Trump purga a los republicanos que le cuestionaron
«Voy a hacer un anuncio muy importante el martes 15 de noviembre en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida», ha dicho su expresidente, en referencia a su posible regreso
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La fecha y el lugar están decididos. Será el 15 de noviembre en la lujosa mansión de Mar-a-Lago, en Florida, donde pasa la mayor parte de su tiempo tras salir de la Casa Blanca. Allí, Donald Trump prevé anunciar un regreso triunfal, ... según sus colaboradores más estrechos. El presidente consideraba las elecciones parciales de este martes como un éxito ya antes de que se celebraran, por un motivo sobre todo: en primarias ya purgó al Partido Republicano de voces críticas, y lo ha remodelado a su imagen y semejanza.
En el cierre de la campaña Trump quiso demostrar que no es rencoroso y fue a Ohio a hacer campaña por J. D. Vance, quien hace apenas dos ciclos electorales le dedicó duras críticas en las redes sociales, llamándole «reprensible». Vance, sin embargo, besó el anillo del nuevo hacedor de reyes republicano para presentarse al escaño en el Senado y es hoy más trumpista que el propio Trump, como muchos otros republicanos de nueva hornada. Y en el gran fin de fiesta de la campaña trumpista en las parciales de este martes, Trump hizo lo que más le gusta: preparar a sus masas para el gran espectáculo. «Voy a hacer un anuncio muy importante el martes 15 de noviembre en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida», dijo.
Su equipo lleva filtrando desde hace semanas a la prensa de EE.UU. la exclusiva de que el expresidente se dispone a anunciar su candidatura a las presidenciales de 2024. De hecho uno de los planes iniciales era hacer el anuncio el lunes, antes de las elecciones parciales, pero Trump reculó, temiendo enardecer a los votantes demócratas en estados que sorprendentemente se preveían ajustados, como Nueva York u Oregon. Esta será, si finalmente no cambia de planes, la tercera campaña de Trump, tras las de 2016 y 2020. En su retiro en Mar-a-Lago el expresidente ha mantenido un pequeño equipo que le lleva la agenda y la prensa, y se ha dedicado a apoyar a candidatos en primarias que con pocas excepciones han vapuleado al contrario.
Cuentas pendientes
Se ha librado, por ejemplo, de la diputada Liz Cheney, que llegó a ser una de las dirigentes de la bancada republicana en la Cámara y que ha acabado defenestrada por votar a favor del 'impeachment' de Trump tras la insurrección. Lo que se ha garantizado Trump en estas elecciones es algo que no tenía cuando llegó a la Casa Blanca en 2017 tras su inesperada y sorprendente victoria en el colegio electoral: un Partido Republicano en el Capitolio a su medida. Sigue teniendo algunas cuentas pendientes, como el jefe republicano en el Senado, Mitch McConnell, que ha marcado distancias después del saqueo del Capitolio, pero son muy pocas.
Según un reciente recuento de 'The New York Times', unos 370 candidatos conservadores en las elecciones que se celebraron este martes, la inmensa mayoría han puesto en duda que las elecciones presidenciales de 2020 fueran limpias, haciéndose eco de los lamentos de fraude de Trump. Es comprensible que Trump se centre en el legislativo. Cuando perdió las elecciones de 2020 denunció falsamente fraude. Tras fracasar por la vía judicial, sólo le quedaba que el Capitolio se negara a certificar los resultados. Para ello necesitaba el apoyo firme de su partido, incluido su vicepresidente, algo que no tuvo. Así que el 6 de enero de 2021 Trump convocó un mitin e invitó a sus miles de seguidores a rodear el Capitolio, lo que derivó en una insurrección y un saqueo, con cinco muertos por causas diversas. Tras irse de la presidencia, Trump anunció que trabajaría para purgar el Capitolio de críticos, algo que ha conseguido en este ciclo de elecciones parciales.
Las elecciones parciales, eso sí, han puesto en evidencia un problema del expresidente. Hay ahora una estrella emergente en su partido que le puede hacer una mínima sombra: el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Ambos políticos tuvieron relaciones cordiales hasta que DeSantis comenzó a asomarse a las encuestas de popularidad. En la recta final de la campaña, los dos hicieron mítines en su estado, pero no juntos. Sin atacarse, pero sin mostrar afecto aparente alguno.
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