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Las perspectivas europea post elecciones

Los exministros Juan Costa y Eduardo Serra, el embajador de España Javier Rupérez y el economista Daniel Lacalle conversan sobre los resultados de las elecciones europeas

Meloni se alza como referencia de estabilidad ante las tensiones de la UE

Los exministros Juan Costa y Eduardo Serra, el embajador de España Javier Rupérez y el economista Daniel Lacalle ABC
Giuseppe Tringali

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Hoy os propongo una entrevista a cuatro personalidades del mundo político, diplomático y económico, los exministros Juan Costa y Eduardo Serra, el embajador de España Javier Rupérez y el economista Daniel Lacalle sobre los resultados de las elecciones europeas.

Los resultados electorales indican que avanzan las derechas y los populares, retroceden de manera importante los liberales y los verdes y fatigan pero resisten los socialistas.

Los mismos resultados impactan también en los principales gobiernos europeos: fortalecen el gobierno italiano que ahora es aún más fuerte y estable y evidencian la complicada situación española, mientras que debilidan mucho a los gobiernos alemán, belga y francés, que se enfrentará en este mismo mes a nuevas elecciones con una nueva posible e inédita alianza entre los republicanos (el centroderecha clásico) y la Agrupación Nacional de Le Pen.

El panorama es complejo y al mismo tiempo interesante, estamos en vísperas de una nueva Europa, pero ¿cuál podrá ser?

Los resultados electorales indican una demanda de una Europa diversa y no a tracción francoalemana. Los mismos resultados evidencian un gobierno italiano más fuerte y estable, pero de la otra una fuerte debilidad de los Gobiernos francés, alemán, de Bélgica y una complicada situación en España.

¿Cómo impactará esta situación y la avanzada de la derecha en la formación de las decisiones sobre el futuro de Europa?

- Eduardo Serra: Hay que tener en cuenta que Europa supone el 6% de la población mundial y aproximadamente el 5% de la superficie terrestre. A pesar de ello, Europa ha gobernado el mundo al menos desde el año 1500 a 1950. Casi cinco siglos de dominio de esa península de Eurasia. A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, Europa ha ido declinando en favor de los Estados Unidos que ha recogido la bandera de la hegemonía mundial, al menos hasta el momento. Desde entonces, Europa está declinando de una manera persistente; una sola prueba, en el año 1960, las economías europea y norteamericana tenían aproximadamente el mismo tamaño, hoy la economía norteamericana supone casi el doble que la europea.

Así las cosas, creo que estos resultados electorales tienen muchas lecturas, pero quizá una de las importantes es que tradicionalmente la Unión Europea había sido liderada por el triángulo formado por Alemania, Reino Unido y Francia, y después del Brexit este triángulo se convierte en un dueto. Estas últimas elecciones, con el importante robustecimiento del papel de Italia, puede volver a recuperar la fisonomía triangular. Creo que esto es una buena noticia para nosotros: Italia es un país latino, mediterráneo y con una economía similar y con problemas parecidos a la nuestra.

El avance de la derecha tiene una doble lectura en cierto modo contradictoria: por un lado, la extrema derecha, que me gusta muy poco, tendrá la ventaja de hacer una Europa menos burocrática, menos intervencionista y menos reguladora. Por el contrario, tendremos más dificultad para seguir construyendo Europa, y creo que esta tarea en la que ya llevamos 75 años es la más urgente de todas, si queremos que la voz europea se siga oyendo en el mundo. La extrema derecha nunca se ha distinguido por su europeísmo.

- Juan Costa: Creo que el impacto será importante, pero más limitado de lo que se podría derivar de la alta visibilidad (resultados llamativos) de los avances de la derecha radical en Francia o en Alemania. Dos apuntes: la Administración en Europa juega un papel de contrapeso en la práctica que impide cambios bruscos. La derecha radical carece de una base ideológica coherente. Veremos un Partido Popular europeo que pondrá más foco en inmigración y cierto pragmatismo medioambiental.

- Javier Rupérez: Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio de 2024 tienen una primera y evidente lectura: la mayoría de su composición sigue residiendo en el conjunto integrado por el Partido Popular Europeo, la socialdemocracia y los liberales. Cabría reseñar el significativo aumento del voto al centrismo del PPE y la no menos importante reducción del voto obtenido por los socialistas y los liberales, pero lo visible radica en el mantenimiento de la mayoría convencional y, en sus comportamientos, al menos por ahora, previsibles. Se trataría de constatar que el núcleo duro de la Europa federalista, tal como hasta ahora en general la hemos conocido, seguiría definiendo el futuro del conglomerado.

- Daniel Lacalle: Europa debe responder al descontento de los ciudadanos en vez de acudir a ignorar la realidad, que es lo que ha hecho en las dos últimas convocatorias. Me temo que populares y socialistas reeditarán una coalición que ha generado un enorme avance de la derecha más radical ante el silencio de los partidos tradicionales con temas como inmigración, energía, agricultura e industria. Italia y Meloni se perfilan como los pilares más sólidos en Europa y esto es un enorme cambio de perspectiva con respecto al pasado.

