entrevista al director de la agencia tributaria de galicia
Ulpiano Villanueva: «Siempre hay un margen de fraude fiscal inatacable porque está oculto»
Villanueva prefiere ser cauto y no dar fecha a una bajada impositiva. Se hará, alega, cuando la economía garantice «mayores ingresos»

Complejo, árido y nada agradable. Así es el campo donde se mueve este licenciado en Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales por ICADE, con trayectoria laboral forjada dentro de los muros de San Caetano. Tras pasar por diferentes áreas, todas ellas marcadas por un evidente cariz económico, a Ulpiano Villanueva (Santiago, 1971) se le cruzó por el camino uno de sus mayores retos, después del de ser padre, hace ahora poco más de un año y medio. El culmen personal y profesional casi le llegó al mismo tiempo. El pequeño Ulpiano, «alias Ulpi», y la no tan pequeña Agencia Tributaria de Galicia. Villanueva es padre primerizo de ambos.
—En enero de 2013 estrenó un puesto pionero en la Administración gallega. ¿Qué balance hace?
—Este año ha sido de transición, de adaptación de las estructuras tributarias antiguas a la nueva Agencia Tributaria, pero creo que ha sido un año del que se puede hacer un balance positivo. Me gustaría agradecer especialmente a los empleados públicos del organismo el enorme esfuerzo que han realizado.
—Para los no entendidos, explique de manera sencilla en qué consiste su trabajo.
—La Agencia Tributaria se creó con dos objetivos fundamentales: la lucha contra el fraude fiscal y mejorar la información y asistencia al contribuyente. Las actuaciones de lucha contra el fraude han arrojado datos realmente positivos [en 2013] tanto desde el punto de vista de la gestión tributaria como de la inspección. En el primer ámbito hemos comprobado 230.000 autoliquidaciones, que supone prácticamente el 52% de todas aquellas susceptibles de comprobación. De esas, el 84% han resultado conformes, de forma que las que han salido disconformes han dado lugar a liquidaciones paralelas, lo que ha supuesto que hemos detectado deuda por un valor de 137 millones de euros. Y por el lado de la inspección, que actúa sobre hechos imponibles que no se declaran, se ha detectado deuda por 16 millones. En total, 150.
—¿Y en qué se basan para hacer esas revisiones?
—Partes de lo que declara el contribuyente en las autoliquidaciones y haces unas comprobaciones. Por ejemplo, compruebas que el tipo de gravamen utilizado es el correcto, si se dan los beneficios para aplicar un requisito fiscal, etc. Y por la vía de la inspección se investiga lo que no declara el contribuyente a través de cruces de datos que tenemos con otras administraciones. No le puedo desagregar el plan especial porque tiene carácter reservado, pero las líneas generales van sobre datos que nos ofrece la declaración especial de bienes en el extranjero.
—Tras analizar los datos, ¿se sabe si la defraudación ha ido en aumento con los años o simplemente antes no se escarbaba en el tema?
—El nivel de fraude es muy similar. No le podría hablar de porcentajes porque es complicado. Cuando algo no se conoce es difícil dar un dato. Es significativo que cuando se derivan liquidaciones como consecuencia de actuaciones de comprobación, esos porcentajes son muy similares a los de años anteriores, lo que no quiere decir que se abran nuevas líneas de investigación y se potencie la lucha contra el fraude. En ello está inmersa también la Agencia Tributaria del Estado, pero evidentemente siempre hay un margen que es inatacable porque está oculto.
—En Galicia, ¿en qué impuestos se observa un mayor foco de fraude?
—Cuando se habla de fraude fiscal se piensa en gente que tiene dinero en el extranjero o que actúa a través de organizaciones interpuestas. Y eso se concentra en otros impuestos que nosotros no gestionamos. Los controles que hacemos son sobre la base de las autoliquidaciones que presentan los contribuyentes. Por ejemplo: en una sucesión hay una serie de bienes que integran la masa hereditaria, que es sobre lo que se va a tributar. El contribuyente puede no incluir un determinado bien en esa masa y no tributar por ello o declararlo por un valor inferior a lo que exige la normativa. Esos son los focos donde actuamos. Llamarle a eso fraude es un poco duro.
—Entonces, ¿qué es? ¿Un error?
