Carlos y Camila pasarán tranquilos y en la intimidad el primer aniversario de la muerte de Isabel II
Hoy se cumple un año de la muerte de la Reina sin que se puedan apreciar grandes cambios en la Monarquía británica. La modernización que Carlos III y su hijo Guillermo querían emprender no ha comenzado. Mientras, las sombra de los escándalos sigue persiguiendo a la Familia Real
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«La Reina ha muerto en paz en Balmoral esta tarde». Con esta frase, el Palacio de Buckingham anunciaba el 8 de septiembre del año pasado, a las 18:30 horas, tres después del deceso, el fallecimiento de Isabel II. La noticia vio la ... luz cuando los familiares más cercanos de la Monarca se encontraban en el Palacio de Balmoral tras haber sido convocados de forma urgente. A la Reina, que había cumplido 96 años, se le vio dos días antes sonriente y con buen semblante, cuando nombró a Liz Truss como primera ministra, así que la noticia, aunque no tomó por sorpresa a nadie debido a su avanzada edad, tampoco se esperaba tan pronto. Las especulaciones y rumores sobre las causas se dispararon, pero el registro civil de Escocia puso punto final a las teorías cuando desveló que el fallecimiento se debió, precisamente, a su vejez.
Discreción
A Isabel II le dio tiempo de celebrar su Jubileo de Platino, una fiesta nacional que incluso dio días festivos a los británicos por los 70 años en el trono de su soberana favorita. Pero su muerte provocó una gran conmoción en todo el mundo, que se manifestó en el Reino Unido durante un período de luto oficial de diez días y un funeral de Estado con altos cargos de medio planeta y multitudes llenando las calles de la capital. El dolor fue intenso. La gente hizo fila durante seis, diez y hasta quince horas para entrar al Westminster Hall, donde estaban sus restos; las flores, tarjetas y recuerdos inundaron los parques y Londres se blindó con el mayor dispositivo de seguridad de su historia.
Un año después, sin embargo, el primer aniversario de su muerte no será un asunto público. La fecha se recordará en la intimidad, sin ningún evento social relevante, y el Rey y su esposa, la Reina Camila, «pasarán el día tranquilos, en privado», según confirmó un portavoz de Buckingham.
Algunos medios locales señalaron que es posible que el Príncipe y la Princesa de Gales envíen un breve mensaje a los británicos en honor al legado de la Reina, aunque no está claro si se hará en persona o quizá en algún servicio religioso, si se transmitirá por televisión o si se publicará en las redes sociales, declaró a 'The Independent' Grant Harrold, exmayordomo real del Rey Carlos y la Reina Camila cuando todavía eran Príncipe de Gales y Duquesa de Cornualles.
En todo caso, el Rey Carlos III sigue los pasos de su madre, que solía celebrar el aniversario de la muerte de su padre de la misma manera. Y es que tras el fallecimiento del Rey Jorge VI, la Reina Isabel pasó en Sandringham todos los años desde Navidad y hasta después del 6 de febrero, fecha del deceso.
«Creo que va a ser un día para que la familia sea familia, para reflexionar y recordar. El Rey no pronunciará ningún discurso ese día, son una familia que se mantiene reservada cuando se trata de estas cosas», explicó Harrold, que sin embargo pidió estar atentos «a las redes sociales, ya que es probable que sea allí donde se compartan tributos o recuerdos».
Apoyo mayoritario
El Rey Carlos III, de 74 años y que había pasado toda su vida preparándose para ese momento, ascendió al trono de forma inmediata, aunque la coronación se celebró en mayo de este año. Y aunque no era fácil tomar las riendas de la histórica Monarquía bajo la sombra de una mujer que no sólo fue la soberana más longeva, sino además muy querida y respetada por buena parte de la población, la última encuesta de YouGov, publicada con motivo de este primer aniversario de la muerte de Isabel II y de reinado de su primogénito, no da malos resultados ni para él, ni para la institución.
Según esa encuesta, la mayoría de los británicos, el 59%, cree que el Rey está haciendo un buen trabajo, frente a sólo el 17% que dice que lo está haciendo mal, y el 60% tiene una opinión favorable del Monarca, frente al 32% que tiene una opinión negativa.
Según la consultora, «los resultados muestran una positividad general hacia la Monarquía a nivel nacional, pero una diferencia notable entre generaciones». Actualmente, sólo el 37% de los jóvenes entre 18 y 24 años quiere que Gran Bretaña siga siendo una Monarquía, mientras que el 40% preferiría un jefe de Estado electo.

Por el contrario, la mayoría de las personas en los grupos de mayor edad apoyan que se mantenga la Monarquía, incluido el 80% de los mayores de 65 años. El 62% de los británicos dice que el Reino Unido debería seguir teniendo una Monarquía, el 26% dice que el país debería tener un jefe de Estado electo y un 11% no está seguro. Cabe recordar que el apoyo a la institución había experimentado previamente un breve repunte, hasta alcanzar el 67%, inmediatamente después de la muerte de la Reina.
