Trump: «¡Yo soy un verdadero disidente! He sido imputado más veces que Al Capone»
El expresidente, que ha participado este sábado en una Conferencia Política de Acción Conservadora, se proclama ganador de las primarias y promete deportaciones masivas y cerrar las fronteras
Nuevo golpe judicial a Trump: condena multimillonaria e inhabilitación para hacer negocios en Nueva York

«¡Yo soy un verdadero disidente!», proclamó este sábado Donald Trump ante la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). «He sido imputado más veces que Al Capone», bromeó. Era su primera aparición en público después de haber sido multado con 355 millones de ... dólares al ser condenado por fraude en Nueva York.
De ese modo, el líder republicano se manifestó en Washington ante sus más fieles. Entre gritos enfervorecidos -«¡USA!, ¡USA!»- una multitud aclamó su inminente reingreso en la Casa Blanca, como se les ha prometido. Ya acaba la travesía del desierto, todo se descubrirá, dijo, en los primeros días del nuevo 'mandato Trump': el fraude que cometió Joe Biden en 2020, la ilegitimidad de su presidencia, la represión de los disidentes, #la mentira del saqueo del Capitolio.
«Mi único plan es hacer América grande de nuevo», proclamó, ya aclamado como candidato ganador a pesar de que las primarias acaban de comenzar como quien dice. Sus primeras medidas, dijo, «serán cerrar las fronteras, parar la invasión, perforar más para buscar petróleo, devolver a los ilegales de Joe Biden a su país».
En este congreso también han participado invitados de todo el mundo con los que el trumpismo siente una afinidad ideológica. Estuvo primero Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Vino también Javier Milei, de Argentina. Fueron invitados Santiago Abascal, de España, y Nigel Farage, del Reino Unido. Trump ensalzó especialmente a Abascal, con quien se vio antes de su discurso, y le saludó como alguien que «está haciendo un gran trabajo», la mejor alabanza que suele deparar el candidato.
Coronación del ídolo
Para los militantes del trumpismo, la Conferencia Política de Acción Conservadora es la coronación definitiva de su candidato. Mientras Trump les hablaba se votaba aún en las primarias de Carolina del Sur, el estado de su contrincante, Nikki Haley, que iba camino de perder de forma humillante y lapidaria para ella, pues ese es el estado donde vive y del que fue gobernadora. Trump es ya el candidato republicano a la presidencia, y su único adversario real es él mismo: los juicios por la vía penal que tiene pendientes, con pena de prisión en caso de un veredicto condenatorio.
Este congreso es también un 'casting' de vicepresidenciables, una pasarela bajo los focos en la que recitar el guion de la gran película que puede comenzar tras las elecciones. Es puro estilo Trump, el maestro de la telerrealidad que elevó su fama con el programa 'El Aprendiz' de la cadena NBC. Todos los que la campaña de Trump ha filtrado como preseleccionados se dirigieron a estos votantes para denunciar la ruina de la presidencia ilegítima de Biden, como la describieron la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, y la diputada neoyorquina Elise Stefanik.

A pesar de su denuncia de lo políticamente correcto, lo cierto es que la mayoría de los candidatos que baraja Trump tienen algo en común: no hay casi ningún hombre blanco de mediana edad, como lo fue su elegido en 2016, Mike Pence. El diputado de Florida Byron Donalds es negro, el empresario Vivek Ramaswami es de ascendencia india y la exdiputada demócrata de Hawai Tulsi Gabbard es, como Noem y Stefanik, mujer. La excepción es J. D. Vance, senador de Ohio.
Al inicio de su discurso, Trump los fue nombrando a todos, escuchando cuán intensos eran los vítores y aplausos, como una especie de consulta en tiempo real.
Este es un congreso que se celebra desde 1974 y antes de la llegada de Trump a la política era un encuentro de grupos de presión y políticos republicanos al cual militantes de todo el país pagaban por acudir (unos 100 euros por cabeza). En año electoral, solía organizar una votación entre los asistentes para ver quién tenía enteros para ganar las primarias. En 2016 lo ganó el senador Ted Cruz. El equipo de Trump ni siquiera fue invitado. Tras su sorpresiva y contundente victoria en aquellas primarias, exigió una rendición completa, que es lo que tiene a día de hoy.
A su mayor gloria
El congreso es este domingo, por tanto, a mayor gloria del magnate neoyorquino. En los estands se venden camisetas con la faz de Trump con un águila y un león, gorras rojas con el nombre de Trump, tazas de Trump, hamacas Trump, zapatos Trump, todo lo concebible dentro del culto al ídolo. Nada se puede medir, al parecer, con Trump, ni siquiera el Estado de derecho.
Por ejemplo, uno de los invitados, el polemista Jack Posobiec, un veterano de estos lares, tomó el micrófono para defender el final de la democracia, con un tono vagamente jocoso. «¡Bienvenidos al final de la democracia! ¡La vamos a derrocar totalmente!», proclamó. «En lugar de democracia hay que defender la república constitucional, no somos una democracia, somos una república».
«En lugar de democracia hay que defender la república constitucional, no somos una democracia, somos una república»
Jack Posobiec
Polemista
Minutos después de esa intervención, los pasillos bullían, este era un nuevo mensaje, una idea interesante. «¡La democracia es obra del diablo! ¡La democracia es la imposición de la voluntad de una mayoría!», proclamaba ante un corrillo con periodistas Tommy Tatum, uno de los partidarios del expresidente de Estados Unidos que estuvo con la horda dentro del Capitolio durante el saqueo de enero de 2021.
Luego recordaba aquellas declaraciones de Trump de que en su nuevo mandato no se comportaría como un dictador a excepción del primer día, donde se supone que ajustará cuentas, si vuelve.
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