Morris Chang, el patriarca de los semiconductores
Cuando se jubiló en 2018, atesoraba una fortuna de casi 3.000 millones de euros y TSMC no solo fabricaba el 54 por ciento de los microchips del mundo, sino también el 90 por ciento de los más avanzados

Junto al ministro Sun Yun-suan y al ingeniero Pan Wen-yuan, que alumbraron la industria de los semiconductores en su desayuno en el puesto de leche de soja Hsiao Hsin Hsin en 1974, el otro padre de los microchips taiwaneses es ... Morris Chang.
Nacido en la ciudad china de Ningbo en 1931, sufrió de niño la invasión japonesa y se vio obligado a peregrinar con su familia de un lugar a otro huyendo del enemigo. Tras pasar su infancia y adolescencia en Shanghái, Hong Kong y Chongqing, emigró a Estados Unidos para estudiar en Harvard en 1949, el mismo año que Mao Zedong fundaba la China comunista y su rival del Kuomintang, Chiang Kai-shek, se tenía que refugiar en la isla de Taiwán.
Su influencia no solo es empresarial, sino también política. Suele representar a Taiwán en las cumbres del Foro de Asia-Pacífico
Alejado de las turbulencias políticas de su país, Morris Chang pasó en su segundo año de estudios al Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), donde se licenció en ingeniería mecánica pero sin llegar a sacarse el doctorado. En 1955, empezó en la compañía Sylvania una carrera en el sector de los semiconductores que duraría seis décadas. Solo tres años después, fue contratado por Texas Instruments (TI), otra empresa pionera de esta industria, que le pagó el doctorado en Stanford y donde ascendió hasta ser vicepresidente a los 37 años.
En 1985, cuando presidía la firma General Instrument Corporation, fue fichado por el Gobierno de Taiwán para dirigir el Instituto de Investigación de la Industria Tecnológica (ITRI).
Desde dicho puesto, fundó en 1987 la empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Corporation (TSMC), con la idea de fabricar microchips para otras compañías internacionales, como IBM, pero sin competir con una marca propia. Centrándose solo en el desarrollo de tecnología y en la manufactura de obleas de silicio, Chang elevó a TSMC al puesto de primer fabricante mundial de microchips, que son diseñados y comercializados por las principales firmas del sector, como Intel, Nvidia o Qualcomm, y por marcas como Apple.
Cuando Morris Chang se jubiló en 2018, atesoraba una fortuna de casi 3.000 millones de euros y TSMC no solo fabricaba el 54 por ciento de los microchips del mundo, sino también el 90 por ciento de los más avanzados. Antes de jubilarse, ese mismo año abrió en la ciudad de Nankín (Nanjing) la primera planta de la compañía en China continental. Aunque retirado, buena prueba de su influencia no solo empresarial, sino también política, es que suele representar a Taiwán en las cumbres del Foro de Asia-Pacífico (APEC), ya que es el patriarca de los semiconductores.
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