Scholz es percibido como el peor canciller alemán de la historia
Si se celebrasen hoy esas elecciones, el SPD quedaría en el tercer lugar, con sólo el 16% de los votos
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Alemania volverá a celebrar elecciones el próximo año y el Partido socialdemócrata (SPD) de Olaf Scholz está ya en modo campaña porque hay mucho por hacer. Si se celebrasen hoy esas elecciones, el SPD quedaría en el tercer lugar, con sólo el 16% de los ... votos. En teoría, ha perdido la categoría de Volkspartei, atribuible solamente a los partidos alemanes que reúnen grandes mayorías. Ganaría la conservadora CDU, con el 30%, según la ultima encuesta Forsa, y en segundo lugar quedaría la formación antieuropea y antiextranjera Alternativa para Alemania (AfD), con el 17%.
Esta formación ha descendido en los dos últimos meses desde el 22% en el que estaba instalado, debido a las publicaciones sobre reuniones de extrema derecha, en las que participaba alguno de sus miembros y en las que se promovía la «reemigración», la expulsión de los extranjeros de Alemania, independientemente de que tengan o no la nacionalidad alemana. Pero el descenso parece haber tocado fondo y no pasa de ahí en las últimas consultas.
Los socios de Scholz en la 'coalición semáforo' quedarían en un 13% Los Verdes, mientras que los liberales del FDP quedarían al borde de perder la presencia parlamentaria. Pero el dato que más preocupa en la Casa Willy Brandt de Berlín es el que ofrece la consulta Deutschland Trend, de ARD, en la que sólo el 19% de los alemanes se considera satisfecho con el canciller Olaf Scholz. El 74% de los alemanes cree que está haciendo «un mal trabajo» y este dato convierte a Scholz en el canciller menos valorado de la historia de la República Federal.
Su oficina se esfuerza por contrarrestar esa imagen. Con apariciones en TikTok e Instagram, Scholz pretende convencer a éxito. Frente la Cancillería, por cierto, tiene acampados a un grupo de jóvenes en huelga de hambre para protestar por su indiferencia hacia la protección del clima. Sus publicaciones en redes, además, han sido objeto de una lluvia de burlas y malicia, por ejemplo tras la publicación de sus fotos durante su visita al VRM Talk en Maguncia o por la publicación del vídeo en el que afirma: «Conmigo no: no ahorraremos en el área social porque tenemos que gastar más en nuestra defensa».
La patronal
Pero no son solamente los jóvenes los que manifiestan abiertamente su antipatía por el canciller alemán. La patronal, que tradicionalmente mantiene posiciones equidistantes a los partidos y relaciones lo más estrechas posible con la Cancillería de Berlín, no oculta ya su decepción. En una reunión a puerta cerrada con las cúpulas de las principales organizaciones empresariales del país, después de que estas formularan una serie de peticiones en una carta abierta que van desde la reducción de la carga fiscal para las empresas hasta el diseño de estrategias para reducir los precios de la energía y la burocracia, Scholz ha tenido que escuchar de todo.
«Las perspectivas coyunturales son bajas, el crecimiento de la productividad es débil y las perspectivas de inversión bajas», se ha limitado a decir en público el gerente de la Asociación de Patronos Alemanes (BDA), Steffen Kampeter. Más claro ha sido el presidente de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), Siegfried Russwurm, que ha lamentado los «dos años perdidos bajo el actual gobierno». El gerente de Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK) ha reconocido por su parte que «hay mucha frustración entre las empresas». «Al gobierno le falta perspectiva», diagnostica el presidente del Instituto de Investigación Económica (DIW), Marcel Fratzscher, «la transformación de la economía alemana, marcada por la digitalización y la descarbonización, sólo puede lograrse con empresas competitivas».
La política exterior es objeto también de gran malestar. Scholz no satisface ni a quienes consideran que es necesario apoyar sin reservas a Ucrania ni quienes desean no molestar demasiado a Putin. Esta semana ha recibido el canciller una carta firmada por todos y cada uno de los partidos políticos de Brandemburgo, incluido el suyo, en el que piden que cesen las ayudas alemanas a Ucrania, carta de la que se ha distanciado inmediatamente la directiva de Berlín. Y sus políticas sociales soliviantan a tirios y a troyanos.
«Para mantener al FDP a bordo de la coalición, Olaf Scholz está sacrificando la protección de los inquilinos. Con eso, el canciller está decepcionando inmensamente a sus votantes de 2021», analiza Caspar Schwietering, de Tagesspiegel. Y entre los rasgos que caracterizan esta legislatura y que más señalan los analistas como fuente de decepción, destaca la falta sistemática de autocrítica, incluso cuando el Tribunal Cosntitucional tumbo, en diciembre, los presupuestos generales de 2023 y 2024. En su comparecencia parlamentaria, el canciller se limitó a llamar «nueva realidad» a la amarga situación a la que la política de su semáforo había conducido. Sonaba incluso como si no fuera su coalición, sino el Tribunal de Karlsruhe el responsable de la miseria.
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