economía

«Nos hemos despistado con las empresas, pero estaremos con ellas»

Lombardero y Ranera aseguran que Ceiss se centra en «recuperar el liderazgo y los clientes perdidos»

«Nos hemos despistado con las empresas, pero estaremos con ellas» f.heras

i.jimeno/j.m. Ayala

«Intensificar nuestra presencia histórica y vinculación con el territorio» para «recuperar la posición de liderazgo» y «dinamismo comercial» que un día ocuparon Caja España y Caja Duero en el mercado financiero de Castilla y León. Es la «obsesión» en la que pone todo su «afán» la entidad surgida de la fusión de ambas tras su definitiva integración en Unicaja en abril de 2014. Así lo subrayó la consejera delegada, María Luisa Lombardero, quien incidió en que tras el desembarco del banco malagueño «hemos venido para crecer y quedarnos». En la misma línea, el director general de la banca comercial de Ceiss, Carlos Ranera, aseguraba en la Cadena Cope que «estamos mejor que hace un año», pero «nos queda aún mucho por hacer». Para el directivo fichado hace nueve meses del Banco de Santander, el resto de entidades «nos ha tomada la delantera, pero sólo relativamente» porque «seguimos siendo el primer banco de Castilla y León» con más de 3.000 empleados, «el doble que la siguiente en la lista».

Mientras, en este línea optimista, Lombardero aseguraba que Ceiss «es una entidad absolutamente viable, rentable de cara al futuro y lo que tenemos es que recuperar la enorme y magnífica base de clientes que teníamos. Estamos en ello y lo estamos logrando», subrayó la consejera delegada en su intervención en Lombardero, quien se mostró «muy satisfecha» por la marcha hasta el momento.

Eso sí, poco a poco. El «objetivo» de Caja España-Duero es «crear una entidad con los cimientos muy sólidos y saneados», recalcó la consejera delegada, quien reconoció incluso que «nos dan igual las pérdidas a corto plazo -el año pasado cerraron con 160 millones en el debe debido a las dotaciones-» y que no buscan por ahora «resultados extraordinarios». El «solvente» grupo que tienen detrás, esto es, Unicaja, hace que «nos lo podamos permitir», justificó la consejera delegada del grupo. Al respecto, Ranera consideró que ahora «el centro de atención» son los clientes después de conseguir «ordenar la entidad» con «la medida de prudencia espectacular de dotar todos los riesgos», lo que supone «una muy buena noticia de orden interno».

El responsable de la banca comercial de Ceiss defendió además que el Grupo Unicaja «mantendrá España-Duero» porque sabe que «aquí tenemos una ventaja competitiva porque «este es nuestro territorio y tenemos la lealtad de los clientes fruto del mérito de la plantilla, que es nuestro primer activo».

Además, reseñó que aunque las directrices fundamentales se marcan desde Málaga, «tenemos la capacidad de decisión sobre las singularidades de Castilla y León, que es un mercado diferente». Así, el directivo admitió que en la entidad «nos hemos despistado» en la relación con las empresas de Castilla y León. «Es crítico volver a estar con ellas y que sepan que estamos aquí para quedarnos», señaló convencido de que «la fábrica la tenemos aquí y el resto tiene que crear sus productos y sus servicios desde Madrid».

Tras la fase de estabilización, en la que se «saneó» el balance de una entidad con una cartera de morosidad por encima de la media y «se normalizó» su funcionamiento, ya se ha adentrado en la segunda. Se trata de la de las transformaciones, que incluyen desde implantar una tecnología «más eficiente», a «unificar» las marcas -en unos días se conocer el nuevo logotipo- y «dar mejor servicio al cliente». Así, antes de finalizar el año habrá «una única plataforma para una sola marca», según apuntó Ranera. Después, se adentrarían en la fase de «recuperación de nuestro liderazgo» y «crecimiento», puntualizó la máxima responsable de la entidad. En cuanto al mapa de oficinas y ajuste de plantillas, Lombardero aseguró que «están prácticamente ajustadas» a los parámetros exigidos por Bruselas y «no excede el número de los dedos de una mano» las sucursales que aún faltan por bajar definitivamente la persiana.

«Nos hemos despistado con las empresas, pero estaremos con ellas»

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