El régimen chino se blinda para mantener el rumbo
La Asamblea Nacional Popular, el órgano legislativo del aparato, concluye su reunión anual incidiendo en la innovación tecnológica ante al declive económico
Los 'influencers' y el ministro: Wang Yi expone la política exterior de China en un simulacro de rueda de prensa
![Xi Jinping vota durante la reunión de clausura de la Asamblea Nacional Popular](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/03/11/China-R6dw0I6InAdLAPT9eeA4JSJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Las medidas de seguridad aumentan con cada paso hacia el corazón de Pekín. A lo largo de la avenida de Chang'an cuantiosos dispositivos policiales custodian cada esquina, cada intersección, cada tramo elevado. Su omnipresencia representa una lección aprendida: en 2022, poco antes del XX ... Congreso del Partido Comunista, un individuo sin identificar colgó en lo alto de un puente una pancarta que llamaba a «derrocar al dictador y ladrón Xi Jinping». En esta ocasión el blindaje se exhibe aún más hermético, con motivo de la ceremonia de clausura de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular.
En las inmediaciones de la plaza de Tiananmen hay más policías y agentes de paisano que viandantes –ratio que rebasa la plusmarca de la Alemania comunista, donde se decía que en tiempos de la Stasi la mitad de la población espiaba a la otra mitad–. Los escasos peatones, además, son sometidos a registros indiscriminados que vacían sus bolsillos, herencia de aquellos días en los que manifestantes se plantaban ante el Gran Palacio del Pueblo para presentar sus agravios en octavillas ante las cámaras de la prensa internacional. Otra lección aprendida, en definitiva.
Esta cita, la reunión anual del pseudórgano legislativo del régimen y, como tal, el principal evento político del curso, brinda el único momento en que periodistas extranjeros pueden acceder sin restricciones a la plaza, posibilidad vetada desde 2019, fecha del trigésimo aniversario de la matanza. La vacuidad de su inmensa superficie, la piedra desnuda, se antoja hoy un solemne encuentro.
La jornada ha amanecido cargada de polución pero esta ha ido desvaneciéndose a medida que se acercaba la hora convenida, demostración de que en China incluso el clima obedece a los designios del Partido Comunista. El cielo luce ahora celeste y la brisa hinche las banderas rojas que adornan el lugar, un entorno de postal revolucionaria para los delegados provinciales que van llegando en autobuses al núcleo de la República Popular y nada más apearse se fotografían de manera compulsiva ante los más míticos lugares patrios.
Las minorías étnicas acaparan los flashes con sus vistosos trajes típicos, y la de corresponsal caucásico no pasa desapercibida. Entre posado y posado el señor Xiao, representante de Henan, responde con suficiencia que «la economía china va bastante bien». Ante la puntualización de que «bastante bien» no es «muy bien», concede una única carcajada nerviosa antes de seguir a lo suyo.
![La Asamblea Nacional Popular tuvo lugar en el Gran Salón del Pueblo, Beijing](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/03/11/salon-U60138468287kpU-760x510@diario_abc.jpg)
Económicos arcanos
China concluye así una semana de supuestas deliberaciones sobre el rumbo del país a un año vista, perspectiva temporal marcada por los crecientes desequilibrios estructurales de una economía en declive. El cónclave arrancó el pasado martes con el discurso del primer ministro Li Qiang, quien adelantó las prioridades estratégicas y fijó el objetivo de crecimiento del PIB en «alrededor del 5%», una cota modesta en la serie histórica pero ambiciosa ante la situación actual. Desde entonces, sus palabras han sido examinadas una y otra vez en busca de pormenores.
«No indicó que las autoridades estén aumentando la importancia política del crecimiento económico [...]. No incluía políticas concretas para apoyar el consumo de los hogares [...]. Tampoco hubo nada nuevo para el debilitado sector inmobiliario», señalaba Wei He, analista de Gavekal, en un informe en el que destacaba el apoyo fiscal en forma de «la emisión de un billón de yuanes de «bonos especiales ultralargos del Tesoro».
«Si bien el informe sobre la labor del Gobierno presenta el objetivo y el apoyo fiscal esperado, el crecimiento económico dependerá de las políticas, y esta configuración no ayudarán a mitigar las preocupaciones del mercado sobre la trayectoria. Es poco probable que los nuevos estímulos impulsen la confianza, y la probabilidad de una sorpresa alcista parece pequeña», pronosticaba.
Una nota de 'Capital Economics', por contra, señalaba que «la agenda política presentada en la Asamblea Nacional Popular es razonablemente favorable al crecimiento. Los nuevos planes fiscales son alentadores, la política monetaria sigue teniendo un sesgo expansivo y el primer ministro reiteró los mensajes sobre canalizar fondos a promotoras inmobiliarias y adoptar un enfoque más constructivo hacia el sector privado. En conjunto, esto debería generar algunas mejoras a corto plazo en las condiciones y el sentimiento económico». Por eso, resulta revelador que incluso lecturas opuestas conduzcan a la misma conclusión: «Los estímulos se mantienen limitados y el efecto base se vuelve menos favorable, por lo que el objetivo gubernamental todavía nos parece exagerado».
Una novedad retórica en particular ofrece indicios sobre el futuro. «Cuando el Gobierno expuso sus principales prioridades para 2024, la estabilización de la economía no ocupó la primera posición; ese honor recayó en cambio en un llamado a desarrollar 'nuevas fuerzas productivas'. Desconocido hace solo seis meses, este lema está siendo utilizado por el máximo líder Xi Jinping para expresar sus crecientes ambiciones para el impulso a la alta tecnología», desgranaba otra experta de Gavekal, Tilly Zhang.
![Un miembro del Ejército Popular de Liberación hace guardia después de la reunión de clausura](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/03/11/army-U13586548078RSq-760x510@diario_abc.jpg)
«No» decorativo
El término contiene una marcada raíz marxista, al fin y al cabo dichas «nuevas fuerzas productivas» lo son por oposición a las tradicionales: trabajo y medios de producción. «El cambio de lenguaje muestra que sus ambiciones van más allá de la búsqueda de autosuficiencia tecnológica que ha dominado la política industrial de China desde la guerra comercial con Estados Unidos», continuaba Zhang. «En lugar de centrarse simplemente en duplicar las tecnologías existentes a nivel nacional, Xi también quiere ahora más «innovaciones disruptivas» y «avances tecnológicos revolucionarios» para convertir a China en un líder de las tecnologías del futuro. El aparato de políticas industriales ya está cambiando de rumbo como resultado de esta nueva dirección».
El parlamento, obediente, se dispone a votar. Zhao Leji, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, ejerce de maestro de ceremonias bajo la atenta mirada del líder. Muchas de las propuestas llevan el patronímico «Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era». Una a una, se someten al sufragio de los 2.900 delegados presentes, quienes deben elegir entre tres botones: verde, rojo, amarillo; a favor, en contra, abstención. Todas se aprueban de manera aplastante; la más disputada registra 44 votos en contra, es decir, la oposición del 1,51%.
¿Quién compone semejante minoría, más sospechosa de servilismo estético que de osado pluralismo? La mayor parte de los representantes hacen oídos sordos a la pregunta. «Yo he votado todo a favor, lo apoyo por completo. Todos los proyectos de ley son muy buenos, así que los apoyo por completo», responde uno de los delegados de Hong Kong. «El voto debe ser unánime, por supuesto, totalmente a favor», asegura otra, procedente de Jiangxi. Ambos se encaminan apresurados hacia la salida y embocan la plaza de Tiananmen, un mundo sin fisuras aparentes.
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