Reconoce, con «una actitud fría», que mató a su esposa embarazada

El cadáver de la mujer desaparecida el pasado domingo en Vilaboa (Pontevedra) fue hallado este martes cerca del aeropuerto santiagués de Lavacolla. Los agentes localizaron el cuerpo gracias a la declaración de su esposo, que se confesó autor material del crimen y que ya ha sido imputado por un presunto delito de homicidio y trasladado a la prisión de Monterroso. Natural del poblado chabolista de O Vao, María Luisa Jiménez, de 37 años, estaba embarazada y se había mudado pocos días antes del crimen al domicilio de su hermana por los problemas que tenía con su pareja. Madre de seis hijos y con dos nietos, el entorno de la fallecida reconoció que el año pasado «pudo sufrir un episodio de malos tratos en el ámbito familiar».

Según fuentes de la investigación, el cuerpo de la víctima presentaba varias cuchilladas, por lo que se baraja la opción de que el marido la hubiese matado con un arma blanca en el coche y después hubiese arrojado su cuerpo en una zona próxima al aeropuerto. Por su parte, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia confirmó nada más producirse los hechos que en el juzgado constaba una denuncia previa por violencia machista en relación a la pareja, pero que no existía ninguna medida en relación con el ataque porque la víctima negó los malos tratos .

Pese a que fue el propio marido de la víctima, de 43 años, el que indicó a los investigadores la localización del cuerpo de la fallecida, los efectivos de la Guardia Civil destacaron que desde su detención el autor confeso de los hechos mantuvo una actitud «fría». Sobre las últimas horas de su hija, la madre de la víctima reconoció que «él se la llevó a la fuerza de mi casa el domingo». «Tuvo ocasiones para denunciarlo, pero cambió la versión y en vez de decir que le había pegado él dijo que se había dado contra una mesa», lamentaba la progenitora de la fallecida al conocer el trágico desenlace.

A última hora de la tarde de este martes, un consejo de la Sociedad Gitana de Galicia desterraba de las provincias de Pontevedra y La Coruña a cualquier familiar del supuesto homicida de su mujer. Este caso eleva a diez el número de víctimas mortales por violencia machista en lo que va de año.