor actriz, por una actuación sobresaliente, otra más, de Maribel Verdú. En el film es una adaptación del cuento homónimo de los hermanos Grimm, ambientada en los años veinte en el sur de España. Cuenta con muchas referencias taurinas y en ella aparece la plaza de toros de Aranjuez.

Otros autores españoles también han tomado como marco para sus films la ciudad situada más al sur de la Comunidad. Así Vicente Aranda eligió la estación de tren para rodar el final de «Amantes» -1991-; Carlos Saura, el Palacio Real para «Goya en Burdeos» -1999-; o Álex de la Iglesia, la bonita y recta calle de la Reina para «Muertos de Risa» -1999-.

Yo soy esa, la Pantoja actúa en el teatro de Colmenar de Oreja

Colmenar de Oreja se hizo famoso a principios de los noventa porque muchas de las calles del pueblo se dividieron en azul y amarillo. Unas pertenecían a Villarriba y otras a Villabajo. La mítica serie encontró en las calles de esta ciudad -título honorífico concedido por Alfonso XIII en 1922- inmejorable acomodo, al igual que muchas películas.

En «Yo soy esa» -1990-, Isabel Pantoja actúo en el Teatro Diéguez; en «Los novios búlgaros» -2003- la bodega de Jesús Díaz fue uno de los escenarios; y en «El alcalde y la política», Alfredo Landa paseó por la Plaza Mayor o la calle del Convento y se sentó en el Salón de Plenos.

Bronston instaló en Las Rozas el Hollywood europeo

A principios de los sesenta, el productor estadounidense de origen ruso Samuel Bronston llegó a Las Rozas con una idea muy clara: construir allí los estudios de cine más importantes del mundo. Al final la cosa no fue para tanto, aunque durante un tiempo estos fueron los más significativos de Europa.

En 1963, por Las Rozas pasaron los más grandes actores de la época, Charlton Heston y Ava Gardner. Allí rodaron «55 días en Pekín», una película ambientada en China, en los albores del Siglo XX, cuando los fanáticos «bóxers» asediaron las embajadas occidentales. En el film, participaron como «extras» más de 500 españoles.

El primer «Django» se rodó en Colmenar Viejo

Corría el año 1966, cuando el director italiano Sergio Corbucci eligió Colmenar Viejo para rodar «Django», un spaguetti western con Franco Nero, en su primer papel protagonista. El film, que convirtió a la ciudad madrileña en un desértico poblado mexicano, quedó pronto olvidado hasta el año pasado.

Fue entonces cuando el célebre Quentin Tarantino filmó, inpirándose en la cinta de Colmenar Viejo, «Django desencadenado». Una película que desde su estreno se ha convertido en una obra de culto, además de obtener dos Oscars -mejor actor secundario para Christopher Waltz y mejor guión original-.

«Django» no fue el único western que se rodó en el término municipal de Colmenar Viejo, marco de muchas películas del Oeste. Su Dehesa de Navalvillar también fue escenario de películas tan importantes como «La muerte tenía un precio» y «El bueno, el feo y el malo». En la primera de ellas, la Dehesa era la ciudad de White Rocks, mientras que en la segunda su nombre era Peralta.

Clin Eastwood caminó por «la playa» de Aldea del Fresno

Por la tranquilidad y poca profundidad de sus aguas, a la zona del río Alberche que pasa por Aldea del Fresno se la conoce como «la playa de Madrid». Pero bien podría ser «territorio Clint Eastwood». En el mismo lugar, el genio del cine protagonizó en 1966 un western de Sergio Leone, «Por un puñado de dólares».

Y sin abandonar Aldea del Fresno, en el Palacio El Rincón, que pertenece a un particular, se rodó durante tres meses «Carlitos y el Campo de los Sueños» -2008-, un film infantil dirigido por Jesús del Cerro y producido por Emilio Aragón. Se dice que el alquiler mensual del palacio ascendió a los 18.000 euros mensuales.