—Yo no hablaría de error. Puede haber una ocultación de forma deliberada.
—¿Y en el caso de los emigrantes retornados que no declararon sus pensiones del extranjero?
—Parece claro que ahí hubo una falta de información, dado que actuaron sin ningún ánimo defraudatorio. Por eso estamos muy satisfechos de que el Gobierno abra un plazo para que éstos puedan regularizar su situación y que no tengan que afrontar el pago de sanciones, intereses de demora y recargos. Las gestiones realizadas por el presidente de la Xunta y por la Consellería de Facenda han dado sus frutos.
—A veces existe una percepción de que al ciudadano de a pie se le persigue y sin embargo a los políticos o grandes empresarios no.
—Me gustaría aclarar que las inspecciones se hacen a través de parámetros objetivos o por sectores de actividad o grupo de profesionales, pero no se cataloga por si esta persona que tiene una empresa es político o no. Evidentemente hay determinados impuestos que por su complejidad resultan más difíciles de inspeccionar. Y de hecho, el procedimiento de inspección tiene un plazo de duración de 18 meses, mientras que el de comprobación normal es de seis meses. Efectivamente hay esa percepción contra la que hay que luchar y decir que las administraciones tributarias actúan con todo el celo del mundo cualquiera que sea el sujeto pasivo.
—¿Hay profesiones en las que se observe una defraudación reincidente?
—En nuestros impuestos no son tanto profesiones sino operaciones. Pero, en todo caso, no se puede hablar de profesiones de riesgo porque es generalizar y criminalizar a un sector cuando no tiene por qué ser así.
—Siempre dice que el último recurso sería subir los impuestos. Le doy la vuelta. ¿Para cuándo una bajada?
— Siempre hay que buscar una correlación entre lo que necesita ingresar la comunidad autónoma para poder prestar los servicios básicos. Lo fundamental es que todos los ciudadanos puedan recibir los servicios de sanidad, educación, servicios sociales, etc. con la mayor calidad posible. Eso se sufraga con los ingresos que vienen de los impuestos. En el momento en el que se pueda garantizar por la evolución de la economía que los ingresos van a ir incrementándose y, por tanto, que no es necesario llegar a un nivel impositivo tan alto, entonces se analizarán las situaciones y se verá la posibilidad de bajar.
—Me intenta decir que aún no toca.
—No es que no sea el momento, simplemente es que hay que ver la situación y analizar si se puede llevar a cabo o no.
—Pues hay comunidades que han eliminado el impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
—Y hay otras que lo han recuperado también porque veían que no tenían ingresos. Aquí siempre hemos tenido esta posición: en el momento que se produzca una recuperación económica y eso se traduzca en mayores ingresos se analizará la posibilidad de suprimir o rebajar el impuesto sobre sucesiones.
—Pero a nosotros se nos vende que ya hay un incipiente crecimiento económico, ¿no?
— Sí, eso es evidente. Pero hay que ver que ese crecimiento se consolida. Hay que ser muy prudentes. No es momento de lanzar las campanas al vuelo.
—Le insisto sobre lo mismo. ¿Los presupuestos del año que viene van a contemplar alguna rebaja impositiva?
—Ahora mismo estamos en la primera fase de elaboración de los presupuestos, con lo cual se están analizando los componentes del gasto [el techo de gasto para 2015 se aprobó el viernes y hoy se debatirá en el Parlamento autonómico]. Tras ello, vienen los ingresos. No estoy en disposición de decirle si se producirá una rebaja o no.
—Tras este período de adaptación, ¿cuáles son los retos de la Agencia? ¿seguir aumentando la recaudación?
—Efectivamente, no solo se trata de controlar y de comprobar, sino de que lo que descubres de deuda acabe siendo recaudado. Este año, además, estamos desarrollando un plan especial de lucha contra el fraude donde ya detectamos deuda por importe de 50 millones de euros. Los primeros datos del primer cuatrimestre dicen que hemos comprobado 10.000 autoliquidaciones más que en el mismo período del año anterior. Estamos también en fase de creación de una sede electrónica de la Agencia Tributaria para que todos los trámites se puedan llevar a cabo por internet. En definitiva, se trata de que pagar impuestos, que a nadie le resulta agradable, sea lo más cómodo y fácil posible.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete