El plan de Nancy Pelosi para visitar Taiwán encamina a China y Estados Unidos hacia una nueva colisión
El gigante asiático advierte que está «totalmente preparado» para «defender» lo que considera «su soberanía nacional e integridad territorial»
Biden se mostró dubitativo respecto al viaje y dijo que cree que «no es una buena idea ahora mismo»
China y Estados Unidos se encaminan hacia una nueva colisión, enmarcada en unas relaciones bilaterales que atraviesan su peor momento en décadas. El detonante es la posible visita oficial de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y como tal tercera autoridad del ... país, a Taiwán, la isla autogobernada que el gigante asiático considera una provincia rebelde y nunca ha renunciado a «recuperar» por la fuerza.
«Estamos totalmente preparados», advertía ayer el portavoz del ministerio de Exteriores, Zhao Lijian, durante la rueda de prensa diaria del organismo. «Si EE.UU. hace las cosas a su manera, China sin duda tomará medidas resolutivas y firmes para defender su soberanía nacional e integridad territorial. (...) EE.UU. debe asumir la responsabilidad total ante cualquier consecuencia», sentenció.
En esta ocasión, la respuesta de China ha resultado más vehemente que ante pasadas disputas motivadas por los vínculos entre EE.UU. y Taiwán, hasta el punto de insinuar la involucración de efectivos militares, según han comentado fuentes próximas al diario 'Financial Times'; medio que ya adelantó hace una semana los planes de Pelosi, los cuales supondrían el primer viaje a Taiwán de un presidente de la Cámara en 25 años.
Joe Biden declaró este miércoles que espera mantener una conversación telefónica con Xi Jinping antes de final de mes. Durante su intervención ante los medios, el presidente estadounidense se mostró dubitativo respecto al viaje. «Creo que el ejército cree que no es una buena idea ahora mismo, pero desconozco cuál es el estado actual», aseguró.
Reiteradas filtraciones apuntan que la agenda de Pelosi no contenta a la Casa Blanca, pero de momento no ha manifestado disposición a cancelar sus planes. Esto ya sucedió en abril, cuando la tentativa fue suspendida después de que la política de 82 años se contagiara de Covid. También entonces su visita fue rechazada con firmeza por parte del gigante asiático. Expertos chinos consultados por ABC señalaban que las fuerzas armadas chinas podrían llegar incluso a movilizar cazas para acompañar el avión militar estadounidense, lo que supondría un gesto intimidatorio sin precedentes.
Estos movimientos agitan la posibilidad de un conflicto armado en la región, muy en boga tras la invasión rusa de Ucrania, como escenario de las diferencias entre la potencia establecida y la emergente. Al mismo tiempo, preocupa en Taiwán que una cancelación del viaje represente una victoria para una China cada vez más intimidadora y envalentonada.
«Una escuela de pensamiento dice que la lección es ir 'temprano y fuerte' antes de que haya tiempo de fortalecer las defensas de Taiwán (...) y quizá nos estemos encaminando hacia una confrontación antes de lo que habíamos previsto», afirmaba Chris Coons, senador de Delaware cercano a Biden y voz activa en la cuestión, durante una entrevista este fin de semana.
Reino Unido, de reojo
Zhao también tuvo palabras para el Reino Unido. «Quiero dejar claro a ciertos políticos británicos que realizar declaraciones irresponsables sobre China (...) no resolverá sus propios problemas». El portavoz de Exteriores hacía referencia a la carrera por sustituir a Boris Johnson como primer ministro, cuyos candidatos compiten en dureza al criticar al gigante asiático.
El aspirante Rishi Sunak afirmó ayer que considera que «China y el Partido Comunista Chino representa la mayor amenaza para el Reino Unido y la seguridad y la prosperidad del mundo en este siglo». Quien fuera canciller de Hacienda presentó asimismo una serie de medidas para «hacer frente a China», como cerrar todos los Institutos Confucio o impulsar «una nueva alianza internacional de países libres» similar a la OTAN.
Estas palabras confrontan con intervenciones pasadas, como cuando el año pasado llamó a mantener una «relación madura y equilibrada» con China. Así se lo ha afeado su rival Liz Truss, todavía ministra de Exteriores, quien en los últimos años ha mantenido un perfil más confrontacional. «No creo que sea inevitable que China se convierta en la mayor economía del mundo. De hecho, creo que hemos permitido que eso suceda», afirmó Truss este lunes durante el primer debate televisado entre ambos.
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