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Colapso en Italia: más de 8.000 inmigrantes llegan a la isla de Lampedusa desde el lunes

El alcalde reclama la intervención del Ejército y exige medidas urgentes del Gobierno Meloni

Récord de desembarcos en Lampedusa: 65 pateras con 2.000 inmigrantes en 24 horas

Un grupo de migrantes espera en la isla de Lampedusa mientras las autoridades italianas se preparan para trasladar a las personas tras las nuevas llegadas EFE

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La isla italiana de Lampedusa vive una situación dramática. Está desbordada y se encuentra al borde del colapso por la llegada de inmigrantes: más de 7.000. La mayoría desembarcaron el martes y casi todos fueron trasladados al centro de acogida. Otros, en grupos, fueron llevados a varios puntos de la isla, especialmente en el muelle de Favarolo. Los menores no acompañados son 257.

Nunca se vio tal aglomeración en el centro de acogida de Lampedusa, cuya capacidad es de 400 personas. De ahí que los medios italianos lo describan como «una jaula llena de gente».

Apiñados y desesperados

La situación es dantesca, con los inmigrantes apiñados, muchos gritando, desesperados. Hubo momentos de tensión cuando se distribuyó la comida. Los operadores de la Cruz Roja pueden realizar su trabajo gracias a la intervención de las fuerzas policiales. En el puerto, agentes de la Guardia di Finanzas intentaron contener a cientos de inmigrantes que querían abandonar el muelle.

Los agentes tuvieron que realizar una carga contra los que intentaban romper el cordón policial. Una vez que las cosas se calmaron, los inmigrantes se sentaron en el suelo sin protestar. Su traslado al centro de acogida se regula colocándoles una pulsera para conocer su hora de llegada y en qué barco. Se espera que entre este jueves y mañana sean trasladados unos 5.000 inmigrantes desde Lampedusa a otros centros de acogida. El problema es que la llegada de pequeñas embarcaciones, sobre todo desde Túnez, es incesante. Solo el martes llegaron a la isla 110 pateras.

Otras 23 barcos, con más de 1.000 inmigrantes, desembarcaron en Lampedusa entre el martes y el miércoles. Sin duda, el número de personas presentes, en comparación con la capacidad normal del centro de acogida, está provocando graves problemas de gestión, explica la Cruz Roja Italiana.

Según datos actualizados el miércoles por el Ministerio del Interior, se han producido 123.863 llegadas a las costas italianas desde principios de año. Estas cifras solo son comparables a las que hubo en 2016. En los últimos tres días se ha producido un pico de 8.141 desembarcos: 2.073 el lunes, 5.018 el martes y 1.050 el miércoles. «Estoy exhausto, pero no hay lugar ni para tirarme al suelo», comentaba un empleado de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

El alcalde de Lampedusa, Filippo Mannino, ha pedido medidas urgentes, incluyendo la intervención del Ejército: «Hago un llamamiento a la primera ministra Giorgia Meloni y a todo el Gobierno italiano para que adopten medidas urgentes. La situación es insostenible para la isla. [...] Es necesario que intervenga el Ejército. Nunca hemos visto un ‘espectáculo’ similar, con decenas y decenas de pequeñas embarcaciones escoltadas o enganchadas por las unidades de rescate frente al puerto».

Según datos actualizados el miércoles por el Ministerio del Interior, se han producido 123.863 llegadas a las costas italianas desde principios de año

Por su parte, el párroco de Lampedusa, Carmelo Rizzo, definió la situación en Lampedusa como «trágica, dramática, apocalíptica»: «En la isla -dijo- ni siquiera se hace desaparecer la basura, el agua de la isla viene del continente. La Cruz Roja tiene provisiones, pero si llegan 3.400 inmigrantes al día, también se pelean entre ellos por el agua. Todos estamos en alerta y hasta el obispo está consternado».

La ONU también intervino: «Los esfuerzos no pueden ser realizados solo por los primeros países de llegada, sino que deben ser compartidos, este es un problema de la Unión Europea y debe haber mecanismos de solidaridad», afirmó su secretario general, António Guterres. «En el flujo hay refugiados y personas que se desplazan por razones económicas, a cada uno se le deben respetar sus derechos humanos, pero hay una manera de distinguir el estatus de refugiado. En cualquier caso, es esencial que haya solidaridad europea».

Simple retórica

Pero la realidad es que la solidaridad europea con la inmigración se queda en la retórica. Por ejemplo, en las últimas horas, Alemania y Francia han dado la espalda a Italia. El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, ha anunciado su intención de «asegurar» la frontera con Italia, entre Menton y Ventimiglia, afirmando que se ha registrado «un aumento del 100% de los flujos».

Por su parte, Berlín ha paralizado los procesos de selección de los solicitantes de asilo que llegan a Alemania desde Italia en el marco del «mecanismo voluntario de solidaridad». En Berlín, el ministerio del Interior afirma que Alemania está bajo «fuerte presión» debido a la gran afluencia de inmigrantes y por eso también ha decidido suspender la acogida voluntaria de solicitantes de asilo procedentes de Italia.

Pero la realidad es que la solidaridad europea con la inmigración se queda en la retórica

La falta de solidaridad europea en el grave problema de la inmigración, y en particular la demostrada por Francia y Alemania en las últimas horas, ha sido criticada por la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola: «Creo que no hay más opciones que cerrar el pacto sobre migración, los ciudadanos de todos los países de la UE nos han pedido que encontremos soluciones».

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