El nuevo ministro de Finanzas británico reconoce «errores» en el plan fiscal de su predecesor y anuncia subida de impuestos
Jeremy Hunt hizo sus primeras declaraciones como titular de Economía
La primera ministra Liz Truss ganó la batalla por el liderazgo conservador tras haber asumido la bajada de impuestos como su principal compromiso si finalmente se hacía con el poder. Tan pronto como asumió el cargo cumplió con lo prometido anunciando un plan fiscal que no tuvo la respuesta esperada y cuyas graves turbulencias económicas y políticas acabaron finalmente con el cese, el viernes, del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng. Su sucesor, Jeremy Hunt, hizo este sábado sus primeras declaraciones, en las que habló en la BBC y en otras cadenas nacionales de los «errores» cometidos hasta el momento con el 'mini budget' (mini presupuesto) y advirtió que se avecinan «decisiones difíciles», que algunos impuestos subirán y que es poco probable que el gasto aumente «tanto como le gustaría a la gente».
Hunt, peso pesado de los 'tories' que sin embargo ha intentado dos veces, sin éxito, convertirse en líder de la formación, elogió a Kwarteng por las medidas para poner un techo a las facturas de la energía de las familias, pero criticó sin embargo su decisión de reducir la tasa máxima del impuesto sobre la renta del 45% al 40%, la primera medida en la que el Gobierno de la primera ministra dio marcha atrás tras el anuncio del 23 de septiembre. El viernes reculó de nuevo al anunciar en una rueda de prensa que no cumplirá con su compromiso de eliminar un aumento planificado del impuesto de sociedades del 19% al 25% el próximo año.
El ministro británico de Finanzas, Kwasi Kwarteng, despedido en plena tormenta política en el Reino Unido
La primera ministra británica, Liz Truss, está muy cuestionada por miembros de su propio partido, que sopesan una rebelión interna para sustituirla
Hunt, de 55 años, que se negó a dar más detalles sobre sus planes y pidió esperar al 31 de octubre, cuando de a conocer su plan fiscal a medio plazo, dio unas declaraciones contradictorias, al apuntar por un lado que los planes económicos de Truss son «absolutamente correctos» y, por otro, que tras el despido de su predecesor le han pedido hacer «borrón y cuenta nueva» con el mini presupuesto. En relación con las noticias de que la tormenta política en el seno de los conservadores ha terminado con la preparación de un complot entre parlamentarios de primera línea para sustituir cuánto antes a la 'premier', Hunt, que fue ministro de Sanidad y de Exteriores y que apoyó al rival político de Truss, Rishi Sunak durante la contienda, dijo que lo último que quiere la población es «más inestabilidad política».
Por otro lado, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, aseveró en Washington que mantuvo ya una conversación con el nuevo ministro de Finanzas. Hubo un «acuerdo muy claro e inmediato entre nosotros sobre la importancia de la sostenibilidad fiscal», detalló, y añadió que las presiones inflacionarias necesitarán una «respuesta más fuerte» que la anticipada, por lo que el banco «no dudará» en subir las tasas de interés para cumplir con la meta de inflación
«Un caos grotesco»
El líder de la oposición, Keir Starmer, acusó por su parte a la primera ministra de provocar un «caos grotesco» en el país y se reafirmó en su llamamiento a la convocatoria de elecciones generales mientras señalaba a Truss por querer «aferrarse» al cargo, en el que lleva apenas cuarenta días. Starmer opinó que su partido quiere restaurar «la fe en la política como una fuerza para el bien», pero consideró que «las cosas van a ser realmente difíciles» tras «el daño que los conservadores le han hecho a la economía» en los doce años que llevan en el poder. También se sumó a este llamado general a las urnas el líder de los nacionalistas escoceses en Westminster, Ian Blackford, quien dijo que lo sucedido el viernes fue «un desastre».
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