Muere Kim Ki-nam, el propagandista tras el culto al líder de los Kim en Corea del Norte
Fallecido a los 94 años, dirigió el Departamento de Agitación y Propaganda que encumbró a niveles sagrados a la dinastía Kim en la dictadura más alienante y personalista del mundo
El cumpleaños secreto de Kim Jong-un
![Kim Ki-nam en una imagen de archivo](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/05/08/kimki-RBNcFXspbeO1rCY76wqrOAO-1200x840@diario_abc.jpg)
Si Goebbels inventó en la Alemania nazi que «una mentira repetida mil veces se convierte en verdad», Kim Ki-nam mejoró su método hasta el paroxismo en Corea del Norte. Para ello, repitió las mentiras no mil veces, sino millones de veces, y las exageró hasta límites tan increíbles que se convirtieron en dogmas de fe. Así, elevando el comunismo a una especie de religión a fuerza de propaganda y lavado de cerebro, construyó el culto al líder en la dictadura más personalista del mundo.
A los 94 años, ha fallecido el propagandista jefe del régimen de los Kim, con los que no guardaba ningún parentesco pero coincidía en el apellido por ser uno de los más comunes en Corea. Según informó la agencia estatal de noticias KCNA, Kim Ki-nam murió el martes después de pasarse los dos últimos años recibiendo tratamiento de un «fallo orgánico múltiple» que sufrió en abril de 2022.
Antiguo secretario del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea, fue nombrado en 1966 subdirector del Departamento de Agitación y Propaganda, donde trabajó estrechamente con Kim Jong-il, hijo del fundador de la patria, Kim Il-sung, y padre del actual dictador, Kim Jong-un.
A las órdenes de Kim Jong-il, exacerbó el culto al líder propio de todo régimen comunista hasta una veneración casi religiosa que llega a considerar sagrada a la dinastía que lleva ya tres generaciones en el poder en Corea del Norte y alardea de tener su origen en el mítico monte Paektu. Nombrado en 1970 director del periódico 'Rodong Sinmun', altavoz del régimen, Kim Ki-nam glorificó al 'padre de la patria', Kim Il-sung, convertido en «Presidente Eterno» tras su muerte en 1994 y cuyo nacimiento se celebra como el Día del Sol. Además, preparó su sucesión a favor de Kim Jong-il, bautizado por la propaganda como el «Querido Líder», la figura más parecida al «Gran Hermano» que inmortalizara Orwell en ese manual de toda dictadura que es '1984'.
Levantando gigantescas estatuas de sus dirigentes por doquier y colgando sus retratos hasta en las casas particulares, el régimen estalinista de Pyongyang es desde su fundación en 1948 la dictadura más alienante y represiva del planeta. Todo gracias a una propaganda desde la cuna hasta la tumba que hace que los norcoreanos se levanten y se acuesten cada día con el Himno de Kim Il-sung y que el panteón con su cadáver embalsamado y el de su hijo, Kim Jong-il, sea uno sus más frecuentes destinos de peregrinación.
Kim Jong-un en su funeral
Lejos de menguar, este culto al líder se ha intensificado y modernizado con Kim Jong-un, quien presentó sus respetos al propagandista mayor de su reino en su funeral. «Kim Jong-un rindió tributo en silencio a Kim Ki-nam, quien efectuó importantes contribuciones a la sagrada lucha por el desarrollo del Partido de los Trabajadores de Corea, moldeando a los rangos revolucionarios en la idea monolítica y en el avance victorioso de la causa socialista», recoge la KCNA.
Su labor no fue solo propagandística, sino también diplomática, ya que en 2009 dirigió a la delegación norcoreana que asistió al funeral del expresidente surcoreano Kim Dae-jung, el primero en celebrar una cumbre con Kim Jong-il en el año 2000. Tras décadas supervisando la potente máquina de la propaganda norcoreana, en 2017 fue relevado por Kim Yo-jong, la 'hermanísima' del actual dictador. Pero ha seguido apareciendo en algunos actos públicos como muestra de la confianza de Kim Jong-un en veterano como él, que ayudó a forjar la imagen sagrada de su familia en Corea del Norte.
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