Taras, el joven oficial ucraniano que soñaba con pilotar un F-16
Sacrificó la vida para proteger a sus compatriotas mientras realizaba una última misión
Ucrania espera un nuevo asalto enemigo en el sur mientras Rusia acumula fuerzas en Kursk
![Viktor y Sveta cuidan de la tumba de su hijo Taras, piloto ucraniano que murió con 26 años](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/11/15/taras-RJ223OBo5E2qYo4GdOLYhCM-1200x840@diario_abc.jpg)
Viktor Redkin y su mujer Sveta van a visitar la tumba de su hijo. El silencio cala dentro del coche cuando atraviesa los muros del cementerio de Járkov. Decenas de banderas ondean sobre las lápidas de los caídos por Ucrania. Cada vez ... más sepulturas de están coronadas por retratos de los militares. La guerra de Rusia contra Ucrania engulle ciudades enteras y también miles almas. Los intensos ojos azules del joven Taras destacan en el retrato colgado sobre madera oscura de la cruz. Dos pequeños peluches que llevaba siempre consigo durante los vuelos está sujetos sobre la placa que indica el día de su nacimiento y su muerte.
Sveta, la madre, acaricia la foto de su pequeño y no puede contener las lágrimas. Viktor se apresura a ordenar las flores que trajo de España. También coloca un poco de vodka sobre la lápida y enciende un cigarro que deja cerca de un trozo del avión que pilotaba. La profunda tristeza que ya nunca abandonará a estos padres se vuelve casi palpable. El joven piloto, orgullo de la familia, les fue arrebato por Rusia. Los últimos siete meses de su vida los dedicó a proteger los cielos del país. Y como dice su madre, la muerte llegó cuando aún no había empezado a vivir.
El oficial Taras Redkin falleció una semana antes de cumplir 26 años. Aquel fatídico día de septiembre de 2022, Viktor dejó de recibir sus mensajes. El aviador despegó un caza MiG-29 y se encaminó a la que sería su última misión de combate. La tarea había sido un éxito. Los rusos tenían un sistema de defensa aérea menor. Pero en el último momento el avión fue alcanzado por el enemigo y se perdió la comunicación. Taras, en sus últimos instantes de vida, decidió mantenerse en la aeronave para desviarla de la aldea de Volodymyrivka, en la región sureña de Mikolaiv, y así salvar a sus residentes. Por su hazaña recibió póstumamente el grado de la Orden de Bohdan Khmelnytsky III.
Valentía y pericia
Sus colegas de la Fuerza Aérea y su viuda recalcan la valentía y pericia del oficial. Taras se ha había esforzado por aprender bien inglés, pues entendía que el futuro de la aviación en Ucrania estaría vinculado a los cazas F-16. Pero el piloto de Járkov no tuvo tiempo de recorrer los cielos de Ucrania en uno de ellos. Fruto del esfuerzo de su familia, una calle en su ciudad natal ha sido rebautizada con su nombre. «Ellos murieron para que nosotros podamos vivir. Mantener su recuerdo y que la gente pueda buscar en Google quién era y sepa lo que hizo ayuda moralmente a soportar su pérdida», explica su padre. En su escuela se colocó otra placa y durante la ceremonia Oleksandr Protsenko, profesor en la Universidad Nacional de la Fuerza Aérea de Ucrania de Járkov, leyó un poema dedicado al piloto: «Ahora, Taras, estás visitando a Dios… Pero tus ojos, ojos azules… Verán nuestra victoria desde el cielo...».
Viktor Redkin sigue adelante a pesar del dolor. Su vida ahora se reparte entre España y Járkov. Su otro hijo y su esposa viven en nuestro país. Durante el inicio de la guerra a gran escala trabajó como voluntario, realizó evacuaciones y trasladó ayuda humanitaria a las zonas más castigadas. A día de hoy sigue reuniendo fondos para socorrer a los soldados que están en el frente. Y por si esto fuera poco, todavía tiene tiempo para ayudar a sus antiguos compañeros de la fábrica de aviones de su ciudad para gestionar sus pensiones. La familia Redkin siempre estuvo vinculada a la aviación.
Viktor Redkin sigue adelante a pesar del dolor. Su vida ahora se reparte entre España y Járkov. Su otro hijo y su esposa viven en nuestro país
Viktor muestra con orgullo vídeos de los imposibles entrenamientos de Taras. Mantiene el ánimo y la sonrisa solo se opaca cuando habla de su hijo. El piloto era bueno en matemáticas, además de un deportista reconocido por su destreza en la vela. El oficial de la Fuerza Aérea quería manejar aviones civiles y surcar los cielos del mundo. Acceder a esta educación no era barato y entonces optó por la carrera militar. Tras dos operaciones logró pasar todas las pruebas. La alegría de Viktor ante esta gran victoria le valió dejar el tabaco para siempre.
![Taras, durante uno de sus vuelos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/11/15/taraspiloto-U33031223484QTc-760x427@diario_abc.jpg)
Con un parte del MiG-29 en el brazo, el hombre atraviesa Járkov para dejar resueltos sus recados antes de visitar su casa del campo y volver a España por un tiempo. Esa dacha era el lugar favorito de Taras para descansar. Ahora acoge a niños evacuados de la región y lleva también su nombre. Allí los pequeños tienen un lugar seguro en el que seguir siendo niños a pesar de la guerra.
Taras Redkin será siempre uno de los pioneros en la aviación militar de la joven Ucrania independiente. Su partida dejó a sus padres y amigos huérfanos. Pero su recuerdo sigue latente en su hogar y en todo su país. La historia de la familia Redkin muestra que los cálculos de las bajas de los defensores están cojos. Detrás de cada defensor caído hay muchas más personas que pierden para siempre parte de su mundo.
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