Los números postelecciones dicen que se podría repetir numéricamente la mayoría de Ursula von der Leyen, pero se podrá no tener en cuenta el avance de la derecha, de los populares y el mal resultado de los liberales, de los verdes y, en meor medida, también de los socialistas.

- Eduardo Serra: Efectivamente, se puede repetir la actual mayoría, pero yo creo que será muy importante escuchar la voz del electorado si queremos que la gente siga confiando en el proyecto europeo. Hasta ahora la Unión Europea se ve, y lo hemos visto en el Brexit, como un proyecto excesivamente intervencionista y burocrático y tenemos que evitar esa visión. Esta puede ser una buena oportunidad.

- Juan Costa: A corto plazo, gobiernos más débiles significan una Europa más débil y una Comisión en teoría menos intervenida, pero con credibilidad limitada. Los partidos tradicionales viven de la renta. Necesitan hablar con el elector, dialogar, convencer y aceptar que las herramientas y políticas del siglo XX ya no funcionan con eficacia. Necesitamos una refundación del liberalismo. Si no lo hacemos, Europa será cada día más débil. Los ciudadanos han perdido confianza en el sistema.

- Javier Rupérez: Son otros y no menos significativos, y no especialmente prometedores, los resultados obtenidos en las urnas europeas por los partidos nacional-populistas que en la derecha del espectro han obtenido notable cantidad de voto en diversos sectores geográficos de la Unión. Contundente resulta el caso de Francia, donde el éxito obtenido por la formación dirigida por la señora Le Pen ha forzado al presidente Macron a disolver las cámaras legislativas y convocar elecciones generales en fechas próximas. Pero el francés no es el único ejemplo de crecimiento o mantenimiento del nacional populismo: en Alemania, donde la socialdemocracia del canciller Schulz ha quedado relegada al tercer puesto, los populistas son ya la segunda de las formaciones; la primera, de la mano de la señora Meloni, en Italia; fortalecidas en Bélgica y en los Países Bajos; imperante en la Hungría de Obran, sólida, aunque no mayoritaria, en la Polonia de Tusk; y harto visible en el norte y en el este del continente. Lo cual llevaría a una primera e inquietante pregunta, fundamentalmente basada en la primera historia de la UE: ¿están los que fueron sus fundadores cayendo en las manos de los que, en resumidas cuentas, quieren estar caracterizado por sus dudas europeas, cuando no abiertamente por su antieuropeísmo?

- Daniel Lacalle: Reeditar la coalición con los socialistas es garantía de fracaso para el Partido Popular Europeo. Si no se dan cuenta de que esa coalición ha generado más descontento, estancamiento y políticas equivocadas, los partidos de centroderecha sufrirán más en el futuro. Von Der Leyen ha blanqueado todos los desequilibrios y malas políticas de gobiernos como el de Sánchez, impulsado medidas intervencionistas fallidas que han atacado a la agricultura y la industria y debe reflexionar ante ese fracaso sin precedentes. La UE no es un erial de estancamiento por casualidad, sino por las políticas impuestas.

¿Qué Europa se espera? ¿Más Europa con las actuales características burocráticas e interventoras en la política de los estados miembros o una nueva Europa con menos papeles, pero muchos más determinantes, como en la política internacional, en la defensa, en la política energética o verde, pero con menos dirigismos, más neutralidad tecnológica y menos intervención directa en la política de los estados?

- Eduardo Serra: Además de lo que he dicho, hay que añadir que es la Europa que necesitamos menos burocrática y menos interventora, también va a ser previsiblemente menos Europa y por tanto menos determinante. No solo seguirán existiendo de veintitantas voces de profesoras, sino que articular proyectos económicos con condicionantes políticos, como sucedió con el Eurofighter, no facilitará el futuro de Europa.

- Juan Costa: No veo cambios a corto plazo. Sin embargo, es evidente que Europa tiene nuevos desafíos y debe adaptarse a la nueva situación. Hoy es evidente que necesitamos una mayor inversión en defensa y más autonomía. Revisar la política energética y abandonar algunos dogmatismos basados en prejuicios ideológicos y también por supuesto un papel más activo en la política internacional. ¿Seremos capaces? Ojalá.

- Javier Rupérez: La historia que Schuman había comenzado en 1950 parecía haber ido cobrando un perfil que, con todas sus imperfecciones y dudas, se dirigía hacia un conjunto federal que, aun sin adoptar el nombre, parecía aspirar a convertirse en los Estados Unidos de Europa. La progresiva integración de las políticas nacionales de sus miembros, en la economía, en la legislación, en la ciencia, en la seguridad, en los movimientos transfronterizos, así lo hacía prever. En la lectura de los resultados de estas elecciones parlamentarias europeas, y en al análisis de los componentes que muestran sus nuevos integrantes, conviene anotar la existencia de esos vectores de preocupación ciudadana y hacerlo no solo en su dimensión comunitaria sino también y sobre todo en la que describe la aproximación ciudadana en las respectivas esferas nacionales. Es indispensable y urgente llamar la atención de todos aquellos que han creído y siguen creyendo en la Europa de la paz, la libertad, la democracia y la prosperidad: ya no caben las dudas, las bromas o los arreglos baratos. En la supervivencia de Europa nos jugamos la nuestra propie.

