El disidente chino Liu Xiaobo, Nobel de la Paz 2010
Profesor universitario de 54 años, ha sido perseguido por el régimen de Pekín desde que participó en las protestas de Tiananmen en 1989; está encarcelado por liderar una cruzada por la democracia

Al final ha ganado el favorito. El disidente chino Liu Xiaobo es el premio Nobel de la Paz en este 2010. Tras la sorpresa que supuso el año pasado concederle el premio al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cuando sólo llevaba un año en la Casa Blanca y con dos guerras en marcha en Irak y Afganistán, el Comité del Nobel ha optado en esta ocasión por una opción más segura y aun así, arriesgada.
Arriesgada porque el comité Nobel ha decidido por fin reconocer la labor de un disidente chino, encarcelado además por liderar una cruzada por la democracia (cumple una pena de 11 años). En 1989, justo después de la matanza de Tiananmen, China ya protestó airadamente cuando el Nobel recayó sobre el Dalai Lama, a quien Pekín considera un separatista que sólo busca la independencia del Tíbet.
La candidatira de Xiaobo, profesor universitario de 54 años perseguido desde que participara en las protestas de Tiananmen en 1989, ha sido promovida por la sección americana del Club Pen alegando «su liderazgo destacado y de principios en la lucha por los derechos humanos y políticos y por la libertad de expresión».
Un jarro de agua fría para Pekín
Tal nominación ha caído como un jarro de agua fría para el régimen chino. Ahora, con el premio, el agua caerá directamente helada. «Si el Nobel es otorgado a tal individuo, es obvio que es totalmente erróneo», había criticado el portavoz de Exteriores chino, Ma Zhaoxu.
Para oprobio de Pekín, dos de sus Premios Nobel más ilustres, el de la Paz concedido al Dalai Lama en 1989 y el de Literatura otorgado al también exiliado Gao Xingjian en 2000, están proscritos en este país y ni siquiera son reconocidos.
Los otros ocho Premios Nobel «made in China» -seis en Física y dos en Química- son de ciudadanos residentes o nacidos en Estados Unidos que han desarrollado sus carreras en universidades extranjeras.
“Personalmente, no creo que vayan a darle el premio. Si lo logra, por supuesto que será una gran ayuda para propagar sus esperanzas de más democracia y derechos humanos en China , pero tengo el presentimiento de que no ganará”, confesó hace días a la agencia France Presse su esposa, Liu Xia, quien también ha sufrido junto a él el acoso de la Policía y meses de arresto domiciliario.
El cerebro de la «Carta 08»
Para apoyar la candidatura de Liu Xiaobo, el ex presidente checo Vaclac Havel incluso ha firmado una carta abierta asegurando que el premio “indicaría al Gobierno chino que muchos en su país y en el resto del mundo se solidarizan con él y su visión de libertad y derechos humanos para sus 1.300 millones de personas”.
El apoyo de Havel no es de extrañar porque Liu Xiaobo es el cerebro de la “ Carta 08 ” , un manifiesto por la democracia que se inspira en la “Carta 77” escrita ese año en Checoslovaquia contra la ocupación soviética.
Dicho documento, s uscrito a finales de 2008 por 300 intelectuales y apoyado luego por miles de internautas, reclama 19 medidas como reformar la Constitución de China , llevar a cabo una auténtica separación de poderes para alcanzar la independencia judicial, promover el multipartidismo y las elecciones democráticas a todos los niveles, garantizar los derechos humanos y las libertades de expresión, reunión y religión.
Además de alertar sobre las desigualdades sociales y los graves problemas medioambientales que sufre el país, esta carta abierta aboga por el diálogo con Taiwán y las etnias minoritarias para avanzar hacia una república federal en China y no se olvidaba de pedir la liberación de los presos políticos y la abolición de los delitos que criminalizan a los disidentes.
Por dicha declaración de principios, Liu Xiaobo fue condenado en diciembre a once años de prisión tras ser acusado de un delito de “subversión contra el Estado” . Liu, un profesor de Literatura de la Universidad de Pekín que participó en las protestas de la plaza de Tiananmen en 1989, ya había pasado seis años entre rejas y bajo arresto domiciliario y era constantemente vigilado por la Policía al ser considerado un “enemigo del Estado”.
«Tiananmen no fue un fracaso»
En una entrevista concedida en 2007 a ABC , Liu Xiaobo, que medió entre los estudiantes y el Ejército para evitar la masacre, aseguró que “Tiananmen no fracasó porque despertó en China la lucha por la democracia y los derechos humanos, dos conceptos que entonces estaban catalogados como un delito y hacia los que ahora avanza el país”.
Por ese motivo, aseguró que “cada vez hay más voces capaces de enfrentarse al Gobierno”, aunque tal osadía siga pagándose con la cárcel.
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