Un Zelenski angustiado se cita con Starmer, Macron, Meloni, el Papa Francisco y Scholz en apenas 48 horas para que Ucrania no sea olvidada
El aplazamiento de la cumbre de Ramstein donde se repensará la ayuda occidental a Kiev ha supuesto un duro contratiempo para el presidente ucraniano
EE.UU. cree que Kiev podrá mantener durante meses sus posiciones en la región rusa de Kursk
La irrupción de un huracán a miles de kilómetros de distancia ha trastocado los planes del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, inmerso estos días en una gira angustiada por las principales plazas europeas para explicar su Plan de la Victoria, la gran ... apuesta de Kiev para que su causa no caiga en el olvido ahora que la crisis de Oriente Próximo le está robando plano.
La tormenta tropical que ha barrido Florida obligó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a posponer su viaje a Alemania, y la cumbre prevista para el sábado en la base militar estadounidense de Ramstein se ha pospuesto 'sine die' porque es complicado cuadrar las agendas de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, incluyendo el propio Zelenski, al que acompaña un dispositivo de seguridad que no se improvisa de un día para otro, según informa nuestra corresponsal en Berlín, Rosalía Sánchez.
Estaba previsto que la OTAN y otros socios de Ucrania 'resetearan' la ayuda militar a Kiev. Zelenski espera de Ramstein un aumento de la presión militar sobre Rusia gracias a la ayuda occidental y que, finalmente, se le permita lanzar misiles de medio o largo alcance en dirección a la retaguardia rusa. Ucrania también espera ser aceptada en la OTAN (o disfrutar al menos de garantías de seguridad igualmente sólidas). Con la cumbre aplazada, el mandatario ha comprendido que no tiene tiempo que perder y ha iniciado un frenético viaje por Europa que hoy le ha llevado a Londres, París y Roma. Este viernes está prevista una bilateral en Berlín con el canciller alemán, Olaf Scholz.
Estos encuentros se producen en un contexto de creciente incertidumbre sobre el respaldo estadounidense a Kiev ante la posibilidad de un triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.
La primera cita fue en Downing Street con el primer ministro británico, Keir Starmer, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Durante el encuentro, Zelenski tuvo la oportunidad de presentar los detalles de su Plan de la Victoria, estrategia clave para la próxima fase del conflicto con Rusia.
Starmer reiteró el compromiso de Reino Unido con Ucrania en la lucha contra la agresión rusa, destacando que es «muy importante» mostrar apoyo continuo al pueblo ucraniano. «Es una lucha tanto para ustedes como para nosotros», señaló. A la reunión también asistieron altos funcionarios británicos, como el jefe de las Fuerzas Armadas y el ministro de Defensa.
Mark Rutte, el nuevo líder de la OTAN, participó en las conversaciones, donde hizo énfasis en la importancia de cómo garantizar la seguridad de la alianza occidental en medio de la guerra. Y aunque las discusiones sobre el uso de misiles Storm Shadow suministrados por Reino Unido para atacar objetivos militares rusos no tienen avances significativos, Zelenski insistió en la importancia de poder atacar instalaciones logísticas rusas, una medida que sigue siendo objeto de debate entre los aliados, especialmente con la resistencia de Estados Unidos y Alemania.
Con la guerra entrando en su tercer invierno y con Rusia obteniendo algunos avances estratégicos en el campo de batalla, Zelenski es consciente de la necesidad de asegurar el apoyo de sus aliados europeos para continuar con la lucha. Reino Unido, que ha contribuido con más de doce mil millones de libras en ayuda militar y humanitaria desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, sigue siendo uno de los socios más firmes de Kiev.
Cita en el Elíseo
Tras Londres, París. A primera hora de la tarde, en el Palacio del Elíseo, el presidente francés, Emmanuel Macron, confirmó a su homólogo ucraniano «nuestra determinación para continuar aportando, con el conjunto de nuestros aliados, y durante todo el tiempo que sea necesario, el apoyo sin falla a Ucrania y a su pueblo». Macron resumió la reunión de trabajo de este modo: «He confirmado nuestro compromiso con la resistencia ucraniana contra la agresión rusa. Juntos, hemos discutido las distintas dimensiones de la crisis, desde el punto de vista militar y desde el punto de vista diplomático, en el terreno bilateral y multilateral. Los proyectos del presidente Zelenski me parecen muy oportunos y cuentan con nuestro apoyo completo».
Prudente en público, Zelenski insistió a Macron, en privado, en la «urgencia» de las ayudas militares para poder negociar, en fecha muy incierta, un eventual proceso negociador, cuando Ucrania esté en posición de poder discutir con la Rusia de Putin.
Los expertos militares franceses estiman, desde hace semanas, que la invasión rusa entra una fase grave e incierta. Ante esa evidencia, Macron ha recordado las grandes líneas del apoyo militar francés. En vísperas de la escala parisina de Zelenski, Macron visitó el cuartel donde oficiales galos continúan la instrucción de 2.200 soldados ucranianos. Se trata de una ayuda relativamente modesta, pero «significativa». El presidente confirmó la próxima entrega de aviones Mirage 2000-5. Pilotos y mecánicos ucranianos están recibiendo la indispensable formación técnica y militar.
El Gobierno francés confirmó la primavera pasada la entrega de vehículos blindados, misiles anticarro y camiones militares. Sin embargo, la crisis política sin precedentes y la fragilidad del Ejecutivo de cohabitación con Michel Barnier podrían retrasar la ejecución de algunos compromisos.
Escala en Roma
La etapa romana de la gira de Zelenski es crucial. Por segunda vez en menos de un mes, el mandatario ucraniano acude a Italia y por segunda vez se ve con la primera ministra, Giorgia Meloni, con la que mantiene una especial relación por su firme apoyo a Kiev. Estaba previsto que la reunión y posterior cena privada tuvieron lugar en Villa Doria Pamphili, utilizada por el Gobierno para eventos oficiales.
Este viernes será recibido por el Papa Francisco en el Vaticano. El activismo de Zelenski refleja su convicción de que ahora es el momento de buscar el final de la guerra con una salida que no deje a Ucrania de rodillas y con la imagen de un país derrotado. «En octubre, noviembre y diciembre tenemos una oportunidad real de llevar la situación hacia la paz y la estabilidad duradera», escribió presidente ucraniano en X. «La situación sobre el terreno crea una oportunidad para tomar medidas decisivas para poner fin a la guerra a más tardar en 2025».
En Roma, Zelenski pidió garantías sobre un rápido ingreso a la Unión Europea, para lograr un horizonte de crecimiento y de esperanza para el pueblo ucraniano. Meloni ha dejado claro el Gobierno de Roma apoyará a Ucrania contra la agresión rusa «durante el tiempo que sea necesario».
Frente al firme apoyo de Meloni, su socio de Gobierno, Matteo Salvini, líder de la Liga, con simpatías hacia Putin, se inclina siempre por pedir una paz que solo beneficiaría al Kremlin. Al mismo tiempo, mientras muchos de los grandes países europeos han dado pasos adelante ofreciendo sus armas para apoyar a los ucranianos incluso cuando atacan las bases en Rusia, las posiciones en Italia ante el creciente pacifismo en la opinión pública tienden a una retirada gradual respecto al inicial apoyo a Kiev. Así se explica que mientras el Parlamento Europeo aprobó por mayoría el uso de las armas europeas enviadas a Kiev en territorio ruso, los partidos italianos, de forma transversal, se distinguieron votando en contra.
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