- Daniel Lacalle: Más burocracia y más intervencionismo no es más Europa, es menos Europa. No percibo autocrítica en la burocracia europea. Me temo que seguirán por el mismo camino.

¿Cambiará la gobernanza europea por ejemplo sobre la votación unánime?

- Eduardo Serra: Coincido con Javier Rupérez, en que creo que será más difícil la votación unánime después de las elecciones que antes y ya hemos visto que lo era y mucho.

- Juan Costa: Cambiar la gobernanza actual no va a ser fácil, siempre es complejo; y en este caso aunque los cambios electorales no vayan a producir cambios significativos a corto plazo, sin embargo van en la dirección contraria a lo que en mi opinión Europa necesita en materia de gobernanza.

- Javier Rupérez: Es difícil imaginar la votación unánime en la nueva situación. Siempre fue complicada. Ahora todavía más.

- Daniel Lacalle: No creo que cambie.

En las inesperadas próximas elecciones en Francia hay una hipótesis de un acuerdo entre republicanos y los de Le Pen, ¿qué peso puede tener?

- Eduardo Serra: Francia, que hasta ahora ha tenido un peso decisivo en la construcción europea, previsiblemente, será menos europeísta, pero también disminuirá el peso del intervencionismo y de la regulación.

- Juan Costa: Son muy importantes las consecuencias políticas. Si Francia se levanta populista y le da la espalda al liberalismo y al centro, los partidos tradicionales tienen dos opciones: o refundirse y hacer autocrítica o caer en manos del populismo de derechas. La derecha radical está en el gobierno o apoya 8 de los 27 estados miembros, incluyendo Holanda, Chequia, Suecia, Italia o Hungría.

- Javier Rupérez: Inclinaría la balanza hacia una Francia a lo Trump, tipo «faites la France a nouveau grande», que sería, como en otras ocasiones ha sido, una marcado obstáculo para el progreso en Europa.

- Daniel Lacalle: Muy importante. Francia pasaría de ser un impulsor de las políticas actuales a ser un crítico.

¿Condicionarán las decisiones europeas Las guerras y las elecciones americanas, en el caso de que gane Trump? ¿Cómo?

- Eduardo Serra: Si Trump gana las próximas elecciones americanas, me temo que condicionará y mucho el futuro de Europa. Su frase preferida «América First» quiere decir que se ocupará menos de Europa y en general del resto del mundo. Yo creo que implicará que Europa tendrá que hacerse cargo, de una vez, de su propia defensay también que diseñar con mayor amplitud su política exterior. Es decir, exigirá más a la unión europea lo que por otra parte, no nos vendrá mal.

- Juan Costa: Europa, independientemente de quién, en noviembre, sea presidente de Estados Unidos, tendrá que pensar a ser más autónomamente organizada en particular en la defensa, por supuesto siguiendo en la OTAN .

- Javier Rupérez: Inevitablemente cobra un protagonismo principal lo que el 5 de noviembre tendrá lugar en los Estados Unidos de América para elegir a su próximo presidente. Que, si Dios y los americanos no lo impiden, bien pudiera ser el recientemente condenado por haber cometido delitos penales, Donald Trump. Confesado ultranacionalista del «Make America Great Again», visible despreciador de la supremacía de la ley, confesado adversario de la colaboración política o militar con la Europa democrática, declarado amigo de los movimientos nacional-populistas que tan visible presencia han adquirido el 9 de junio de 2024 en las elecciones al Parlamento Europeo. Amigo del autócrata ruso Vladimir Putin, responsable de la invasión criminal de Ucrania en 2022 y en definitiva creador de la crisis internacional contemporánea de más graves e imprevisibles consecuencias para la estabilidad y la paz en el mundo. Y, si bien se mira, personaje en el que confluyen las admiraciones de los populistas europeos, tanto a derecha como a izquierda.

- Daniel Lacalle: El antisemitismo que están demostrando algunos gobiernos europeos debe ser combatido con firmeza. Si gana Trump como si no lo hace, la Unión Europea debe darse cuenta de que su modelo de intervencionismo es un fracaso.

Concluyendo, el resultado de esta conversación/entrevista evidencia las complejidades endógenas y exógenas a las cuales como europeos nos enfrentamos para la consolidación del concepto de Europa. Una Europa que tiene que avanzar en su Diseño y Gobernanza para ser menos burocrática y mas eficiente al mismo tiempo que más competitiva en todos los aspectos geopolíticos, económicos, financieros y sociales.

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