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Javier macaya, presidente de la UDI

«Hay una oportunidad de construir una nueva Constitución en Chile no desde la rabia, ni la revancha, ni la refundación»

El presidente de la Unión Demócrata Independiente, partido de la derecha tradicional chilena, analiza la situación política del país antes de que empiecen a trabajar los consejeros en la redacción de una nueva Carta Magna

Boric fracasa en su intento de pilotar la nueva Constitución chilena

El presidente del partido chileno Unión Demócrata Independiente, Javier Macaya abc

Vivian Bustos Reydet

Madrid

A pocos días de que comience el trabajo de los consejeros en el nuevo proceso constitucional de Chile, visitó España Javier Macaya, senador, abogado y presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI) –partido de derecha tradicional–, que aprovechó su paso por Madrid para reunirse con los líderes del Partido Popular tras el triunfo en las elecciones autonómicas y municipales. En una conversación con ABC, el político chileno abordó los principales temas que aquejan al país latinoamericano, entre ellos el segundo intento de redactar una Carta Magna que reemplace a la vigente.

Hace unas semanas, la Comisión de Expertos –conformada por 24 representantes nombrados por los distintos partidos– finalizó la redacción del anteproyecto que será entregado esta semana a los consejeros constitucionales. Sobre este nuevo proceso, Macaya señala que «es un buen inicio para cerrar tres años que han sido tremendamente dolorosos para nuestro país desde que se abrió el debate constituyente». Repasa la trayectoria recorrida desde octubre de 2020 con el plebiscito de entrada del primer proceso constituyente y asume la «derrota como sector político» que tuvieron en esa oportunidad.

Resalta el trabajo realizado por los partidos de derecha –UDI, Renovación nacional y Evópoli– para apoyar la opción del 'rechazo' en el plebiscito de salida de septiembre del año pasado, donde hicieron cambios de estrategia: cruzaron «puentes» y generaron «alianzas con personas con las que tradicionalmente no habían trabajado», en concreto con aquellas que trabajaron durante los 30 años de la Concertación.

Acerca de este segundo proceso de reforma constitucional, Macaya enfatiza que «hoy hay una oportunidad y, por primera vez, tenemos un cuerpo colegiado de consejeros que puede construir una Constitución no desde la rabia, ni la revancha, ni la refundación, sino que puede tomar en cuenta la mejor tradición republicana de Chile». Espera que se superen los obstáculos y coincide con las declaraciones del expresidente de la Concertación, Ricardo Lagos, de que la «prueba de fuego» está en el plebiscito de salida de diciembre de este año.

El senador analiza las cartas magnas de 1980 y 1925, señalando que «mantienen las estructuras institucionales de las anteriores», por lo que cree que «hay una tradición republicana institucional que no va a cambiar».

Se refiere a los temas pendientes que, como partido, creen que se deben incluir en el nuevo texto. «Esta tiene que ser la Constitución de la seguridad, hay que aprovechar el momento en que hoy la ciudadanía sintoniza con la importancia de este tema». Afirma que ésta no puede ser parte solo de una agenda de la derecha y considera que parte del centro izquierda también empezó a incluirla. A su juicio, «falta dentro de la estructura institucional entregarle un capítulo especial a las Fuerzas Armadas».

Deben ser considerados los asuntos relacionados a la agenda del siglo XXI según Macaya, así como la cuarta revolución industrial, la sostenibilidad con el medio ambiente. Se refiere a aspectos de la propuesta anterior y hace distinciones: Chile tiene que «reconocer» a sus pueblos originarios y a su carácter multicultural, pero eso no lo transforma en estado «plurinacional».

Reconoce que hay principios que son piedras angulares en la discusión: «La libertad en materia de salud, educación y pensiones», pues a juicio del partido, en algunos casos «la provisión de entes privados de la sociedad civil» resulta más eficiente que la acción del Estado. Enfatiza que no se pretende privatizar, sino que exista una provisión mixta, donde «los chilenos tengan la libertad real de elegir. La libertad de elección debería ser consagrada como principio constitucional».

Colaboración con otras fuerzas

En las votaciones de principios de mayo, el pacto Chile Seguro obtuvo 11 consejeros electos; mientras que el Partido Republicano –partido de derecha conservadora que lidera el ex candidato presidencial José Antonio Kast; algunos de sus miembros antes fueron militantes de la UDI– lograron el doble. Ahonda sobre la posibilidad del partido para trabajar y negociar con esta nueva fuerza en la redacción del proyecto constitucional, reconoce «el éxito de este proyecto político» y los felicita por transformarse en el partido más votado.

Compara la posición de los republicanos hace unos años, cuando solo lograron tener electo a un senador, con la actual. Añade que ese partido «hoy tiene la oportunidad de mostrar que tiene la capacidad de trabajar en el tema constitucional y entregar gobernabilidad». El senador reconoce las aspiraciones políticas de los republicanos en el futuro para las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales de los próximos años.

Sobre las recientes declaraciones de Kast y otros los líderes del Partido Republicano, Macaya opina que «han mostrado un espíritu de gobernabilidad y responsabilidad con este proceso», por lo que es una oportunidad para sintonizar con las ideas que ambos partidos de derecha defienden: la libertad y considerar a la familia como núcleo de la sociedad.

Señala las similitudes que tienen Chile y España a nivel de formaciones políticas, lo que justifica las recientes reuniones para compartir experiencias con el PP (también las ha habido entre Vox y el Partido Republicano). En ambos países la derecha quiere volver a tener «proyección de gobierno», pero al ser varios partidos son «necesarias las conversaciones» para fijar ideas en común.

Autocrítica y próximas acciones del partido

Al comentar los resultados electorales de mayo para la constituyente, señala que el partido se encuentra en «proceso de reflexión» y en junio realizarán un Consejo Directivo ampliado. Cree que deben hacer autocrítica, ya que no fueron «capaces de lograr un mejor resultado y otro partido logró posicionarse con un rol opositor más nítido». Haber participado en el inicio de un nuevo proceso constituyente les significó «pagar un coste» y que no hay que olvidarse de dónde viene el partido y del recorrido de Chile desde el inicio del estallido social en octubre de 2019.

Macaya señala que ahora se enfocarán en su labor legislativa y en planificar cómo enfrentar las elecciones municipales, donde trabajarán para «desplegarse con la elección de las mejores figuras para recuperar las alcaldías».

Asimismo, agrega que tienen un desafío «enorme» de entender cómo captar a la gente joven a la política, que la ven como algo «alejado». Como partido han entendido el rol fundamental que juega lo digital y que las campañas por redes sociales han permitido «una conexión con la gente en tiempo real». Quieren usar estas redes para hacer campañas más «horizontales» y reconoce que aún no han encontrado una respuesta definitiva para acercarse a los jóvenes y en particular a los universitarios.

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