Roma libera al ingeniero iraní encarcelado tras el regreso de la periodista italiana detenida en Teherán

 Teherán afirmó que Cecilia Sala -había entrado con una visa de periodista-, estaba bajo investigación por una violación no especificada de las leyes de la República Islámica. Pero su encarcelamiento fue visto de inmediato en Italia como un intento de presionar a Roma para que no enviara a Abedini a Estados Unidos. El ingeniero iraní fue acusado por Washington de varios delitos, relacionados con el suministro por parte de su empresa con sede en Suiza de sistemas de navegación para drones militares iraníes, que se utilizaron en un ataque que mató a tres militares estadounidenses e hirió a otros 40 en Jordania en febrero año pasado.

La decisión del Gobierno italiano de liberar a Abedinise se ha producido una semana después de que la primera ministra Giorgia Meloni volara a Mar-a-Lago, residencia del presidente electo estadounidense, Donald Trump, con el objetivo fundamental de presionarle para encontrar una salida en la difícil situación de Cecilia Sala. Giorgia Meloni reconoció el pasado jueves, al día siguiente del regreso de Sala a Roma, que su liberación fue «un trabajo complejo de triangulación diplomática entre Irán y Estados Unidos».

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El ministro de Justicia italiano, Carlo Nordio, ha tenido que ofrecer justificaciones jurídicas para su decisión. La clave está en que, según el tratado que ambos países tienen sobre la extradición, «sólo los delitos que son punibles según las leyes de ambas partes pueden dar lugar a la extradición, una condición que, basándose en el estado de los documentos, no se daba en este caso».

De todas formas, los medios italianos consideran que, aunque Estados Unidos no haya conseguido la extradición de Abedini, a cambio habrá tenido o tendrá algo más por parte de Italia: seguramente los secretos que el ingeniero conservaba en los teléfonos, ordenadores y aparatos electrónicos, vinculados a su trabajo como diseñador y comerciante de drones, que le incautaron en el momento de su detención. Y aunque le sean devueltos, ya no seguirán siendo secretos.

«Carlo Calenda, líder del partido centrista Azione, ha declarado que «este intercambio es algo justo. El Gobierno debe ser transparente y evitar decir que no existió intercambio» La diplomacia de los rehenes no es nueva en Irán. El régimen de los ayatolá ha utilizado la detención de extranjeros como herramienta para obtener concesiones. Este caso de Cecilia Sala se suma a una larga lista de episodios similares, donde periodistas, activistas y académicos han sido utilizados como piezas de negociación.