Polonia sufre un «gran ciberataque» tras derribar estatuas soviéticas y votar para declarar a Rusia como estado terrorista
El parlamento eslovaco también ha sufrido un ciberataque esta misma semana
Telefónica pide a algunos de sus clientes que cambie la clave del wifi
El parlamento de Polonia ha sido víctima de un ataque por parte de piratas informáticos desde varios puntos del exterior y, según un portavoz del gobierno, «entre ellos figura la Federación Rusa». El ataque se produjo el miércoles, en coincidencia con una votación sobre la ... clasificación del gobierno ruso como un «régimen terrorista». La moción fue aprobada junto a un llamamiento a la comunidad internacional para que se investiguen los crímenes de guerra en Ucrania.
El texto, apoyado por todos los senadores, afirma que «los invasores rusos» son «bandidos» que «aterrorizan a los ucranianos bombardeando objetivos civiles: jardines de infancia, escuelas, teatros y urbanizaciones» y que «torturan y asesinan a prisioneros de guerra». Acusa además a Putin «y su aparato del terror» de «traer de vuelta las crueles prácticas de los regímenes estalinista y nazi». El mismo texto alude al «secuestro de niños ucranianos para ser criados como rusos» y a la «deportación y reubicación de ciudadanos ucranianos en dirección a los últimos rincones de Rusia».
El ataque informático coincidió también con la decisión de demoler cuatro monumentos erigidos durante el régimen comunista como parte de la «desutilización» de los espacios públicos del país, que tuvo lugar el jueves. Los monumentos fueron retirados simultáneamente y en un discurso previo, transmitido por la televisión estatal, el director del Instituto de la Memoria Histórica de Polonia (IPN), Karol Nawrocki, se refirió a las inscripciones que acompañan a los monumentos como «mentiras históricas» y dijo que todas ellas «simbolizan la maldad del sistema comunista» por lo que deben ser desmanteladas «no tanto por su estética, sino por su significado».
Otros 30 monumentos
Tras el retiro de esas cuatro estatuas quedarán otros treinta monumentos que el gobierno polaco se propone también destruir, según el director del IPN, que recuenta que ya se han desmantelado más de 20, de acuerdo a la ley que regula la retirada de cualquier vestigio de la era comunista en calles y edificios de Polonia, que data de 2016 y autoriza la eliminación de placas, nombres de calles y monumentos relacionados con la antigua Unión Soviética de cualquier espacio público.
Las autoridades polacas guardan por ahora silencio sobre los daños causados por el ataque informático a la sede parlamentaria. El gobierno había activado previamente el nivel de alerta Alfa-CRP, el primero de un total de cuatro, por considerar concebible un ciberataque a la infraestructura crítica. «Sería ingenuo pensar que Polonia no está amenazada por tales ataques», dice Piotr Ciepiela, de la consultora EY, que recuenta unos 4.000 ataques al año solamente en el sector energético. «Sin embargo, lo peor está porvenir», augura, «observamos una mayor recopilación de información para ataques efectivos y la creación de estructuras criminales, de manera que en otoño e invierno esperamos ataques con una intensidad reducida de guerra convencional».
También el presidente del parlamento eslovaco, Boris Kollár, interrumpió la sesión del Consejo Nacional el jueves a causa de un ataque cibernético «muy grave» de origen desconocido. Los ordenadores de los legisladores, incluidas las máquinas de votación, dejaron de funcionar, impidiendo el funcionamiento de la cámara. «Nunca sucedió algo así en el Consejo Naciona», lamentó el vicepresidente Peter Pčolinský, que informó que las sesiones del único órgano constitucional y legislativo de Eslovaquia deberán reanudarse a más tardar el 8 de noviembre.
El portavoz de la Autoridad de Seguridad Nacional, Peter Habara, dijo que aún no puede revelar detalles sobre el «gran ataque cibernético». No se descarta que los piratas se hayan infiltrado en la infraestructura informática e instalado software de secuestro de datos, que bloquea la red de ordenadores o cifra la información almacenada con objeto de conseguir un rescate.
En el caso de Eslovaquia, las autoridades no mencionan la posibilidad de un ataque externo, pero la proveniencia del interior no descarta la conexión rusa. Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero, Eslovaquia se ha comportado como un socio fiable para Occidente, apoyando a Ucrania verbal, diplomática y militarmente.
De hecho, a menudo ha hecho más de lo esperado para un país de su tamaño, como lo demuestra la donación del sistema de defensa aérea S-300. Pero el gobierno ha perdido la mayoría en el parlamento y es posible que no llegue a final de año, mientras que recientes encuestas señalan que la mayoría de los eslovacos darían la bienvenida a una victoria militar de Rusia en Ucrania. El año pasado, Globsec informó que el 56% de los eslovacos cree que la OTAN provoca deliberadamente a Rusia al rodearla con sus bases militares y más de la mitad también cree que Rusia es víctima de un «complot occidental». En enero, justo antes de la invasión, el 44 % creía que la OTAN era responsable de la tensión en Ucrania, mientras que solo el 34 % pensaba que Rusia tenía la culpa y Putin era visto positivamente por el 55 %, porcentaje que se redujo al 28 % en abril, tras el inicio de la invasión.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete