¿Quién sucederá ahora al Líder Supremo de Irán, el ayatolá Jamenei?
La línea reformista, capitaneada por el presidente anterior, Hasan Rouhani, ha sido barrida de los órganos de poder tanto electos como no electos
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en paradero desconocido tras estrellarse su helicóptero
La muerte en accidente del presidente iraní no genera en las grandes capitales mundiales ninguna incertidumbre sobre el futuro del país. El sector duro del régimen fundamentalista controla desde hace años todos los resortes del poder, y lo previsible es que todos los candidatos seleccionados ... para la convocatoria adelantada de elecciones pertenezcan a la línea de Ebrahim Raisi. Así sucedió en los últimos comicios presidenciales, se repitió en los recientes para el Parlamento, y -salvo sorpresas- ocurrirá con el sucesor al puesto de jefe de gobierno. La línea reformista, capitaneada por el presidente anterior, Hasan Rouhani, ha sido barrida de los órganos de poder tanto electos como no electos.
La muerte de Raisi sí abre en cambio una gran incógnita en lo relativo al sucesor del Líder Supremo, el ayatolá Jamenei, sucesor de Jomeini. El jefe del Estado iraní, máximo líder religioso y político de un sistema absolutamente original, ya tiene 85 años y su salud es uno más de los misterios que guarda celosamente el opaco régimen jomeinista. Hasta ayer, el candidato favorito a la sucesión era Ebrahim Raisi, muerto a los 64 años. Se abre por tanto una etapa aún más trascendental que la de la sucesión de Raisi al frente del gobierno. En breve sabremos quiénes serán los llamados a rivalizar por el puesto de Líder Supremo, cuando el pequeño núcleo duro de los ayatolás -la Asamblea de Expertos, en la que el presidente de gobierno es uno más- se reúna para elegir al sucesor de Jamenei.
En este panorama interno de rivalidad por demostrar quién tiene más lealtad al ideario islamista, y más mano dura, el pueblo iraní es el invitado de piedra. La respuesta es un absentismo al alza, cada vez que los clérigos llaman a los electores a las urnas con candidatos puestos a dedo. A los iraníes les basta con batallar a diario con la dura situación económica, con un 40 por ciento de inflación. Además de que sortean como pueden -en particular las mujeres- las normas de la Sharía, de modo especial las relativas al velo obligatorio, que Ebrahim Raisi endureció en fechas recientes.
En el plano diplomático, la muerte del jefe de gobierno iraní no genera ninguna expectativa de cambio. La postura de apoyo a Hamás en la guerra de Gaza, el desafío a la comunidad internacional en la búsqueda del arma atómica, y la implicación en otros conflictos regionales para competir con Arabia Saudí, seguirán inalterables.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete