La orden de detención contra Netanyahu divide a los líderes europeos

Casi todas las capitales han mostrado cierta estupefacción por el hecho de que el fiscal haya puesto en el mismo nivel a un gobierno legítimo reconocido por la comunidad internacional y un grupo terrorista al que la mayor parte de las democracias del mundo consideran responsable de que el conflicto se haya agravado considerablemente. Un diplomático de un país europeo resumía la situación ayer en privado recordando que «hay muchos que habrían querido que se castigue directamente a Israel, pero habría sido imposible investigar lo que está pasando en Gaza e ignorar lo que ha hecho y hace Hamás».

Las instituciones comunitarias, empezando por el Alto Representante, Josep Borrell, se han limitado a dar su apoyo a la Corte Penal Internacional como un «organismo independiente», «la Unión Europea -dijo el portavoz de Borrell- respeta la independencia de la CPI. Es una institución que trabaja en la investigación de los crímenes más graves, que trata de evitar que haya impunidad en las violaciones que caen bajo su competencia» y recordó que «todos los países que han suscrito el estatuto tienen la obligación de cumplir» sus decisiones. Pero por ahora, alguno de ellos ya han considerado esta propuesta como inaceptable. Es el caso del primer ministro checo, Petr Fiala, que cree que pedir la detención de los dirigentes israelíes es algo «espantoso y completamente inaceptable». En un mensaje en redes sociales insistió en que «no debemos olvidar que fue Hamás quien atacó a Israel en octubre y mató, hirió y secuestró a miles de personas inocentes y fue este ataque terrorista el que condujo a la actual guerra en Gaza y al sufrimiento de los civiles en Gaza, Israel y el Líbano».

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El Ministerio de Exteriores alemán publicó una nota en la que dice que «la solicitud simultánea de órdenes de arresto contra los líderes de Hamás, por un lado; y contra dos funcionarios israelíes, por el otro, dio la falsa impresión de equivalencia» sin tener en cuenta que Israel no reconoce la Corte Penal y «los dirigentes de Hamás son responsables de una masacre bárbara durante la cual, hombres, mujeres y niños fueron brutalmente asesinados, violados y secuestrado en Israel. Hamás sigue manteniendo rehenes israelíes en condiciones indescriptibles, atacando a Israel con cohetes y utilizando a la población civil de Gaza como escudo humano».

Antonio Tajani, el ministro de exteriores italiano, también consideró «realmente singular, incluso diría inaceptable, equiparar un gobierno legítimamente elegido democráticamente con una organización terrorista que es la causa de todo lo que está sucediendo en Oriente Próximo».

Sin embargo, la ministra belga de Exteriores, Hadja Lahbib, dijo que cualquier crimen cometido en Gaza debe ser procesado al más alto nivel y en ese sentido «la solicitud presentada por el fiscal de la Corte, de que se emitan órdenes de arresto contra Hamás y funcionarios israelíes es un paso importante en la investigación de la situación en Palestina» por lo que «Bélgica seguirá apoyando el trabajo esencial de la justicia internacional para garantizar que los responsables de todos los crímenes rindan cuentas».

Esta es más o menos también la posición de países que, como Irlanda, han anunciado que se proponen anunciar a corto plazo su decisión de reconocer al Estado de Palestina. La ministra islandesa de asuntos europeos, Jennifer Carroll MacNeill, dijo que «apoyamos al tribunal, ayudamos a financiarlo, apoyamos su independencia y sus procesos» y la decisión del fiscal no afecta a otros elementos de su política porque «la cuestión del reconocimiento por parte de Irlanda del Estado de Palestina es un proyecto a mucho más largo plazo, dado que nos gustaría ver una solución política a medio y largo plazo, y creemos que es la única solución a este conflicto». Curiosamente, el Gobierno español, que ha sido el agitador dentro de la UE para tratar de alentar esta decisión de reconocer a Palestina, no ha entrado en esta polémica.

Francia, que tiene una postura peculiar con intereses que defender en relación con las dos partes del conflicto, ha sostenido las mismas tesis que Bélgica o Irlanda y ha defendido la independencia del órgano judicial para determinar cómo se aplica el derecho internacional en este caso.

Si los jueces de La Haya decidieran hacer caso al fiscal y emitir la orden de arresto contra Benjamin Netanyahu, esto significa que, en teoría, cualquiera de los 124 Estados miembros de este tribunal estaría obligado a arrestarlo si entrase en su territorio, aunque tampoco podrían hacer nada si esa orden no fuera cumplimentada. En marzo del año pasado esta Corte emitió una orden de detención contra el dictador ruso Vladímir Putin por haber invadido a un país soberano como Ucrania, pero hasta ahora sus efectos han sido nulos, excepto el haber entorpecido alguno de sus escasos viajes al extranjero.

Así las cosas, el consejo de ministros de Exteriores del lunes solo servirá para constatar las divisiones ya no solo sobre el reconocimiento de Palestina como sucedía hasta ahora, sino también acerca de las posibles consecuencias que tendría la emisión de esas órdenes de detención, ya que todos reconocen esta jurisdicción y estarían obligados a ejecutarlas.