Otrora enemigos, China convence a Vietnam de su «futuro compartido»
Xi Jinping logra una simbólica elevación de las relaciones durante su visita al país vecino, apenas tres meses después de Biden
Xi Jinping y Putin: el té de dos viejos amigos contra el mundo
![El presidente de China, Xi Jinping (R), llega a Hanoi](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/12/12/vietnamo-R1jPdKNT33WlQNYeecjX6pO-1200x840@abc.jpg)
La historia demuestra, sin necesidad de mentar aquel piolet, que la amistad entre comunistas no es cosa fácil. Lo saben bien a ambos lados de la frontera entre China y Vietnam, dos de los cinco países del mundo que todavía mantienen este régimen político, ... una singularidad compartida que no amiga tanto como el pragmatismo y convive a la vez con conflictos pretéritos y actuales. A modo de reafirmación imperiosa en tiempo de rivalidad entre grandes potencias, Xi Jinping ha cruzado hoy al otro lado para saludar a sus camaradas hochiminenses.
El líder chino ha aterrizado al mediodía de este martes en Hanoi, donde ha sido recibido por las autoridades del país. Se trata de su primera visita en seis años pero la tercera desde que asumió el poder, más que cualquiera de sus predecesores, plusmarca que la prensa oficia vietnamita se ha apresurado a subrayar. Raudo con la pluma, Xi no ha tardado en firmar hasta treinta y siete acuerdos de cooperación en múltiples ámbitos.
Destaca entre ellos un memorándum de entendimiento en materia de desarrollo ferroviario transfronterizo, enmarcado en la Franja y la Ruta –o Nueva Ruta de la Seda–, el gran proyecto chino que aspira a vertebrar su conexión con el resto del mundo por tierra y mar para así impulsar los intercambios comerciales. Ambos países, de hecho, coinciden en su interés por renovar la línea de tren –concebida por la Francia colonial a comienzos del siglo XX– que conecta la ciudad china de Kunming con el puerto vietnamita de Haiphong, la cual atraviesa zonas ricas en tierras raras.
Entre futuro y destino
Vietnam ejercita así su famosa «diplomacia de bambú» –de raíces firmes y troncos flexibles, según la máxima– tras recibir hace apenas tres meses al presidente estadounidense Joe Biden, viaje que sirvió para elevar el estatus de sus relaciones bilaterales a «asociación estratégica comprehensiva», el nivel más alto que el país asiático suele conceder y el cual comparte con China desde hace quince años.
La igualdad de condiciones, sin embargo, agravia al mandatario chino, quien ambiciona una «comunidad de destino común». Dicho sintagma, popularizado hace una década como parte del «Pensamiento de Xi Jinping sobre Diplomacia» y martilleado desde entonces por la propaganda oficial pretende, a nivel regional, fomentar la cohesión del Sudeste Asiático bajo el liderazgo de China como poder hegemónico, motivo por el cual Vietnam había resistido hasta ahora su adopción.
En días previos a su visita, Xi volvió a incidir en esta idea por medio de un artículo publicado en 'Nhan Dan' –«La Gente»–, diario oficial vietnamita, de grácil título «Construyendo una comunidad China-Vietnam con un futuro compartido que contenga importancia estratégica y escribiendo juntos un nuevo capítulo en nuestra campaña de modernización».
El texto hacía evidente la pretensión de blindar la región a la influencia de Estados Unidos. «El futuro de Asia no está en las manos de nadie excepto de los asiáticos [...]. A lo largo de la última década, el pueblo asiático se ha dado cuenta cada vez más de que solo pueden mantenerse al día con la tendencia hacia la paz, el desarrollo y el progreso actuando conjuntamente a partir de los principios de la amistad, la sinceridad, el beneficio mutuo y la inclusión. Esta ligera permuta en la locución, de «destino común» a «futuro compartido» ha convencido al Gobierno vietnamita, que ha aceptado su inclusión en el comunicado conjunto.
China confía de este modo en elevar sus vínculos con Vietnam para fomentar la cooperación económica y minimizar rencillas históricas, las cuales incluyen una guerra en 1979. También desencuentros por resolver, provocados por las abusivas reclamaciones del gigante asiático en el Mar del Sur de China, plasmadas en su «Línea de los nueve puntos». En ese sentido, uno de los acuerdos firmados hoy contempla el establecimiento de patrullas conjuntas en dichas aguas, frente al golfo de Tonkin, lo que podría indicar un relajamiento de las hostilidades. Ahora bien, toda cautela es poca: hasta en los lugares más recónditos aparecen piolets.
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