Trump y Musk inician la mayor limpia de funcionarios de la historia de EE.UU.

Esta medida es solo el inicio de una reestructuración masiva que busca transformar por completo la administración pública estadounidense. Elon Musk, el hombre más rico del planeta y asesor de Trump, está detrás de este plan, ya que un correo anunciando estos cambios, enviado a los trabajadores federales, evoca otro que él dirigió a los empleados de Twitter cuando compró esa red social en 2022.

La Casa Blanca envió el correo masivo este martes a la mayoría de los 2.3 millones de empleados federales, excluyendo al personal militar, del Servicio Postal y de áreas relacionadas con la seguridad nacional e inmigración. Bajo el título «Fork in the Road», o «Encrucijada», el mensaje establece que los trabajadores tienen hasta el 6 de febrero para acogerse a esta renuncia voluntaria. Los interesados solo deben responder al correo con la palabra «dimito» desde sus cuentas oficiales.

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El correo, que señala que «no podemos garantizar la seguridad de su puesto, pero si es eliminado, será tratado con dignidad», refleja el inicio de un plan más amplio de reformas encabezado por el «Departamento de Eficiencia Gubernamental», dirigido por Musk. Este departamento tiene como objetivo reducir la plantilla federal al mínimo imprescindible, imponiendo nuevos estándares de rendimiento y reubicaciones forzosas para empleados remotos.

Actualmente, solo el 6 % de los funcionarios federales trabaja a tiempo completo desde oficinas físicas, una cifra que Trump pretende revertir. Bajo la nueva política, la mayoría de los empleados deberá regresar a las oficinas cinco días a la semana, con la posibilidad de cierres y fusiones de sedes que podrían obligar a reubicaciones masivas.

El teletrabajo del que gozan los funcionarios ha provocado el cierre de negocios en Washington, el abandono de edificios y un aumento de la delincuencia callejera. Los gobernantes de la capital, demócratas, apoyan los planes de forzar a los trabajadores públicos a volver a sus oficinas.

Además de fomentar el retorno presencial, la reforma detallada en ese correo incluye estándares más estrictos para recompensar el mérito y facilitar la salida de aquellos que no cumplan con las expectativas; despidos, reestructuraciones y la implementación de contratos de empleo por cuenta propia, eliminando protecciones laborales clave para muchos trabajadores, y criterios más estrictos para investigar y sancionar a empleados que incurran en conductas indebidas.

El presidente ha justificado estas medidas como parte de su promesa electoral de «limpiar Washington», tachando a la burocracia de ineficiente y corrupta. Sin embargo, estas acciones ya han generado nerviosismo en agencias gubernamentales esenciales, especialmente por boicoteos del funcionariado. Una juez federal bloqueó temporalmente una orden ejecutiva que congelaba todos los fondos federales, incluidos programas de vivienda y asistencia alimentaria.

El Gobierno federal de Estados Unidos cuenta con más de 3 millones de empleados, lo que lo convierte en aproximadamente la 15ª fuerza laboral más grande del país. Según un análisis del Centro de Investigación Pew, basado en datos de la Oficina de Gestión de Personal, la antigüedad promedio de los trabajadores federales es de 11.8 años, un indicador de la estabilidad laboral en el sector público.

Musk afirmó en un mensaje publicado este martes en X (antes Twitter) que entre el 5 % y el 10 % de los 2 millones de empleados federales con opción a la dimisión voluntaria podrían aceptar la oferta. Sin embargo, un portavoz de Oficina de Gestión de Personal indicó que la Administración no ha establecido una meta específica sobre el número de trabajadores que esperan que dejen sus puestos.