Las profesiones más atípicas de los diputados catalanes

¿Qué formación debe tener un diputado? Las estadísticas revelan que nuestros representantes políticos acostumbran a ser licenciados en Derecho, Económicas o Ciencias Políticas, aunque como en todas las profesiones, la experiencia y el día día son decisivos a la hora de afrontar los variadísimos asuntos que llegan a los parlamentos. La Cámara catalana no es ajena a esa realidad, pues abundan los abogados y los economistas.

Pero en los perfiles académicos de los diputados catalanes figuran otras profesiones curiosas o, cuando menos, poco frecuentes. Por ejemplo, la diputada del PP, María José García Cuevas, es ingeniera industrial, especializada en técnicas energéticas y seguridad nuclear, pero es frecuente verla disertar sobre asuntos jurídicos y lingüísticos. Asimismo, en las filas de Ciudadanos se sienta un oficial del Ejército de Tierra que estuvo en activo durante 21 años. Se trata de Matías Alonso, que ha participado en la Comisión de Investigación sobre gestión sanitaria.

Tampoco es frecuente encontrar en los escaños catalanes a una licenciada en Antropología Social y Cultural. Esta es la formación de Victoria Forns (CiU), que forma parte de las comisiones de Interior, Educación o Territorio y Sostenibilidad, entre otras. Albert Donés (ERC) se presenta como payés y copropietario de una empresa familiar, y maneja asuntos relacionados con la Agricultura, pero también relacionados con la Sindicatura de Cuentas.

Su compañero de filas, Josep Andreu Domingo, tiene formación en Prehistoria e Historia Antigua, e interviene en las comisiones de Cultura o de Territorio y Sostenibilidad. Joan Mena (ICV-EUiA) es licenciado en Filología Hispánica y (especialidad sociolingüística), pero no es raro oirle hablar de economía, pues ha participado en la Comisión creada para analizar la gestión de las entidades bancarias. El alcalde de Lérida, Àngel Ros (PSC) es licenciado en Ciencias Físicas y lidia con cuestiones relacionadas con la agricultura.