El presidente electo de Costa de Marfil llama a la lucha callejera
Laurent Gbagbo se mantiene en la sede del Gobierno mientras sus tropas leales recuperan puntos clave del país
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El presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, instó este viernes a sus seguidores a la toma de la sede del Gobierno, donde se encuentra refugiado su rival político, Laurent Gbagbo , así como apeló a una nueva jornada de lucha callejera.
En un comunicado emitido desde el centro operativo de las Fuerzas Nuevas —el grupo de antiguos rebeldes del norte del país— tanto Ouattara como su primer ministro, Guillaume Soro, aseguraron que «la movilización ciudadana continuará», mientras que denunciaban el reclutamiento por parte de los rebeldes de «3.000 milicianos liberianos» para respaldar a la Guardia Republicana. Unas acusaciones que se producen tan solo un día después de que se registraran 32 muertos en la capital , Abiyán, en los enfrentamientos entre militares y partidarios de ambas facciones políticas.
El pasado 3 de diciembre, el mandatario Laurent Gbagbo fue proclamado vencedor de las elecciones presidenciales por el Consejo constitucional, con el 51,45% de los votos. Una decisión que invalidaba los resultados entregados previamente por la Comisión Electoral, que otorgaba la victoria a su rival político, Alassane Ouattara.
Respaldo internacional
Y pese a que la comunidad internacional reconoció prácticamente de forma unánime la victoria de Ouattara e instó a Gbagbo a entregar el poder, las tropas leales al «mandatario disidente» han recuperado el control de varios puntos claves del país, como la sede de la televisión estatal y los barrios de Ayamé y Yopougon.
Un hecho que provocó, en la madrugada del jueves, el despliegue de cerca de 800 cascos azules de la ONU en las cercanías del Hotel de Golf de Abiyán, donde se encuentra recluido Ouattara , por temor a un nuevo derramamiento de sangre. Solo una semana antes, el mismo secretario general de la Naciones Unidas, Ban ki-moon, ya había advertido que los cerca de nueve mil cascos azules que se encuentran en la región harían «todo lo que está en su poder para preservar la paz y la seguridad en el Estado».
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