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El líder de Hamás propone un gobierno palestino unitario para Gaza y Cisjordania

El grupo terrorista y la Autoridad Palestina presidida por Abbás llevan años enfrentados

Quién es quién en el conflicto entre Palestina e Israel

Por qué ni Netanyahu ni Abbas podrán dirigir la paz aunque ganen la guerra

El líder de Hamás, Ismail Haniyeh reuters

S.I.

El futuro de la franja de Gaza -a nivel político, demográfico y de condiciones mínimas de vida, teniendo en cuenta la destrucción de sus infraestructuras- es todavía un misterio. Los planes que existen bajo la mesa para el día después de la guerra, que por el momento está provocando que la Franja sea arrasada debido a la campaña de bombardeos y a la incursión terrestre, permanecen en penumbra, pero las declaraciones de los líderes permiten atisbar las líneas generales. El martes, por ejemplo, el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, cómodamente exiliado en Qatar, dijo que está abierto a que un único gobierno palestino conduzca de manera simultánea los destinos de Gaza y Cisjordania, unas declaraciones sorprendentes y significativas.

«Hemos recibido numerosas iniciativas sobre la situación interna y estamos abiertos a la idea de un gobierno nacional para Cisjordania y Gaza», dijo Haniyeh en un discurso televisado.

La propuesta de Haniyeh resultaba interesante por varias razones. Al fin y al cabo, la enemistad entre Fatah y Hamás comenzó hace casi dos décadas, cuando el grupo terrorista ganó en 2006 las elecciones en Gaza. Su victoria se saldó con duros enfrentamientos entre los partidarios de los terroristas y los seguidores de Fatah, el partido liderado por Mahmoud Abbás, que preside la Autoridad Palestina desde 2005 y controla Cisjordania. Debido a esas pugnas internas, la causa palestina quedó dividida, y los múltiples intentos de reconciliación entre un grupo y otro se saldaron en un fracaso.

Sin embargo, la guerra parece haber trastocado todo. Por un lado, el poder de Abbás en Cisjordania está gravemente dañado como consecuencia de la tendencia histórica y universal que provoca que, en tiempos de crisis, violencias y zozobras de distinto signo, las opciones más moderadas sean las primeras a las que la población da la espalda. En ese sentido, las críticas a la labor política de Abbás se han sucedido a medida que la situación en Gaza se deterioraba, y su imagen de líder palestino que está en contacto con Estados Unidos -por ejemplo, el 30 de noviembre se reunió en Ramala con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken- tampoco ayuda a mejorar su decreciente popularidad.

A esto hay que añadir las informaciones publicadas a finales de diciembre por 'The Wall Street Journal', que explicaban que Estados Unidos planea que la Autoridad Palestina -«renovada», según ese mismo medio- se ponga al frente de la franja de Gaza una vez concluya la guerra. En ese sentido, el ofrecimiento de Haniyeh se enmarcaría en un intento por no desaparecer del mapa político de la Franja tan fácilmente, o, visto de otro modo, como una manera de alegar que la facción moderada de Abbás dio la espalda a Hamás cuando los bombardeos y la incursión terrestre del Ejército israelí ponían a sus militantes contra las cuerdas. Es decir, como una forma de victimización ante los palestinos.

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