¿Qué significa la purga ministerial iniciada por Xi Jinping?

Al conseguir un tercer mandato, eliminando las limitaciones impuestas tras los abusos acumulados durante la logeva era maoísta, Xi Jinping ha multiplicado su poder, promocionado a sus palmeros y eliminado a los más moderados siguiendo una brutal lógica comunista. Para ilustrar este siniestro cambio político en China, que abarca desde la seguridad hasta el control de la economía, sirva la depuración en vivo y en directo del antiguo líder Hu Jintao a modo de ejemplarizante colofón para el último congreso del partido celebrado en octubre del 2022.

Desde entonces, el misterio de los jerarcas caídos en desgracia y desparecidos de la noche a la mañana no ha hecho más que prolongarse cuan interminable muralla china. En julio se esfumó Qin Gang, titular de Exteriores cuyo cese fue oficialmente comunicado después de que no se le hubiera visto el pelo durante treinta días. En agosto se echó a faltar tanto al general Li Yuchao, comandante de la Fuerza de Misiles, como a su segundo, el general Liu Guangbin.

En esta purga implacable, en septiembre se ha perdido el rastro del ministro de Defensa, el general Li Shangfu. Se especula con una renovada campaña contra la corrupción pero también habría que insistir en la intolerancia de Xi Jinping a la falta de control y sumisión, especialmente en el Ejército Popular de Liberación creado en el verano de 1927 como brazo armado de los comunistas para luchar en la guerra civil china. Como dijo Mao, el poder político surge del cañón de un arma.