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Los atentados de Resistencia Galega suman 3 millones de euros en daños

Un estudio elaborado por la Universidad Complutense revela que, desde su aparición, la banda ha perpetrado 137 atentados

Los atentados de Resistencia Galega suman 3 millones de euros en daños efe

d. g.

El primer ataque de la banda terrorista Resistencia Galega se remonta al 23 de julio del año 2005. Su objetivo fue una oficina de la extinta Caixa Galicia localizada en el centro de la capital gallega. La explosión produjo numerosos destrozos materiales, aunque no hubo que lamentar ningún daño personal. Desde entonces, han sido 137 las acciones que la organización radical protagonizó en la Comunidad gallega y que, atendiendo a un estudio elaborado por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Mikel Buesa, ocasionaron pérdidas económicas que ascienden a cerca de tres millones de euros.

El informe sobre RG redactado por Buesa —catedrático y hermano de Fernando Buesa, dirigente del PSE-EE asesinado por ETA en febrero de 2000— fue publicado el pasado julio y estudia la campaña desarrollada por la banda y por sus grupos afines desde su creación. Entre las aportaciones del profesor a este fenómeno terrorista en Galicia destaca el seguimiento de su militancia. Una base que en 2007 se reducía a unas 20 ó 25 personas y que unos años más tarde ya ascendía a 82. «Ello señala que esta organización ha contado con capacidad para regenerar y ampliar su militancia, a pesar de la acción represiva del Estado sobre ella», anota Buesa.

Con un promedio anual de 11,1 acciones , los atentados de Resistencia —casi nunca reivindicados— se basan en la colocación de artefactos explosivos de poca potencia que «casi siempre se cometen en horas en las que, por la ausencia de sus trabajadores o de público, es poco probable que haya víctimas», destaca el texto Resistencia Galega: Una organización terrorista emergente . De ahí que sus acciones sean calificadas, siguiendo la estela de ETA en el País Vasco, como de terrorismo de baja intensidad o callejero. Sin embargo, este experto alerta en la conclusión de su estudio sobre «el salto cualitativo en el empleo que la banda podría llegar a dar y que derivaría en un problema de magnitud muy superior al actual». Motivo por el que Buesa no duda en calificar a esta banda radical —algunos de cuyos presuntos integrantes están siendo juzgados en la Audiencia Nacional— como «una organización terrorista emergente».

En el punto de mira

Por áreas geográficas, son las provincias de La Coruña y Pontevedra las que copan la mayor parte de los ataques de la banda. En su informe, Buesa confirma este hecho y matiza que son las ciudades de Santiago de Compostela y Vigo los principales escenarios de las acciones perpetradas por la organización.

De ahí que fuentes policiales aseguren a ABC que Resistencia distribuye sus medios humanos en dos comandos bien diferenciados: el que actúa en la capital gallega y el que se ocupa de la zona de Pontevedra. Este último, más activo en los últimos tiempos, podría estar detrás de los últimos atentados ocasionados en dos cajeros de las afueras de la ciudad olívica, como el ocurrido a mediados de este mismo mes en una sucursal de Novagalicia Banco de Vigo que se saldó con cuantiosos daños materiales.

En lo tocante a sus metas, Resistencia dirige sus ataques hacia tres objetivos clave que el estudio sobre la banda, elaborado por la Cátedra de Economía del Terrorismo, divide en atentados contra empresas (la mayoría de ellos contra entidades bancarias, aunque también afectan a inmobiliarias y oficinas de trabajo temporal) y sedes de partidos políticos y sindicatos.

Reorganización

Buesa también hace hincapié en la reorganización que en 2010 vivieron los servicios antiterroristas de la Comunidad gallega.

Un reforzamiento que en los últimos tiempos se acrecentó con el trasvase de personal especializado de unidades de la Guardia Civil del País Vasco a Galicia y que derivó en operativos como el que, a finales de 2011, favoreció la detención de dos presuntos integrantes de Resistencia Galega que fueron arrestados con cuando circulaba por la AP-9 a la altura de Teo con tres artefactos explosivos en su maletero.

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