La fría reunión de Vance con Von der Leyen no logra rebajar la tensión entre EE.UU. y la UE
El vicepresidente norteamericano critica la censura y la «sobrerregulación» en el bloque europeo durante el encuentro celebrado en París
EE.UU. presiona a Zelenski para que ceda terreno a cambio de paz y no descarta que «algún día» Ucrania acabe siendo rusa

La Comisión Europea sigue avanzando a oscuras en sus relaciones con Estados Unidos. La reunión de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con el vicepresidente norteamericano, J. D. Vance, el primer contacto directo entre la UE y la Administración Trump, ... no parece haber resuelto las dudas que envuelven a las verdaderas intenciones del presidente norteamericano y la intención última de sus anuncios.
Al término de la reunión formal que tuvo lugar este martes en París, Von der Leyen publicó en redes sociales un comunicado bastante seco que más allá de las formalidades, no parece celebrar que el encuentro fuera especialmente cálido: «Bienvenido a Europa vicepresidente Vance. Gracias por una buena discusión sobre nuestros desafíos compartidos como aliados. Desde la seguridad y la estabilidad hasta la gran promesa de la tecnología y el desafío crítico del exceso de capacidad no comercial. Esperamos seguir cooperando con el presidente y con usted».
Teniendo en cuenta que horas antes la misma Von der Leyen había publicado también otro comunicado en el que prometió tomar «medidas firmes y proporcionadas» después de que el presidente Trump, anunciara durante la noche aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Para la presidenta de la Comisión, «los aranceles son impuestos: malos para las empresas, peores para los consumidores» y por ello si finalmente se imponen, «no quedarán sin respuesta», afirmó.
Welcome to Europe @VP Vance
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) February 11, 2025
Thank you for a good discussion on our shared challenges as allies.
From security and stability to the great promise of technology and the critical challenge of non-market overcapacity.
Looking forward to continued cooperation with @POTUS and you.… pic.twitter.com/qHNeF3Q9X4
En todo caso, lo menos que se puede decir es que la Comisión está bastante desorientada respecto a lo que puede o no pueda suceder en sus relaciones con su principal socio. Los portavoces del Ejecutivo comunitario tampoco podía dar respuestas concretas a las insistentes preguntas de los periodistas sobre cuál es la situación real y a qué deben atenerse los exportadores europeos. «Se ha dicho que Trump ha firmado una orden ejecutiva anunciando las tarifas, pero no han publicado nada, no sabemos realmente qué han aprobado. Por eso no vamos a hacer ninguna valoración», decían ante la sucesión de peticiones de información.
Ni siquiera fueron capaces de clarificar lo que había dicho Von der Leyen horas antes ni dar algún indicio sobre cuales serían los pasos del Ejecutivo comunitario en caso de que se tomasen represalias contra EE.UU. «El momento en el que se van a anunciar las contramedidas forma parte de nuestra estrategia y por eso tampoco contamos nada», se han limitado a decir.
Guerra en Ucrania
En la reunión con Vance participó también la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, que hizo saber que en la reunión también se habló de «temas clave: la guerra de Rusia contra Ucrania, el fortalecimiento de la defensa europea y las acciones de China». El expediente de Ucrania es ahora mismo –como también han recordado portavoces oficiales de la Comisión– «la principal prioridad» geoestratégica para la UE, pero no está claro si también es lo que piensa Vance.
Prueba de ello es que Kallas terminaba su mensaje en redes sociales recordando algo tan evidente como que «así como nuestros adversarios coordinan sus acciones, nosotros debemos hacer lo mismo». Alguien puede pensar que si Kallas ha creído necesario mencionarle esta obviedad puede que se deba al hecho de que no ha quedado claro que la Administración Trump esté pensando lo mismo.
Si se quiere buscar un significado a los gestos que se vieron ayer en París, el más evidente fue que Vance pronunció su esperado discurso en la cumbre sobre Inteligencia Artificial (IA) y que fue prácticamente un alegato contra la posición europea que aprobó hace dos años la primera ley del mundo sobre este campo.
Vance criticó la «sobrerregulación» europea, advirtió contra la «censura» de la libertad de expresión e insinuó que las principales regulaciones tecnológicas de Europa, la Ley de Servicios Digitales (DSA) y el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), deberían ser anulados. «Estados Unidos quiere asociarse con todos ustedes pero para crear ese tipo de confianza, necesitamos un régimen regulatorio internacional que fomente la tecnología de IA en lugar de estrangularla». Y ese régimen internacional solo puede ser el norteamericano, que ahora mismo no existe.
Probablemente el gesto más evidente de Vance fue precisamente que después de pronunciar su discurso abandonó ostensiblemente la sala, sin escuchar siquiera como cortesía los de Von der Leyen o del propio presidente francés, Emmanuel Macron, que era el anfitrión de la reunión.
Regateo
Las alusiones de Von der Leyen a los aranceles, lo que eufemísticamente ha denominado en su comunicado «desafío crítico del exceso de capacidad no comercial» serían entonces la única referencia concreta al asunto que tiene en vilo a miles de operadores económicos en toda la UE, a pesar de que en este campo la posición europea es más bien de enorme debilidad.
Los productores siderúrgicos ya están en un mal momento, muy lejos de esa sobre producción, porque se enfrentan a los altos precios de la energía y a la competencia china. De manera que se podría deducir que si los anuncios de Trump son una amenaza instrumental que busca obtener otra cosa en el regateo, tal vez eso que pretende puede ser acabar con la legislación que constriñe el funcionamiento de los gigantes norteamericanos de internet en el mercado europeo.
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