¿Una dinastía Trump? El futuro del Partido Republicano empieza a escribirse en Milwaukee
Cerca del líder republicano están siempre sus dos hijos mayores: Donald Jr. y el propio Eric. Vance se postula como la nueva cara del trumpismo
Estados Unidos, capital Milwaukee
Culto a Trump en Milwaukee
Donald Trump, jaleado por sus hijos Donald Jr. y Eric, y su candidato a vicepresidente J. D. Vance
Hace ocho años, era imposible imaginarse un EE.UU. con Donald Trump en el poder. Esta semana, en Milwaukee, en una convención donde el nombre y la cara del expresidente y candidato asaltan al visitante a cada paso, es imposible imaginarse un ... Partido Republicano con otro líder.
La evidencia de que el Partido Republicano se ha convertido en el Partido de Trump convive con otra realidad: en el caso cada vez más probable de que el multimillonario neoyorquino recupere la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, Trump acabaría su segundo mandato en enero de 2029, con 82 años. La Constitución limita a dos los mandatos presidenciales, por lo que no podría volver a presentarse otra vez. Trump ha bromeado con la posibilidad de intentar un tercer mandato. Pero, como ha podido comprobar este periódico en entrevistas con delegados y cargos del partido en Milwaukee, es una posibilidad que nadie contempla y que conllevaría una reforma constitucional larga y poco viable.
Pero eso no impide que alguien con el nombre Trump siga al frente del partido, o incluso de EE.UU. De momento, el flamante delfín de Trump no tiene ese apellido en su carné de identidad. El miércoles, J.D. Vance, elegido por Trump el lunes como candidato a la vicepresidencia, celebró su gran puesta de largo como la apuesta de futuro del Partido Republicano.
El senador por Ohio fue el encargado de cerrar la tercera jornada de la convención, el momento más esperado del cónclave político, con la excepción del discurso que dará este jueves el nominado del partido, el propio Trump.
En el discurso, que no se había producido al cierre de esta edición, Vance tenía previsto postularse como la nueva cara del 'trumpismo', una versión rejuvenecida de la línea populista del 'América primero' de Trump. Futuro le sobra a Vance, de solo 39 años, que desde este miércoles tiene la vitola de heredero de Trump.
Pese a ello, la consolidación del multimillonario neoyorquino durante el último año y medio como 'capo' republicano ha venido acompañada de una creciente presencia de su clan en el partido. Pese a las agitaciones de su primer mandato, pese al asalto al Capitolio por una turba de sus seguidores, pese a las cuatro imputaciones penales que le persiguen, pese a convertirse en el primer expresidente de EE.UU. declarado culpable de la comisión de delitos -o precisamente por todo ello-, Trump se ha confirmado como dueño y señor del partido. Y su familia y su círculo íntimo están en el centro del poder.
Sin 'establishment'
La convención en Milwaukee es una demostración de ello. La vieja guardia republicana, el 'establishment' que denostan los 'trumpistas', ha desaparecido. Ni rastro de Mike Pence, el exvicepresidente de Trump, considerado un traidor por no obedecer a su jefe en su intento de evitar la certificación de Joe Biden como ganador de las elecciones en 2020. Tampoco ha venido George W. Bush, presidente republicano en dos mandatos, despreciado por el nuevo partido como un 'globalista'. Mitch McConnell, líder republicano en el Senado durante casi dos décadas, decisivo para los grandes logros legislativos del partido, fue abucheado el pasado lunes en el estadio que acoge la convención.
Mientras tanto, en la nueva guardia muchos tienen el apellido de Trump, algunos de ellos con potencial de relevo dinástico. Una de ellas es Lara Trump, nuera del expresidente, casada con su segundo hijo, Eric. En primavera, Trump la colocó como copresidenta de la Convención Nacional Republicana, el aparato del partido. Su presencia preeminente se escenificó el martes, cuando fue la encargada de cerrar la segunda jornada del cónclave.
Cerca de Trump están siempre sus dos hijos mayores: Donald Jr. y el propio Eric. El primero, el primogénito, se ha convertido en una voz de mucho peso en el movimiento MAGA ('Make America Great Again', 'Hacer grande a EE.UU. de nuevo') y ha ganado influencia con su padre. Su relación cercana con Vance es una de las razones por las que su padre podría haber elegido al senador como su candidato a vicepresidente.
Eso podría significar que Don Jr. no tiene en sus planes una carrera a la presidencia. Pero en Milwaukee han circulado rumores de que un posible plan es que el hijo de Trump vaya en 2028 como candidato a la vicepresidencia con Vance al frente. Y quizá, más adelante, la Casa Blanca.
«Trump tiene más fuerza y vigor que cualquier persona con la mitad de su edad», defiende ante este periódico Martin Smith, delegado de California, desde las afueras de la convención. «Pero es cierto que el país necesita desesperadamente líderes jóvenes. Vance es una gran opción.Y los hijos de Trump deben estar implicados porque son una gran influencia».
«No me parecería algo escandaloso que hubiera una dinastía. Hemos tenido a los Bush, Clinton, Kennedy…», añadía Jim Heath, de Pensilvania. «Lo importante es que concurran con sus propios méritos».
Exposición
La visibilidad de los miembros de la familia del candidato es inédita en la historia de las convenciones. Donald Jr. y Eric están en cada aparición de su padre en su palco presidencial. También ha tenido presencia una de sus hermanas, Tiffany, que ha pasado de ser el patito feo de la familia a un puente de Trump con los votantes jóvenes. Con ese mismo objetivo, también tendrá protagonismo la siguiente generación de los Trump: este miércoles dio un discurso Kai, la nieta del expresidente, hija de su primogénito, de solo 17 años. Incluso otra de sus nueras, Kimberly Guilfoyle, casada con Donald Jr. (antes fue esposa de Gavin Newsom, el gobernador demócrata de California), se dirigió este miércoles a toda la convención en horario de máxima audiencia.
La visibilidad de los miembros de la familia del candidato es inédita en la historia de las convenciones
En Milwaukee, otros han buscado labrarse un papel en el futuro del partido. Entre ellos, voces que fueron muy críticas con Trump en 2016 -como los senadores y entonces candidatos a la presidencia Marco Rubio y Ted Cruz- que ahora muestra la fe del converso. También otros que hincaron la rodilla en las últimas primarias frente a Trump y a quienes el expresidente cubrió de insultos, como 'cabeza de chorlito Nikki Haley' -su exembajadora ante la ONU- o 'albóndiga Ron DeSantis', el gobernador de Florida.
Los dos tuvieron sitio en el escenario la noche del martes. Para mostrar la unidad del partido y, a cambio de olvidar las humillaciones, para no quedar fuera de él por oponerse a Trump.
La convención en Milwaukee ha dibujado un futuro en el que no es necesario que haya un Trump en el próximo 'ticket' presidencial. Pero también ha dejado claro que sin el apoyo de Trump y de los suyos será difícil coger el testigo.