Rusia lanza su campaña de desinformación más agresiva en toda la guerra
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El nuevo medio en español RRN informaba a finales de agosto de la situación de absoluto bloqueo político e institucional que vive España tras las elecciones. Ignorando que la figura del Rey es meramente institucional, RRN publicaba que «hay muchas probabilidades de que el ... rey decida mantener a Sánchez como primer ministro, aunque el derechista PP y su presidente, Alberto Feijóo, se han ganado la simpatía mayoritaria de los ciudadanos».
El caos y bloqueo se ve agravado, según esta nota, porque «España está literalmente en llamas, y nadie necesita disputas administrativas». «Las Islas Canarias están sumidas en incendios naturales, y los servicios son incapaces de hacer frente a los elementos», concluía. «En la calurosa y seca España, no es una emergencia tan grave como para no poder prepararse, pero este año todo el mundo no está tan preocupado: los políticos están demasiado ocupados luchando por el poder».
RRN, con servicios en inglés, francés, alemán, italiano y, recientemente, español se vende como un sitio web de información fiable y de actualidad. Dice en su cabecera digital: «Este recurso proporciona información fiable de fuentes seguros. Noticias, análisis, opiniones y comentarios de expertos, referencias históricas y dossiers, exposición de fake news». Asegura tener redacción en Alemania, Italia, España y Serbia.
Entre sus expertos dice tener al comentarista español César Vidal, hoy radicado en Miami, quien el 5 de septiembre decía en un vídeo emitido en ese canal que «Ucrania es una creación completamente artificial, y no de hoy, sino de la Segunda Guerra Mundial, en la que el proyecto imperial nazi necesitaba destruir la Unión Soviética».
Según ha hallado la inteligencia francesa, RRN es en realidad la parte central de una gran campaña de desinformación rusa centrada en Europa con el objetivo primordial de desacreditar el apoyo occidental hacia Ucrania. La campaña se centra en la difusión de contenido favorable al Kremlin, suplantar a sitios web de medios y organizaciones como la OTAN, publicar desinformación sobre países europeos agravando las crisis existentes y, finalmente, distribuir este contenido polémico con la creación de cuentas y sitios web falsos en redes sociales. La inteligencia francesa reveló estos hallazgos en un informe publicado por la oficina del primer ministro el 13 de junio pasado.
Mentiras en español
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Defensa del Kremlin. El servicio en español del medio RRN, ampliamente difundido en Facebook hasta su prohibición ahí, publica noticias y comentarios que destacan el nazismo del pueblo ucraniano y de EE.UU.
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Expertos contra Ucrania. Un reciente comentario del analista César Vidal asegura: «Ucrania es una creación completamente artificial... en la que el proyecto imperial nazi necesitaba destruir la Unión Soviética. Y no sólo utilizó a los nacionalistas de las repúblicas bálticas, sino también a los nacionalistas ucranianos, culpables de terribles crímenes de guerra».
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Euroescepticismo. Una información del viernes asegura que el desencanto con Bruselas aumenta en Europa. Exagerando unos datos tomados de la web Statista, asegura que «el ánimo de salida crece en la Unión Europea. La gente está más a favor de los partidos que promueven el fortalecimiento de la independencia de los Estados, hasta la retirada de la alianza».
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Amplificación. Según ha revelado este mismo mes Meta, la empresa matriz de Facebook, los contenidos de RRN han sido amplificados con el uso de cuentas falsas y automatizadas supeditadas a grupos en Rusia, que recientemente han sido borradas.
RRN asegura que sus siglas corresponden al inglés «Reliable Recent News», o «Noticias Recientes Fiables». En realidad, cuando se creó en 2022, las siglas correspondían a «Reliable Russian News» o «Noticias Rusas Fiables».
El Consejo de la Unión Europea sancionó el 28 de julio a quienes están tras RRN, en particular a Inforos, un instrumento vinculado al servicio de inteligencia militar ruso, el GRU, que a su vez es responsable de la creación de más de 270 medios de comunicación subordinados que difunden propaganda en apoyo de la invasión rusa de Ucrania. Ahora Meta, la compañía matriz de Facebook e Instagram, ha publicado un informe en el que revela que, según sus datos de tráfico digital, «esta campaña es la operación encubierta de influencia más grande y persistentemente agresiva proveniente de Rusia desde 2017».
En total, Meta dice haber bloqueado unos 2.000 dominios en sus servidores, todos ellos parte de una ofensiva que los servicios europeos de lucha contra la desinformación han bautizado como Doppelganger. Se ha bautizado así porque un 'doppelgänger' en folklore alemán es un doble que a menudo tiene intenciones malévolas, y la campaña en cuestión busca imitar la apariencia y credibilidad de medios de comunicación legítimos para diseminar información falsa o engañosa.
Las limitaciones de Facebook, para la Comisión Europea, no son suficientes. Un informe publicado esta misma semana, titulado 'Digital Services Act: aplicación del marco de gestión de riesgos a las campañas de desinformación rusa', señala que las campañas de desinformación respaldadas por el Kremlin han ganado terreno en 2023. Estas actividades han aumentado en la plataforma X, antes conocida como Twitter, desde que Elon Musk tomó las riendas de la compañía. Además, pone de relieve que las cuentas pro-Kremlin han aumentado notablemente su audiencia en las plataformas de Meta y que el tamaño de la audiencia de estas cuentas en Telegram se ha triplicado.
Tras publicar ese informe, la Unión Europea ha identificado a seis gigantes tecnológicos cuyo poder espera controlar mediante la aplicación de un nuevo conjunto de reglas para favorecer la competencia en plataformas digitales: Alphabet (matriz de Google), Amazon, Apple, ByteDance, Meta y Microsoft. Las compañías tecnológicas tienen seis meses para cumplir con una lista completa de lo que pueden y no pueden hacer bajo las nuevas leyes europeas. Después de ese período, podrían enfrentarse a multas de hasta el 10% de su facturación, que por ejemplo en el caso de Meta es de 120.000 millones de euros.
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