Groenlandia se niega a recibir a la esposa del vicepresidente Vance
Usha Vance sigue los pasos de Trump Jr., que viajó a Nuuk a principios de enero en una visita privada que sirvió para ilustrar la ambición del nuevo Gobierno de Estados Unidos sobre la isla del Ártico
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No habrá ninguna reunión entre la delegación estadounidense que llegará el jueves a la isla y el Gobierno interino groenlandés. El todavía jefe de Gobierno, Múte B. Egede, ha confirmado que no hay agenda oficial y que la esposa del vicepresidente J. David Vance ... , Usha, realizará un viaje de carácter privado que, sin embargo, supone una intromisión ilegítima en la política local. «Hay que subrayar que nuestra integridad y nuestra democracia deben ser respetadas sin ninguna injerencia extranjera», ha escrito en Facebook. Además, ha pedido ayuda a «nuestros aliados para que expresen su apoyo de manera clara y sin ambigüedades» frente a la reclamación de Trump sobre la isla.
Egede ha hecho estas declaraciones después de que la Casa Blanca anunciase que la esposa del vicepresidente J. D. Vance visitará la isla de jueves a sábado, junto a uno de sus tres hijos y varios acompañantes. Entre ellos se encontrará el asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz. Este último detalle ha sido publicado por varios medios de comunicación, pero no confirmado por la Casa Blanca.
Durante su visita, Usha Vance conocerá varios lugares históricos, aprenderá más sobre el patrimonio groenlandés y asistirá a la tradicional carrera nacional de trineos tirados por perros Avannaata Qimussersu, en la ciudad de Sisimiut, en la que participan 37 mushers y más de 400 perros. El primer ministro de Groenlandia ha reaccionado al anuncio diciendo que «puedo entender perfectamente que la gente esté preocupada». Además, ha recordado que los groenlandeses «han sido tratados de una manera inaceptable, lo que no es apropiado entre amigos cercanos y aliados».
Usha Vance sigue los pasos de Trump Jr., quien viajó a Nuuk a principios de enero en una visita privada que sirvió para ilustrar la ambición del nuevo gobierno de Estados Unidos sobre la isla del Ártico. Desde entonces, miles de groenlandeses han protestado reiteradamente contra los planes de toma de poder de Trump.
Dinamarca, socio de la OTAN, ha insistido en que los ciudadanos de Groenlandia, en gran medida autónoma, podrían decidir por sí mismos sobre su futuro y su posible independencia del reino danés, pero el Gobierno de Copenhague rechaza tajantemente la «política imperialista» de Trump sobre la isla. Washington ni siquiera ha intentado hablar del asunto con el Gobierno de Dinamarca, pero sí ha mostrado interés por entablar contacto con la autoridad local, salida de las recientes elecciones regionales.
«Se ha informado claramente a los estadounidenses que solo podrá haber reuniones una vez que entre en funciones el nuevo gobierno», ha aclarado Egede. Desde la derrota de su partido de izquierda, dirige Groenlandia de forma interina a la espera de que se negocie la nueva coalición de gobierno. Su probable sucesor, Jens-Frederik Nielsen, líder del partido de centroderecha que ganó las elecciones, ha hecho un llamamiento a la calma. «Entiendo que alguien se sienta incómodo. Cuando altos funcionarios extranjeros llegan a nuestro país en lo que se llama visitas privadas, causa preocupación», ha declarado. «Mi responsabilidad más importante durante este tiempo es crear seguridad. Seguridad para aquellos de ustedes que preguntan si las decisiones se están tomando por encima de nuestras cabezas. No está pasando. Y ese no será el caso», ha insistido, tras volver a calificar como «inapropiados» los comentarios de Trump sobre su deseo de anexionar Groenlandia.
Trump cuestiona la histórica reclamación de Dinamarca sobre la isla y argumenta motivos de «seguridad nacional» para anexionarla a Estados Unidos. En su reciente reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump afirmó que «un barco atracó allí hace unos 200 años y dicen por eso que tienen derechos sobre la isla, pero en realidad no creo que los tengan». Su vicepresidente, J. D. Vance, critica duramente a Dinamarca por considerarla «un mal aliado». Los cinco partidos del Parlamento de Groenlandia emitieron la semana pasada una inusual declaración conjunta en la que expresaron su firme rechazando cualquier noción de control estadounidense. El disgusto es generalizado hacia una visita que Washington insiste en presentar como una misión cultural y diplomática.
Además de asistir a la carrera de trineos, la delegación explorará el patrimonio groenlandés y se relacionará con las comunidades locales. «La delegación está emocionada de presenciar esta carrera monumental y celebrar la cultura y la unidad de Groenlandia», informa la oficina del vicepresidente. Sin embargo, todo apunta a que la bienvenida brillará por su ausencia.
Malik Berthelsen, alcalde del municipio de Qeqqata, en el oeste de Groenlandia, se ha negado a reunirse con Usha Vance durante la visita. «Puedo confirmar que ellos se han acercado a mí y querían reunirse, pero he rechazado el encuentro y he dicho que no estaré disponible al menos hasta después de las elecciones municipales del 1 de abril», ha declarado a Sermitsiaq. Las autoridades de Groenlandia han sido informadas de la visita, que se describe como «no oficial», según ha podido saber Sermitsaq. Varias autoridades locales groenlandesas informan sobre intentos parecidos, todos ellos rechazados. Vivian Motzfeldt, ministra en funciones de Independencia y Asuntos Exteriores, ha confirmado al diario danés Jyllands-Posten que no hay agenda ni programa de la visita.
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