Trump acumula victorias: la juez desestima el caso de los documentos clasificados en medio de una convención triunfal
El caso contra el expresidente ha sido rechazado tras considerarse que el fiscal que expuso la causa fue nombrado incorrectamente
El atentado relanza a Trump y agita todavía más una campaña electoral convulsa
Arranca la convención republicana: Trump abraza la unidad tras su atentado
![Donald Trump desciende del avión en Milwaukee (Wisconsin) para participar en la convención republicana](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/07/15/trump-milwaukee-U605348822481DB-U602847909508vfE-1200x840@diario_abc.jpg)
'Ganar y ganar y ganar y volver a ganar'. Nadie en Milwaukee, la principal ciudad de Wisconsin, sabe quién era Luis Aragonés. Pero aquí, en medio de la convención del Partido Republicano, aquella frase legendaria del entonces entrenador del Atlético de Madrid es el ... retrato perfecto de la situación que vive el líder conservador, Donald Trump.
Un día después de aterrizar en Milwaukee, dos días después de sobrevivir a un intento de asesinato que apunta ponerle en bandeja la elección presidencial, con toda la atención puesta en su persona, con su rival electoral, Joe Biden, en crisis, el expresidente de EE.UU. conoció que la juez que ventila la causa por retención de documentos clasificados y obstrucción a la justicia ha desestimado la imputación que enfrenta el multimillonario neoyorquino.
La magistrada Aileen Cannon -nominada para el puesto en la jurisdicción federal por el propio Trump- decidió desestimar la imputación al considerar que el fiscal especial que instruyó e impuso los cargos, Jack Smith, había sido nombrado de forma irregular por el Congreso.
«Este tribunal está convencido de que la actuación del fiscal especial Smith en este caso quebranta dos pilares estructurales de nuestro armazón constitucional: el papel del Congreso en el nombramiento de cargos constitucionales y el papel del Congreso en la autorización de gastos por ley»; razona la magistrada.
Trump se enfrentaba a cuarenta cargos por la retención de documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca a su residencia de Mar-a-Lago, en la costa de Florida, y por obstruir a la justicia. Entre otros actos, dio instrucciones a uno de sus asistentes, Walt Nauta, también imputado para tratar de evitar que las autoridades recuperaran cajas con documentos clasificados, que no pueden quedar en manos de los expresidentes una vez abandonan la Casa Blanca.
Otros jueces y tribunales habían desestimado hasta ahora las demandas de la defensa de Trump sobre el nombramiento del fiscal especial Smith, que muchos analistas consideraban solo un intento de alargar los procesos por parte de la defensa.
Pero Cannon ha dado ahora la razón al expresidente, con una decisión de 93 páginas en la que defiende que el nombramiento de fiscales especiales por parte del Congreso es «inconsistente», una cuestión formal que no entra en el fondo en la acusación contra el multimillonario neoyorquino, pero que hace descarrilar el caso.
Esta de Florida es una de las cuatro causas penales que han perseguido a Trump desde el año pasado -en junio fue declarado en Nueva York culpable de una de ellas, la de falsificación de documentos para ocultar una relación con una actriz porno- y que podían ser un obstáculo para ganar las presidenciales de noviembre.
Con toda probabilidad, el Departamento de Justicia recurrirá la decisión de la juez Cannon, pero eso no evitará el principal triunfo para Trump: evitar que la causa se ventile antes de las elecciones de este otoño. Ya era cuestionable que el juicio contra el expresidente se llegara a celebrar, después de innumerables retrasos en la fase preparatoria, entre críticas de los demócratas a Cannon por permitir las tácticas obstruccionistas de la defensa de Trump para alargar el proceso.
Trump evita así el caso que más le preocupaba. La fiscalía había acumulado una montaña de pruebas sobre sus intentos repetidos de quedarse con documentos clasificados y sobre supuestas tácticas para obstruir la acción de la justicia. Los actos ocurrieron después de que Trump abandonara la Casa Blanca, por lo que no podría acogerse a ninguna decisión sobre inmunidad presidencial.
El candidato republicano encadena victorias judiciales decisivas en las últimas semanas. El pasado 1 de julio, el Tribunal Supremo concedió que buena parte de las acciones del presidente de EE.UU. están protegidas por inmunidad y devolvió la causa con mayor carga política de Trump -su intento de dar la vuelta a los resultados electorales de 2020- a los tribunales inferiores, con lo que el expresidente se aseguró de que no sería juzgado, incluso si alguna de sus actuaciones no están protegidas por la inmunidad, antes de las elecciones.
Esa decisión del Supremo también supuso el retraso de la vista para la sentencia en el caso de Nueva York, que estaba previsto que se celebrara la semana pasada y ahora se ha fijado ahora para septiembre. Queda una causa más, de naturaleza estatal, que se ventila en Georgia, también relacionada con el intento de dar la vuelta a los resultados de las urnas, que está por ver si llega a juicio antes de las elecciones porque también está afectado por la batalla legal de si Trump es o no inmune en todas los actos que realizó durante su presidencia.
La desestimación de su imputación sorprendió a Trump en la primera jornada de la convención republicana, el gran cónclave del partido, en el que será aclamado el jueves como nominado a la presidencia. Desde Milwaukee, celebró la decisión de la juez como «un primer paso» para la «pronta desestimación de todas las cazas de brujas» que dice sufrir en tribunales.
«Unámonos para acabar con todo el uso del sistema judicial como arma política», añadió el candidato en el tono conciliador por el que parece apostar en la convención para tratar de seducir a los electorados que están más allá de su base dura y que necesita para ganar la elección.
Las victorias en tribunales son solo una confirmación de que Trump está en racha y lanzado hacia la Casa Blanca, cosechando triunfos en todos los frentes. La actuación calamitosa de Biden en el debate entre candidatos de finales de junio arrojó una sensación de inevitabilidad de Trump como próximo presidente de EE.UU. El debate interno entre los demócratas sobre la necesidad de que Biden dé un paso al costado -desde editoriales en la prensa progresista hasta deserciones dentro del partido- y sea sustituido por otro candidato ha sido el caldo previo de la convención. Mientras tanto, Trump se ha podido dedicar a cerrar heridas entre los republicanos, incluida la invitación a su rival en primarias, Nikki Haley, para acercarse al votante moderado republicano.
El atentado y la imagen icónica del multimillonario neoyorquino con la cara ensangrentada y el puño levantado tienen la capacidad de ser un impulso definitivo para Trump. La desestimación del caso en Florida refuerza todavía más al candidato en medio de una convención con aire triunfal.
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