«Socorro, mi familia me quiere secuestrar»: el vídeo de una joven que destapa el drama creciente de una república rusa

Alexia Columba Jerez

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17/06/2024
Actualizado a las 12:09h.

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¿Qué harías si estuvieras a punto de desaparecer contra tu voluntad como si te tragase la tierra? Con la boca seca y el pulso acelerado, Liya Zaurbekova de 19 años sabía que disponía solo de unos minutos para tomar una decisión. Cogió su teléfono y empezó a grabar un vídeo en el baño de una comisaría de Moscú. Transmitió en directo un intento de secuestro por parte de su familia. «Entendí que si me ponían las manos encima sería el fin. Decidí que en lugar de eso me suicidaría. No les dejaría hacerlo», dijo esta joven chechena, hablando con 'The Guardian'. La pregunta es por qué ni siguiera en una comisaría se sentía segura, mientras su familia y hombres sin identificar y con un arma se agolpaban fuera a la espera de que saliera.

La razón tiene un nombre, Ramzan Kadyrov, que se describe como un fiel creyente en el islam tradicional, es el hombre de confianza del Kremlin. Y le ha dado vía libre para gobernar la república de Chechenia perteneciente a, la Federación Rusa, como considere oportuno. Eso incluye desapariciones, secuestros, purgas de homosexuales, dentro y fuera del territorio, así como la existencia de campos de concentración, tal como ha denunciado 'Human Rights Watch', entre otras.

Esto ocurre frente a nuestros ojos y a plena luz del día sin que inicien investigaciones sobre ello. Por eso, a Zaurbekova se le ocurrió que dejar constancia en las redes era el único salvoconducto al que podía aferrarse. Su resolución, como ella misma ha reconocido, era que «no quería desaparecer en silencio».

El temor de Zaurbekova no era infundado, uno de los ejemplos más recientes fue la desaparición de Seda Suleymanova, de 26 años. Tras huir de un intento de matrimonio forzado en Chechenia fue secuestrada por policías rusos y unos hombres chechenos en el apartamento de San Petersburgo en el que se escondía, en agosto de 2023. Y posteriormente detenida en una comisaría de policía bajo sospecha de robo de joyas.

Según los activistas de derechos humanos de NC SOS Crisis Group, Suleymanova fue devuelta a su familia, desde entonces no hay noticia de ella. Pero sus indagaciones señalan que puede haber sufrido un «asesinato por honor», una práctica habitual en Chechenia, en la que una mujer joven puede ser asesinada por un miembro varón de su familia porque ha traído la deshonra a su casa. El mismo modus operandi se aplicó en el caso de Selima Ismailova, de 20 años, otra mujer chechena que cuando se disponía a dejar el país fue detenida en el aeropuerto Vnukovo de Moscú.

Zaurbekova declaró que sus propios padres le habían advertido que si se le ocurría escaparse podría terminar igual que aquellas que la habían precedido en ese intento. «Al hablar de esas mujeres, dijeron sin rodeos que ser enterradas vivas no es castigo suficiente por la vergüenza que estas niñas trajeron a sus familias», explicaba Zaurbekova a los medios.

No en vano, la ONG rusa Memorial ya estimaba en 2007, fecha en que Kadyrov asumió el poder tras el asesinato de su padre, que entre 3.000 y 5.000 hombres, mujeres y menores habían desaparecido en Chechenia desde 1999. Y ahora, inevitablemente, creen que esta cifra podría ser mayor. Mientras se siguen sucediendo noticias esporádicas no solo de raptos de mujeres por las calles para matrimonios forzosos, sino también de exorcismos de esas mismas novias por rechazar a su futuro marido. Marta Ter, autora del libro `La Chechenia de Kadirov' decía al medio 'El Salto' que esta región es un agujero negro para las libertades.

Zaurbekova había llegado a Rusia con 16 años, durante años, según declaraba al grupo de derechos humanos Marem, vivió «violencia física y psicológica, control total y restricción de libertad» por parte de sus progenitores. No podía ir a la escuela ni salir de su casa. «Al crecer en Chechenia, mi círculo de amigos vivió vidas igualmente cerradas, lo que me llevó a creer que no había otra manera. Pero en Moscú me di cuenta de que mi vida no era normal», dijo al medio británico 'The Guardian'.

Con 19 años tomó la decisión de escaparse. Su familia reaccionó poniendo una falsa denuncia en la policía. Consiguieron rastrearla hasta un apartamento, cuando Zaurbekova se dio cuenta de la emboscada que preparaban logró nuevamente escabullirse llamando a la policía que se la llevó a comisaría. Les suplicó a los oficiales locales que la protegieran. Mientras, desde el tercer piso de la estación de policía podía oír a sus familiares llamándola para que bajara. Ella misma reconocía que lo que estaba en juego no podía ser mayor.

Por eso decidió darle a grabar y decir: «Mis padres me encontraron a través de la policía porque presentaron una denuncia ante la policía de Moscú. Ellos mintieron diciendo que era menor de edad, y me pusieron en la lista de buscados». Cuando estaba resguardada en el apartamento que le servía de cobijo vio a su padre en el patio de la casa donde vivía y llamó a la policía, que la llevó al departamento del Ministerio del Interior en el distrito de Nagatino-Sadovniki. Y relata que definitivamente hay unas 10 personas esperando fuera, tal vez más, «cuando intenté escapar mi familia tiró de mí justo en frente de los agentes del orden. No puedo salir por ahora, a causa de que si están haciendo esto frente a la policía, no sé qué más pueden hacer una vez ponga pie en suelo checheno», añadía.

Una vez su vídeo fue publicado en Telegram se convirtió rápidamente en tema de debate y los medios se hicieron eco de ello. La presión pública evitó que los agentes de policía, como habían hecho en otros casos, la devolvieran a sus familiares y consiguió ganar tiempo. Esa noche, la abogada de Zaurbekova, Natalia Tikhonova, la sacó a escondidas y la llevó al aeropuerto, donde tomó un vuelo con un destino que se mantiene bajo secreto. La letrada confirmó al medio RBC que ahora ella no está en Rusia. «No puedo decirte nada más, porque por motivos de seguridad no revelamos ningún detalle más», declaró.

La causa de que no puedan bajar la guardia es doble, ya que los hombres de Kadyrov siguen sumando acusaciones en su contra por ataques brutales y asesinatos de compatriotas exiliados más allá del territorio ruso. Fue el caso de Aminat Albukaeva, una conocida boxeadora chechena que viviendo en Suiza fue golpeada salvajemente por cinco hombres, identificados como chechenos.

La otra razón es porque el vídeo de Zaurbekova ha llamado la atención de Adam Delimkhanov, un estrecho colaborador de Kadyrov, que se comprometió personalmente a encontrar y reunir a la joven con su familia y hacer pagar a los que se han involucrado en su huida. Asimismo, el padre de Zaurbekova, Beslan, ha señalado a los medios rusos que seguirá incansable buscando a su hija adulta porque «no tenía permiso» para salir del país.

Marem en sus canales de Telegram publicó un llamamiento de Zaurbekova, en el que ella ante la cámara y con un claro signo de agotamiento en su rostro decía haber abandonado Rusia. «Es aterrador que Adam Delimkhanov esté prestando atención a este caso; tengo mucho miedo de que me busquen, me encuentren y me traigan de regreso a la fuerza. Les pido que me dejen en paz y que no pongan a las autoridades chechenas en mi contra».

Ella es una de los múltiples nombres de hijas o esposas que intentan huir de una vida sin derechos. El mensaje de Zaurbekova es claro: «Estoy bien, estoy a salvo, por favor no me busquen».