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Artur Mas amaga con un nuevo adelanto electoral, esta vez a la fuerza

Su fracaso en las urnas de 2012 podría repetirse debido al callejón sin salida en que le ha metido su proyecto secesionista

Artur Mas amaga con un nuevo adelanto electoral, esta vez a la fuerza INÉS BAUCELLS

MARÍA JESÚS CAÑIZARES

La historia se repite. Un mismo escenario, el Parlamento catalán; una misma sesión, el Debate de Política General (DPG), y una misma estrategia, el adelanto de las elecciones autonómicas. El presidente catalán Artur Mas podría verse obligado a avanzar de nuevo los comicios catalanes debido al callejón sin salida en que le ha metido su propio proyecto secesionista. En su discurso de ayer, apuntó a esta posibilidad si no logra convocar una consulta sobre el estado propio legal y acordada con el Estado.

La principal diferencia es que, de producirse ese adelanto (tocan oficialmente en 2016) no sería por voluntad propia, mientras que hace un año, el líder de CiU recurrió a esta estrategia con la esperanza de arrasar en las urnas. No solo no fue así, sino que sufrió un fortísimo revés electoral.

Efectivamente, el 25 de septiembre de 2012, Mas anunciaba en la Camara catalana durante el DPG. "Ha llegado el momento de que el pueblo de Cataluña ejerza el derecho a la autodeterminación", proclamó desde la tribuna. Esa decisión tenía lugar tras una fallida negociación con el presidente Mariano Rajoy sobre el pacto fiscal y una masiva manifestación independentista en la Diada, alentada y bendecida por el propio Mas, quien quiso sacar rédito electoral de la misma. Adiós a la legislatura más corta de la historia de la democracia española; hola al separatismo.

Esa breve legislatura había estado marcada por la crisis económica y la precariedad de las arcas públicas catalanas, debido en parte a la gestión del anterior gobierno tripartito. Presentarse a las elecciones con un programa que incluía el compromiso de celebrar una consulta sobre el estado propio suponía para Mas una excelente cortina de humo con la que tapar su incapacidad para gestionar la recesión. Volvió a ganar en las elecciones de noviembre de 2012, pero perdió doce escaños, mientras que ERC despegaba, para luego convertirse en socia de CiU en ese camino hacia la transición nacional que todavía continúa.

Hoy, Mas está abocado a un adelanto, pero esta vez a la fuerza. Su intervención parlamentaria viene precedida del éxito de la Vía independentista que recorrió Cataluña el pasado 11 de septiembre, pero en esta ocasión, el "president" fue mucho más tibio en sus invitaciones a participar en la misma.

Su mandato está en manos de ERC, que gobierna en la sombra y le exige un referendo con una pregunta clara: sí o no a la independencia. Si se formula la pregunta en estos términos, UDC podría plantar a Mas, pues ya ha dado varias advertencias a su socia, CDC, ya que la formación que lidera Josep Duran Lleida defiende una tercera vía no rupturista.

Pero si Mas opta por la legalidad exigida por el Gobierno español y por seguir junto a Unió, los republicanos romperían el pacto y no apoyarían los presupuestos de 2014 -los de 2013 están prorrogados-. En ambos casos, Mas estaría condenado a convocar elecciones. En contra de su voluntad.

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