El Parlamento Europeo da luz verde a Teresa Ribera y al resto del Ejecutivo de Von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea ha definido a Ribera como una europea «auténtica y devota»
Quién es quién en la Comisión Europea de Ursula Von der Leyen

El Parlamento Europeo aprobó ayer la nueva Comisión que presidirá por segunda vez la alemana Ursula von der Leyen. De los 688 votos emitidos, 370 fueron a favor, 282 en contra y 36 abstenciones; es decir, una mayoría más frágil que la que ella ... misma obtuvo en julio, cuando fue apoyada por 401 votos, lo que se explica por las reticencias que han expresado ciertas delegaciones nacionales dentro de la llamada coalición europeísta. De alguna manera, los diputados parecen confiar más en ella que en el equipo que ha formado con los mimbres que ha recibido de los gobiernos nacionales y que por primera vez en más de veinte años han pasado todos por la criba parlamentaria y ninguno ha sido formalmente rechazado.
Entre los populares, los españoles han votado en contra porque incluye como vicepresidenta primera a la socialista Teresa Ribera, mientras que para muchos liberales y socialistas belgas, alemanes y franceses el problema estaba en la presencia de los dos comisarios de grupos populistas de derecha, el húngaro Oliver Varhelyi y sobre todo el italiano Raffaele Fitto, con rango de vicepresidente. No le han votado ni los nacional populistas del grupo de Patriotas, al que pertenece Vox, ni la izquierda radical; en cambio, Von der Leyen ha obtenido un significativo apoyo dentro de las filas de los verdes y de los conservadores de ECR que capitanea la italiana Giorgia Meloni.
Von der Leyen y sus 26 comisarios tienen ahora cinco años de gestión en un entorno político inédito. La alemana solo se quejó de que los países no le han propuesto un numero suficiente de mujeres e insistió sobre todo en la urgencia de ponerse a trabajar «inmediatamente» utilizando una nueva brújula que marcará tres rumbos convergentes: innovación, descarbonización y seguridad que ya adelantó que requerirán «nuevos enfoques» incluyendo inversiones, públicas y privadas, simplificación normativa, una fuerza laboral renovada, tanto en términos cualitativos como cuantitativos y en ello movilizará a casi todos los comisarios, pese a que nominalmente sus competencias son muy variadas. «Esto es un equipo», insistió en referencia al hecho de que las decisiones en la Comisión se toman por consenso, es decir, que raramente se votan, porque se busca que todos los comisarios estén de acuerdo.
La portavoz de la delegación española del PPE, Dolors Montserrat, había dicho antes de la votación que «en el PP (español) decimos 'sí' a la Comisión y 'no' a Teresa Ribera. Ha sido la vicepresidenta de un Gobierno que está envuelto en un escándalo de corrupción», pero también que «como miembros leales del PPE apoyamos a esta Comisión».
Al PPespañol le habían pedido sus correligionarios que se abstuviesen en lugar de votar en contra, pero han preferido los inconvenientes de romper la disciplina de voto del grupo, algo que por otro lado no tiene consecuencias.
Y, de hecho, Von der Leyen les ha contestado de alguna manera haciendo un elogio explícito y rotundo de la figura de la nueva comisaria española como vicepresidenta ejecutiva. De ella ha señalado que «está bien preparada para garantizar que tengamos una política de competencia moderna que respalde nuestras ambiciones. Es auténtica y comprometida y juntas trabajaremos siempre por el interés europeo».
Lo único que explica la reiterada simpatía de la presidenta de la Comisión hacia Pedro Sánchez es que lo necesita para mantener permanentemente en su coalición europeista al grupo socialista. Sin embargo, algunos comentaristas decían ayer que estas alabanzas en la sesión de investidura pueden volverse contra Von der Leyen en caso de que en el futuro Ribera se viera gravemente salpicada por algún escándalo respecto a su gestión en España. La exigencia de los populares para que se comprometiese a renunciar voluntariamente a su cargo en caso de que la justicia la señale por su actuación en España no se ha cumplido.
Asesor especial
Los elogios a la vicepresidenta socialista no ha sido el único gesto para ampliar la base que la sostiene. Al grupo popular le puede decir que catorce de los comisarios son de su familia política, a la que ella misma pertenece, y a los verdes les ha hecho el favor de nombrar hace dos días como asesor especial suyo al belga Philippe Lamberts, que fue el portavoz parlamentario de los ecologistas durante las dos últimas legislaturas y que en esta ocasión es la pieza de mayor envergadura que han logrado situar en las instituciones comunitarias.
El líder de los populares, Manfred Weber, se mostró satisfecho con el resultado. «Mi mayoría, si se me permite decirlo, se está convirtiendo en realidad y eso me hace feliz porque necesitamos estabilidad en un sentido más amplio en el Parlamento Europeo, de lo contrario no podremos cumplir con los intereses de Europa», afirmó en una rueda de prensa.
Un cambio desconocido
El hecho de que por primera vez se haya normalizado la presencia de grupos políticos que la izquierda quería aislar a toda costa representa un cambio desconocido en la política europea. Von der Leyen no tuvo los votos del ECR en su investidura personal, pero si los ha obtenido en la de la Comisión en su conjunto, lo que añade un elemento nuevo en el panorama político europeo. Los socialistas pueden intentar hacer olvidar que votaron lo mismo que muchos de los diputados de extrema derecha o pueden mover la frontera de lo que creen que es presentable o no y correrla hasta el vecindario de Orbán y Vox que forman el grupo de los Patriotas por Europa. En cualquier caso tarde o temprano tendrán que negociar con ECR, algo que querían evitar a toda costa.
En todo caso, la presidenta ha querido tratar al Colegio de Comisarios, «el equipo que Europa necesita en este momento de la historia», como un conjunto diverso y plural del que solo se ha quejado por el hecho de que ella habría querido mantener la paridad entre hombres y mujeres. «Al principio del proceso de nominaciones, tenía cinco nombres de mujeres. Luché con uñas y dientes para llegar a once, que no es ni la mitad y que definitivamente no es suficiente» y demuestra que «todavía queda mucho trabajo» para completar un objetivo de igualdad.
Diversidad
Sin embargo, se mostró encantada por la diversidad entre sus comisarios, no solo por sus 27 nacionalidades, lo que es inevitable, sino también porque pertenecen a todas las generaciones e incluye «a ex primeros ministros, ministros, alcaldes, periodistas, empresarios, biólogos y físicos. Algunos vivieron la guerra, otros la transición a la democracia». Ymencionó especialmente a la comisaria belga Hadja Lahbib –hija de la inmigración magrebí, antigua periodista de televisión que llegó a ser ministra de Exteriores y ahora es la responsable de Igualdad–, que «ha roto tantos techos de cristal».
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