Scholz y Macron no logran cerrar la brecha en el eje franco-alemán
Alemania, Francia y Polonia comprarán más armas para Ucrania en el mercado internacional, pero no consensuan una estrategia común de defensa europea
Toda Europa estaría amenazada si Rusia gana la guerra en Ucrania, asegura Macron
El Bundestag alemán vota por segunda vez contra el envío de misiles Taurus a Ucrania
![El presidente francés, Emmanuel Macron (izquierda), y el canciller alemán, Olaf Scholz, se dirigen a la prensa en la Cancillería de Berlín](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/03/15/macron-scholz2-R9yufL9v3GANKECCmzxEFKN-1200x840@diario_abc.jpg)
Alemania, Francia y Polonia han acordado intensificar la cooperación en el apoyo militar a Ucrania, en una reunión mantenida este viernes en Berlín por los jefes de Gobierno de los tres países: Scholz, Macron y Tusk. «Entre otras cosas, adquiriremos aún más armas para ... Ucrania a partir de ahora, en todo el mercado mundial», dijo Olaf Scholz, que anunció también una «coalición de gran capacidad para adquirir munición de artillería de largo alcance». «Estamos los tres cerca y firmemente del lado de Ucrania y esto se aplicará durante el tiempo que sea necesario», continuó el canciller alemán, «pero también está claro que no estamos en guerra con Rusia». Y con este último apéndice fijaba la línea roja de su política hacia Ucrania, que mantiene bloqueado el eje franco-alemán y amenaza ahora con cercenar el potencial del Triángulo de Weimar.
El objetivo de la reunión era más ambicioso que este acuerdo para compras de munición: estaba orientado a fijar de una vez una estrategia europea común que permita ofrecer respuestas efectivas en este año crucial en el frente. Las reuniones de los últimos meses entre Scholz y Macron habían sido tan desastrosas que, a iniciativa de Alemania, se ha pasado al formato Triángulo de Weimar, que incluye también a Polonia, un formato descartado desde Berlín mientras el PiS de Jaroslaw Kaczynski estaba en el poder en Varsovia y recuperado ahora que Donald Tusk está al frente. «El hecho de que el motor germano-francés sea obsoleto no se debe sólo a las disputas entre Berlín y París, viene de una época pasada, la de la vieja Europa», analiza Anja Wehler-Schöck, responsable de Política Internacional del diario 'Tagesspiegel'. «Hoy el proyecto europeo no puede desarrollarse sin una voz de Europa del Este, más aún en vista de la confrontación con Rusia». Y aunque los tres se esforzaron por escenificar acuerdo y concordia –«la unidad es nuestra fuerza», reconoció incluso Scholz–, lo cierto es que sus posiciones difícilmente podrían ser más distantes.
Un futuro en juego
«Nunca tomaremos la iniciativa de escalar» en el conflicto, se avino Macron a respetar la línea roja de su anfitrión, pero sin dejar de subrayar la gravedad de la situación. «Nuestra seguridad y nuestro futuro están en juego en Ucrania», insistió, sin mencionar su reiterada a puesta por no descartar el envío de tropas occidentales al frente ucraniano, que horroriza a Scholz y que había repetido en una entrevista publicada sólo unos horas antes del encuentro en los canales de televisión franceses TF1 y France 2. «Todas estas opciones son posibles», acentuó, «y debemos decir con determinación, voluntad y coraje que estamos dispuestos a utilizar todos los medios necesarios para lograr nuestro objetivo».
«Ambos tienen sus puntos de vista y así seguirá siendo», reconoció el portavoz del Ejecutivo alemán Steffen Hebestreit, sobre las diferentes visiones que los jefes de Gobierno de Francia y Alemania.
La semana pasada en Praga, Macron dijo que se acerca un momento en Europa «en el que será apropiado no ser cobarde». No identificó al destinatario de su declaración, pero era evidente que apuntaba a Berlín, que descarta el envío de tropas y rechaza la entrega de misiles de crucero Taurus de largo alcance. «Scholz tiene que prestar más atención al Bundestag; para Macron la Asamblea Nacional es menos importante, pero la principal diferencia es que Scholz quiere ser reelegido y Macron se ocupa de su imagen para la historia», juzga el portavoz de política exterior del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Axel Schäfer, que considera que «Alemania y Francia deben enfatizar más claramente que su cooperación funciona en la vida cotidiana... pero dos estadistas como Scholz y Macron, obviamente, tienen temperamentos diferentes».
Tusk está del lado de Scholz y este viernes dejó claro que Polonia no quiere enviar tropas a Ucrania
En este asunto, Tusk está del lado de Scholz y este viernes dejó claro que Polonia no quiere enviar tropas a Ucrania. Pero las diferencias a tres bandas van más allá del envío de tropas. Durante el reciente y turbulento debate parlamentario sobre los Taurus, Scholz acusó indirectamente a Francia de no comprometerse financieramente lo suficiente con la ayuda militar a Ucrania.
París insiste en suministrar a Kiev material militarmente más potente, como misiles Scalp de largo alcance, allí donde Scholz subraya la ayuda financiera: este año Alemania trasvasará un volumen de más de 7.000 millones de euros y Francia sólo 3.000 millones. Y allí donde Scholz trabaja, incansable, por mantener anclado a EE.UU. a la estrategia sobre Ucrania, la perspectiva de Macron se basa más en la «soberanía europea». Tusk, por su parte, se presenta como el «socio más estable» de Washington en la UE, pero esa posición se tambalea con la posibilidad de que Trump llegue a la Casa Blanca. Y a la hora de comprar armas, Francia siempre ha preferido el mercado europeo y Scholz se a dirigido a EE.UU. y a Israel.
Refugios antiaéreos polacos
Los tres coinciden, al menos, en que «Rusia no debe ganar la guerra» y los tres son conscientes del peligro de una escalada del conflicto. «La prudencia no es algo que pueda calificarse de debilidad», ha defendido esta semana el canciller alemán ante el pleno del Bundestag. Alemanes y polacos sienten más de cerca la guerra que los franceses. Los medios de comunicación germanos publican que los misiles de Putin apuntan hacia Alemania y Polonia acaba de destinar 27 millones de euros en la construcción de refugios antiaéreos y otras infraestructura de seguridad sólo en Varsovia. Pero, por ahora, donde caen las bombas es en Ucrania.
«La prudencia no es algo que pueda calificarse de debilidad», ha defendido esta semana el canciller alemán ante el pleno del Bundestag
En coincidencia con esta reunión del Triángulo de Weimar, el alcalde de Kiev, Wladimir Klitschko, ha insistido en una entrevista con el semanario 'Focus' en que «no sólo necesitamos los F-16 y los Taurus, sino que necesitamos mucho más: nuestros soldados están exhaustos y los retrasos en el suministro de armas son críticos para nosotros... ya no tenemos municiones para defendernos, y mucho menos para atacar».
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