En todo caso, la mayoría de los encuestados, el 58%, piensa que la institución es buena para el país, y sólo el 21% la considera mala. Es más, según la consulta, el público tiende a estar orgulloso de la Monarquía: el 48% lo dice, frente a sólo el 19% que la encuentra vergonzosa. Otro 30% dice que no está orgulloso ni avergonzado de la Monarquía, mientras que el 3% respondió «no sé». En este apartado, jóvenes y mayores, nuevamente, tienen puntos de vista diferentes. La mayoría de los británicos de más edad, el 64% de los mayores de 65 años, dicen estar orgullosos de la Monarquía, una respuesta que sólo dan el 25% de los jóvenes entre 18 y 24 años.
Trabajo por hacer
Pese a estos datos, «el apoyo público no puede darse por sentado», escribió en una columna del diario 'The Times' el historiador real Ed Owens, autor del libro 'After Elizabeth: Can the Monarchy Save Itself?' (Después de Isabel: ¿Puede la Monarquía salvarse a sí misma?). En su opinión, «el Rey necesita modernizar urgentemente» 'La Firma', nombre con el que se llaman a sí mismos los Windsor.
Para Owens, «dos incidentes ocurridos la semana pasada pusieron de relieve el problema» de la institución. «En primer lugar, hubo un ejemplo de cuán complicado e irresuelto sigue siendo el papel del Príncipe Andrés cuando se vio al deshonrado Duque de York yendo a la iglesia en Escocia con el Príncipe y la Princesa de Gales» y «en segundo lugar, se espera que el Príncipe Harry esté en Gran Bretaña esta semana», pero «su alejamiento de la familia sigue siendo una llaga en la Casa de Windsor».
Su último ataque contra la Monarquía llega en forma de serie de Netflix, 'Heart of Invictus', en la que alega que no tenía una «estructura de apoyo» y que nadie lo ayudó a «lidiar con el trauma de regresar de Afganistán».

«Ambos [Andrés y Harry] tienen el potencial de provocar más daños», afirmaba Owens. Entonces, «¿Qué hacer con Andrés? ¿Qué hacer con Harry?», se preguntaba el experto, que consideraba que «estos son sólo dos problemas que afectan a una Monarquía que podría decirse que está estancada» y que necesita «urgentemente una reforma reflexiva».
La visita del duque de Sussex a Gran Bretaña para los premios WellChild ha dado lugar a afirmaciones de que podría desviar la atención del aniversario de la muerte de Isabel II.
Así lo creen voces como la de la escritora y locutora Esther Krakue, que consideró ante la cadena Sky News Australia que la presencia de Harry en el Reino Unido representa una amenaza para la realeza. «Una de las preocupaciones de que él esté aquí [en Londres] dando ese discurso en los Premios WellChild es que pueda desviar la atención del primer aniversario del fallecimiento de la Reina. Incluso si no hace nada polémico, incluso si viene simplemente como ciudadano privado y simplemente da su discurso y se va a Düsseldorf [para los Invictus Games], habrá atención de los medios a su alrededor», aseguró.
Los obstáculos
Así, son Andrés, Harry, y también su esposa Meghan, las piedras en el zapato de un Rey que debe definir su camino para no pasar a la historia como únicamente el intermediario entre Isabel II y Guillermo, el heredero. De momento, entre sus planes más inmediatos están, después del aniversario, viajar junto a Camila a su pospuesta visita de Estado a Francia, donde la pareja real tenía previsto desplazarse en marzo, pero se vio obligada a suspender el viaje debido a las protestas generalizadas en el país.
Según la prensa local, el Rey y la Reina también podrían viajar a Kenia en otoño, lo que marcaría el primer viaje importante de Carlos a un país de la Commonwealth desde que asumió el trono. Sin embargo, en opinión de Owens, «la Commonwealth, aunque muy querida por la difunta Reina, es una organización sin rumbo que carece de un sentido y un propósito» en el contexto actual, y «sin Isabel II, carece de la figura central que tanto hizo para mantenerlo en funcionamiento durante tanto tiempo».
Esto solo reafirma la urgencia de los cambios, que el Monarca ya estaría meditando, e incluso «se entiende que Carlos organizó una cumbre con Guillermo y Catalina para discutir el futuro de la Monarquía, reconociendo, al parecer, la necesidad de establecer una visión más clara de su reinado». Y es que, para el historiador, «Carlos y su heredero deberían liderar juntos esta campaña de modernización. Esperar la sucesión de Guillermo antes de implementar un cambio real sería un desastre».
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