Putin le paga a Kim Jong-un 2.000 dólares por cada soldado de Corea del Norte enviado a la guerra de Ucrania

Ese dinero es una miseria por una vida humana, pero supone una fortuna en un país tan pobre y atrasado como Corea del Norte. Aunque el Estado proporciona una escasa cantidad de alimentos muy básicos para subsistir, como arroz y harina, la moneda nacional no vale nada y los sueldos medios, de 3.000 wones, solo suponen unos tres dólares o euros al cambio oficial. Por ese motivo, las divisas son la base de los mercados clandestinos, pero permitidos, que han proliferado en los últimos años, donde se ha duplicado el valor del dólar desde los 8.500 won de enero hasta los 18.000 de ahora, según Asia Press.

Pero eso no significa que los soldados desplazados a Rusia vayan a hacerse ricos si sobreviven a la guerra de Ucrania. Como el régimen comunista de Pionyang se apropia de prácticamente todo el sueldo de sus nacionales destinados en el extranjero, a ellos solo les quedará una pequeña parte para enviársela a sus familias. Casi todo el dinero irá, por tanto, a las maltrechas arcas estatales norcoreanas, por lo que Kim Jong-un recibirá mensualmente 20 millones de dólares (18,4 millones de euros) cuando estén desplegados los 10.000 militares que se esperan para diciembre.

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Pablo M. Díez

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De momento, el servicio secreto surcoreano calcula que hay unos 3.000 ya destinados en Rusia, donde han aparecido unos vídeos de supuestos soldados norcoreanos recibiendo uniformes en una base militar, difundidos por el Centro Ucraniano para la Comunicación Estratégica y la Seguridad.

Aunque Moscú había negado la información al principio, las pruebas se acumulan y ya ni siquiera Putin las desmiente. «Las imágenes son algo serio. Si existen, indican algo», reconoció sin pudor preguntado al respecto en la cumbre de los Brics celebrada en Kazán.

En unas imágenes emitidas por la CNN, que ha geolocalizado la grabación en el centro de entrenamiento Sergeevka, cerca de la frontera entre Rusia y China, se ve a unos reclutas asiáticos bajitos y enclenques, como suele ser habitual en Corea del Norte por la desnutrición crónica que se sufre desde la Gran Hambruna de los años 90. Buena prueba de esta precariedad se aprecia desde la frontera china en la ciudad de Dandong, donde se ve a los raquíticos reclutas norcoreanos de las patrulleras lavándose con agua del río que separa a los dos países.

A pesar de su delgadez y baja estatura, los instructores rusos parecen haber quedado impresionados con la forma física y la moral de los soldados norcoreanos, según ha podido saber la Inteligencia del Sur. Pero, eso sí, presentan una evidente falta de conocimientos sobre la guerra moderna y se espera que sufran muchas bajas cuando lleguen al frente. En este sentido, el propio ministro de Defensa surcoreano, Kim Yong-hyun, ya dijo el jueves que no eran más que «mercenarios carne de cañón». Precisamente, esa es una de las mayores preocupaciones de la alianza ruso-coreana, que ya está formando a estas tropas en el manejo de drones y en el uso de equipamiento militar más sofisticado.

Con este envío de tropas, Kim Jong-un no solo recibe una importante suma de dinero cada mes, sino que se congracia con Putin para que le suministre el petróleo y gas que tanto necesita Corea del Norte y tecnología para su programa nuclear y de misiles.