Milei excluye a China de la licitación para la concesión de una hidrovía del río Paraná
Representa un gesto que cuenta con el beneplácito de Estados Unidos, pero complica aún más la relación de Argentina con su segundo socio comercial
Milei pone en pausa su acercamiento a China tras la victoria de Trump

Un nuevo episodio se ha añadido a la titubeante relación entre el presidente argentino Javier Milei y su par chino, Xi Jinping, luego de que el primero decidiera dejar al país oriental por fuera de un suculento negocio de privatización de una importante ... hidrovía. La sorpresiva decisión del mandatario pone nuevamente en jaque el vínculo con el gigante asiático en un momento en que Argentina lo necesita comercialmente.
La exclusión del país asiático de la licitación para la concesión de la hidrovía del río Paraná, un proyecto de ingeniería fluvial para crear un sistema de navegación canalizada, representa un gesto que cuenta con el beneplácito de Estados Unidos, pero complica aún más la relación de Argentina con su segundo socio comercial a nivel internacional. Especialmente, habida cuenta de que se trata de un negocio que aporta unos 410 millones de dólares anuales -388 millones de euros- y en el cual el gigante asiático se mostraba muy interesado. Por ese canal transita el 80% de todo comercio exterior del país andino.
El tecnicismo utilizado por el Gobierno argentino con el fin de excluir a China de la licitación radica en el artículo 16 del reglamento, en el que se estipulan las condiciones para participar y se excluye a las empresas estatales extranjeras. Allí se hace referencia concretamente a «toda persona jurídica que sea controlada directa o indirectamente por estados soberanos o agencias estatales, en el capital, en la toma de decisiones o de cualquier forma».
La hidrovía en cuestión es un objeto de deseo del gigante asiático desde hace ya un largo tiempo. A tal punto que, durante el mandato de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner –en su intención de hacer buenas migas con su socio comercial-, existió un intento de otorgarle este millonario negocio a China por medio de la empresa estatal COFCO. Pero finalmente esa iniciativa no prosperó.
Durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner existió un intento de otorgarle este millonario negocio a China por medio de la empresa estatal COFCO
Con la mirada en el sur
Cabe tener en cuenta que el interés del Gobierno de Xi Jinping en la hidrovía no se limita a Argentina, sino que forma parte de un plan más amplio de presencia comercial en la región. De hecho, la compañía Shanghái Dredging, subsidiaria de la firma China Communications Construction Company (CCCC) –perteneciente al Gobierno-, está en una treintena de países, varios de ellos de América del Sur. De allí la intención de participar del concurso de empresas, a realizarse en 2025, para hacerse del tramo de la hidrovía que abarca los ríos Paraná y Paraguay.
Otro de los ejemplos del interés de China en sostener una presencia comercial en la región es el puerto de Chancay en Perú, que el país asiático construyó y busca concentrar el comercio entre el gigante asiático y los distintos países de Sudamérica.
Intereses cruzados
La decisión del jefe de Estado argentino es un movimiento más del ajedrez comercial que juega el país del tango que depende de China económicamente, pero en su discurso critica el comunismo, tal como lo hiciera el propio presidente el pasado miércoles en el marco de cumbre de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Buenos Aires.
No obstante, China sigue representando el segundo socio comercial de Argentina –después de Brasil- y su dependencia del gigante asiático es tal que hasta la moneda nacional, el peso argentino, se imprime en el país oriental.
Consciente de esta situación, el presidente Milei ha decidido modificar su postura inicial de no «hacer negocios con comunistas» por un trato más cordial con su socio comercial e incluso planea una visita a China el próximo mes de abril. Los términos y condiciones de este viaje pueden llegar a modificarse en función de la riesgosa decisión comercial de la Casa Rosada con respecto a la codiciada hidrovía.
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