El yihadismo en Francia se aprende y se propaga en el colegio
En 2019, el 16% de los individuos inculpados por participar en atentados terroristas islámicos eran menores de edad
Francia inicia el debate de la ley para combatir el terrorismo y la propagación del islamismo
Las escuelas e institutos de Francia se han convertido en un campo de minas, donde han comenzado a crecer de manera inquietante las amenazas y las vocaciones islamistas, yihadistas.
Según las estadísticas de los Ministerios de Interior y Educación, durante el último trimestre se ... produjeron un millar de amenazas de bomba en escuelas e institutos. Los especialistas en seguimiento de las amenazas terroristas son formales. «Muchos alumnos fueron los autores de esas amenazas, entre el 'juego' y el descubrimiento de una 'vocación' muy temprana, entre la pubertad y la adolescencia», comenta un profesor del instituto de Arras, donde fue asesinado uno de sus colegas, Dominique Bernard, víctima un adolescente educado en el Islam, en familia.
Gérald Darmanin, ministro del Interior, ha insistido personalmente en el crecimiento espectacular de las vocaciones yihadistas entre los adolescentes franceses de religión musulmana: «Más de mil menores están fichados como sospechosos de islamismo que pueden pasar a la acción en cualquier momento». Jean-François Ricard, fiscal antiterrorista en el Tribunal de París, pone esa cifra en perspectiva histórica: «En los últimos cuatro años se han multiplicado por siete los casos de yihadismo juvenil juzgados. Durante los últimos doce meses, la cifra ha continuado creciendo».
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Según Institut national de la statistique et des études économiques (INSEE), el 10% de los 6,4 millones de estudiantes de primaria y secundaria franceses son musulmanes. Fenómeno de nuevo cuño: han comenzado a multiplicarse las oraciones colectivas, en las salas de recreo de bastantes escuelas.
En Niza, días pasados, tras una amenaza de bomba, un grupo de alumnos musulmanes, del nivel CE2 (8-9 años), organizaron una sesión de rezos colectivos, en francés, repitiendo a coro oraciones aprendidas en familia. Horrorizados, Christian Estros, alcalde de Niza, y Natacha Chicot, directora de la escuela, reaccionaron con un comunicado común, que fue enviado con carta recomendada a los padres musulmanes: «El principio de la laicidad es un principio de la República. Y no puede ser conectado en nuestras escuelas pública. No dejaremos pasar acciones de este tipo. Defendemos un principio que es la matriz de nuestra vida en común».
En la Costa Azul, también, en Vallauris-Golfe-Juan, donde residió Pablo Picasso, en un colegio que lleva su nombre, un grupito de alumnos musulmanes organizaron recientemente, durante varios días, «minutos de silencio en recuerdo de Alá, el Más grande». Grito tradicional de numerosos yihadistas, desde hace años.
«El veneno del yihadismo se propaga en buena parte de la juventud»
En la banlieue parisina, los suburbios de la capital, los casos de oraciones musulmanas, en las salas de recreo, o antes de la salida del colegio, se han multiplicado de manera significativa los últimos años. El Gobierno decidió prohibir el uso de prendas islámicas a primeros de septiembre, ante la multiplicación de casos familiares de padres, niños y adolescentes que usaban la ropa como una suerte de «estandarte» religioso.
El crecimiento de los hábitos de vestir y rezar entre los jóvenes musulmanes, entre la pubertad y la adolescencia, coincide con el crecimiento de los comportamientos criminales.
Durante los últimos meses ha crecido de manera significativa el número de jóvenes de 14 a 17 años perseguidos judicialmente por delitos relacionados directa o indirectamente con el yihadismo. El fenómeno comenzó a crecer el último quinquenio, para transformarse en un proceso inquietante a lo largo de este año. En 2015, 13 adolescentes fueron juzgados como delincuentes próximos al yihadismo. En 2019, el 16% de los individuos inculpados por participar en atentados terroristas islámicos eran menores de edad.
Durante los primeros diez meses de este año, la delincuencia adolescente de tendencia yihadista ha seguido creciendo: más de medio centenar de menores perseguidos como criminales islamistas, la mitad inculpados por terrorismo yihadista. Proceso que culminó el 13 de octubre pasado, en Arras, con el asesinato de un profesor de historia.
Gilles Kepel, especialista emérito, comenta el proceso en curso de este modo: «El veneno del yihadismo se propaga en buena parte de la juventud. Las redes sociales y las escuelas son espacios privilegiados. No olvidemos que los Hermanos musulmanes crecen más deprisa en Europa que en Oriente Medio».
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