El primer ministro de Japón dimitirá en septiembre al renunciar a la reelección en su partido
Después de tres años plagados de escándalos, Fumio Kishida no se presentará a los comicios internos del Partido Liberal Democrático y dejará el cargo para que su sucesor concurra a las elecciones generales de 2025
Dimiten cuatro ministros del Gobierno de Japón por el escándalo de recaudación de fondos
Después de tres años plagados de escándalos que han hundido su popularidad, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, no se presentará en septiembre a la reelección como presidente de su partido, abriendo así la puerta a su dimisión al frente del Gobierno. «Como primer paso para dejar claro al público que el Partido Liberal Democrático (PLD) ha cambiado, he decidido no competir en la carrera presidencial», anunció Kishida este miércoles a la Prensa, según informa la agencia de noticias Kyodo.
Como en Japón es costumbre que el presidente del PLD ejerza el cargo de primer ministro, su renuncia significará su dimisión y el vencedor de dicha elección interna le sucederá al frente del Gobierno. Pero no será por mucho tiempo, ya que el próximo año se celebrarán elecciones generales y su sucesor tendrá que ganarse el puesto en las urnas. Precisamente, las malas perspectivas de Kishida ante dichas elecciones son las que han forzado su salida, ya que su aceptación ha caído hasta el 15,5 por ciento, la más baja para un primer ministro en más de una década.
La culpa la tienen los escándalos que han salpicado a su Gobierno desde que, en septiembre de 2021, Kishida ganara las elecciones del PLD para reemplazar a su antecesor, Yoshihide Suga, y un mes después los comicios generales con una cómoda mayoría. Entre los más sonados destacan la trama de financiación ilegal que el año pasado sacudió a su partido, que acabó con decenas de diputados investigados y la dimisión de cuatro ministros y cinco viceministros por no declarar las donaciones que habían recibido.
La mayoría de ellos pertenecían a la facción del difunto primer ministro, Shinzo Abe, cuyo asesinato en julio de 2022 conmocionó a Japón y destapó además las oscuras conexiones del partido con un polémico grupo religioso, la Iglesia de la Unificación del Reverendo Moon. Mientras el asesino de Abe confesaba que lo había matado porque su madre había donado todo su dinero a dicho grupo, se descubría que 179 de los 379 diputados del PLD estaban relacionados con dicho culto, fundado en 1954 en Corea del Sur y famoso por sus bodas multitudinarias y su ferviente anticomunismo. Por el temor a su influencia política, Kishida hizo una limpia en el partido, que luego continuó con la disolución de la camarilla de Abe.
Pero nada de eso ha servido para levantar su popularidad, que ha seguido desplomándose a medida que los precios de los alimentos se disparaban a su nivel más alto en casi medio siglo. Alertado por su derrota en las elecciones de abril a la Cámara de Representantes, el PLD se ha movido internamente para buscarle un reemplazo a Kishida y encontrar un candidato que esté menos quemado de cara a los comicios del próximo año. Prometiendo un «nuevo comienzo», el todavía primer ministro nipón ha asegurado que «una elección abierta y transparente, así como un debate libre y abierto, son importantes. El primer paso fácil de entender que indica un cambio en el PLD es que yo renuncie».
Se postulan sus sucesores
A pesar de su precipitada salida, Kishida ha cumplido tres años en el cargo, lo que supone todo un récord en la inestable política japonesa, en la que muchos de sus antecesores apenas han durado unos meses. Entre sus méritos destaca la reapertura de Japón en octubre de 2022 tras su cierre por el Covid, que llevó a retrasar un año los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y a celebrarlos sin público, y la cumbre del G-7 que tuvo lugar en 2023 en Hiroshima, a la que asistió por sorpresa el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Además, organizó un controvertido funeral de Estado para el ex primer ministro Shinzo Abe en julio de 2022.
Entre sus posibles sucesores, ya se han postulado para las elecciones internas del PLD el exministro de Defensa Shigeru Ishiba, quien fue número dos de esta formación y goza de bastante popularidad, y el ministro Digital Taro Kano, un reformista que se mueve muy bien en las redes sociales, según recoge Kyodo. A sus 67 años, y después de tres en el cargo, se vislumbra el fin de la era Kishida en Japón.
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