Jaque (y prisión) a los asaltantes de ancianas

La operación Senior, explotada por el Grupo XI de la UDEV de Madrid, especializado en asaltos a viviendas y la investigación de fraudes en tiendas de compra-venta de oro, ha dado al traste con la principal organización de asaltos en domicilios de Madrid.

La Policía Nacional ha detenido a dos jóvenes, ambos nacionalizados españoles pero con origen peruano y dominicano, como presuntos autores de 12 robos de este tipo, aunque se sospecha que podrían estar detrás de una treintena, precisaron fuentes del caso.

Los arrestados son Luis Enrique Gutiérrez Buleje, nacido en Perú hace 21 años, y el dominicano de origen Luis Alberto Sena Medrano, de 25. Ambos han ingresado en prisión preventiva. Un tercer delincuente huyó tras golpear a la Policía en el momento de su arresto. Hay una orden de busca y captura cursada contra él, especificó el jefe superior de Policía, Alfonso Fernández Díez.

La investigación ha conseguido recuperar 350 piezas de joyería y más de 24.000 euros, supuestamente procedentes de la venta. Le daban salida a la mercancía en una tienda compro oro de la calle de las Carretas, por lo que también fue detenida su propietaria, Dolores María González Cifuentes, una colombiana de 44 años que ha quedado en libertad con cargos.

El modus operandi de este grupo consistía siempre en buscar a sus víctimas, mujeres de más de 60 años, cuando salían de las bocas de Metro o del banco. Las seguían por la calle hasta su portal, y allí las atacaban violentamente, destacó la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes.

Su manera de actuar se fue haciendo más agresiva, hasta el punto de que las obligaban a franquearles la puerta de su casa, las amordazaban, vendaban los ojos y las ataban. Algunas sufrieron heridas que las llevaron al hospital.

Los delincuentes han actuado en varios distritos, especialmente en los de Ciudad Lineal, Carabanchel y Fuencarral-El Pardo. Fueron cazados cuando se disponían a dar un nuevo golpe.

En los registros practicados se han recuperdado 253 gramos de joyas dentro de una bota de la supuesta receptadora, por las que habría pagado a los encartados principales 5.940 euros, según su propio testimonio. También escondían más de 250 joyas, entre pulseras, esclavas, relojes, anillos y gargantillas, así como 11.225 euros.