El líder de los conservadores alemanes coquetea con la derecha populista de AfD
Semanas después de que asegurara que nunca pactaría con los xenófobos y antisemitas de la extrema derecha, Friedrich Merz ha cambiado el discurso, asegurando que buscarán formas de trabajar en conjunto
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La derecha populista de Alternativa para Alemania (AfD), partido antieuropeo y antiextranjeros, ha estado sometida desde su aparición hace una década a un cordón sanitario sin paliativos. Y la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) ha venido siendo uno de los más férreos defensores de ... ese dique de exclusión. Pero las tensiones a las que eso somete al partido en circunscripciones locales del este, en las que la CDU se ha visto obligada a votar incluso con la extrema izquierda para evitar a AfD, parecen haber horadado una vía de agua.
Este pasado fin de semana, en la tradicional entrevista de verano del líder de la CDU, Friedrich Merz sorprendió sugiriendo que a nivel local, los funcionarios de AfD elegidos democráticamente deben ser tratados de manera más pragmática. Aunque limitaba la hipotética cooperación a los órganos legislativos, no dejaba lugar a dudas de un cambio en la relación. «Si se elige un administrador de distrito o un alcalde que pertenece a AfD, no hace falta decir que se buscarán formas de seguir trabajando juntos en esa ciudad», fueron sus palabras, si un administrador de distrito en Turingia y un alcalde en Sajonia-Anhalt de AfD han sido elegido, y si esas fueron elecciones democráticas, tenemos que aceptar eso». Esta frase no solamente rompía con el discurso mantenido hasta ahora por Friedrich Merz, que el pasado 12 de julio descartó públicamente cualquier colaboración: «son xenófobos y antisemitas, no tenemos nada que ver son esa gente: los conservadores alemanes nunca pactaremos con la extrema derecha».
Su giro también derribaba un tabú político inquebrantable en Alemania desde el final de la II Guerra Mundial, de manera que las reacciones no se han hecho esperar. Huelga decir que desde el lado opuesto parlamentario se han escuchado numerosas declaraciones tan indignadas como complacidas, a causa del desgaste que tal movimiento causaría sin duda en las urnas a la CDU. Las más interesantes y decisivas han sido, en cambio, las procedentes del propio partido conservador, que ha bloqueado esa vía en cuestión de horas.
La vicepresidenta del Bundestag, Yvonne Magwas, miembro del Presidium de la CDU, condenó que: «Ya sea el consejo local o el Bundestag, los extremistas de derecha siguen siendo extremistas de derecha. ¡Para los cristianodemócratas SIEMPRE son enemigos!». El alcalde de Berlín, Kai Wegner, también hizo público su enfado: «AfD sólo conoce la oposición y la división...La CDU no puede, no quiere y no trabajará con un partido cuyo modelo de negocio es el odio, la división y la exclusión». La presidenta federal de la Unión de Mujeres, Annette Widmann-Mauz tampoco se ruborizó al desautorizar públicamente al líder: «el partido y su contenido inhumano y antidemocrático siguen siendo los mismos, sin importar el nivel». Y el portavoz en materia de Exteriores de la CDU, Norbert Röttgen, enfatizó que el partido en ningún momento ha decidido abrirse a la cooperación con AfD y que «cualquiera que quiera cambiar eso debe encontrar una mayoría en un congreso del partido federal. «Cero cooperación con la AfD significa: cero cooperación con AfD. En ningún nivel. Fácilmente entendible. Ni ahora ni en el futuro», aclaró el miembro de la ejecutivba federal Serap Güler.
La lista de reacciones conservadoras en contra ha sido tan larga e intensa que Merz ha decidido dar marcha atrás a primera hora del lunes. «Para que quede claro una vez más, y nunca lo he dicho de otra manera, se aplica la decisión de la CDU», ha escrito en Twitter, en referencia a lo decidido por el partido en congreso federal. «Y tampoco habrá cooperación entre la CDU y AfD a nivel municipal», se ha retractado.
También la CSU bávara parece seguir respetando el tabú. El presidente regional de Baviera, Markus Söder, ha reiterado que «sin importar a qué nivel político» descarta cualquier acercamiento, lo que sumado a lo anterior lleva a dos conclusiones: no habrá cooperación con AfD y el liderazgo de Merz es más frágil de lo que él mismo calcula.
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