El Valladolid mantiene la racha en Soria

Un gol de Bergdich dio este sábado los tres puntos al Real Valladolid ante el Numancia alargando su racha de siete partidos sin perder –seis de Liga y uno en Copa- y colocando a los pucelanos colíderes de la Segunda división. Y lo hizo en un partido en el que tuvo que sacar mucho oficio para obtener los tres puntos ya que, en muchos minutos, tuvo que limitarse a defender más que a atacar.

Sobre todo en la primera parte en la que los locales plantearon un choque muy serio, ejerciendo una fuerte presión a los medios centros contrarios y forzando su juego directo sin apenas elaboración. Una circunstancia a la que no están acostumbrados los vallisoletanos y que les hizo sentirse muy incómodos en el terreno de juego.

Eso sí, sin perder los nervios y manteniendo una elevada concentración defensiva que hizo que las ocasiones numantinas se limitaran a un remate de cabeza al palo de Braian Rodríguez en una de las múltiples ocasiones en que sus compañeros lanzaron el balón al área con centros laterales buscando al delantero uruguayo. Una faceta los pupilos de Rubi también mostraron bastante solvencia impidiendo que el Numancia sacara fruto de esas jugadas.

Por su parte el Valladolid intentaba que Bergdich y Mojica, este sábado extremos titulares, aprovecharan su velocidad para romper el sistema defensivo de su rival. Y fueron ambos los protagtonistas del gol pucelano. El colombiano, en el minuto 31, consiguió el objetivo colocando un buen centro al área que remató Bergdich con un remate con el pie izquierdo que se coló en la portería de Biel Rivas. Con el gol, el Numancia bajó su intensidad y el Valladolid dejó que fuera pasando el tiempo para llegar al descanso con el 0-1 teniendo incluso en sus la ocasión de conseguir el segundo gol en una jugada personal de Oscar Díaz que finalmente erró en su remate final.

Tras el descanso el partido fue por otros derroteros. Los rojillos ya no presionaban con la misma fe y el equipo de Rubi empezó a entrar más en contacto con el balón. Así, la posesión se equilibró y los pucelanos pasaron menos apuros.

Hasta que Anquela dio entrada al campo a Julio Álvarez. El medio centro comenzó a tomar la responsabilidad de mover a su equipo, bien secundado por Palanca, y otra vez el Valladolid tuvo que parapetarse en su campo para controlar el aluvión de centros largos de su rival. Ni siquiera la lesión de Valiente –una rotura fibrilar- se notó. Porque en su lugar entro en el campo Samuel Llorca para convertirse en el mejor de sus compañeros a la hora de despejar de cabeza y mantener el orden en la zaga pucelana consiguiendo cerrar el partido con el 0-1.