Johnson anuncia su dimisión y asegura que seguirá como 'premier' hasta que su partido elija nuevo líder
«La voluntad del partido es que debería haber un nuevo líder y un nuevo primer ministro. Seguiré hasta que se nombre a un sucesor»
Reino Unido se despertó este jueves con la noticia de que Boris Johnson se había dado por vencido tras sobrevivir a varios escándalos durante los tres años que lleva en el cargo de primer ministro y estaba dispuesto a dimitir. Una sorpresa que sin embargo se confirmó sobre las 12.30 del mediodía, cuando el primer ministro salió a la puerta del número 10 de Downing, entre los aplausos de sus seguidores, para dar una comparecencia en la que empezó diciendo que «está claro que ahora mismo la voluntad del grupo parlamentario Conservador es que debe haber un nuevo líder del partido y, por lo tanto, un nuevo primer ministro», y luego explicó que el proceso de elección del nuevo líder «debe comenzar ahora» y que «el cronograma se anunciará la próxima semana». «Serviré hasta que se nombre un nuevo líder», anunció, aclarando que «si hasta ahora no he querido abandonar, ha sido porque consideraba mi deber cumplir con el mandato electoral de 2019, la mayor victoria conservadora desde 1987», unas elecciones históricas en las que los tories se hicieron con la mayoría absoluta en el Parlamento en unas votaciones en las que la población acudió a las urnas en pleno invierno, con mucho frío y muchas esperanzas.
Todas estallaron a punta de escándalos personales, rebeliones en las filas conservadoras, polémicas en el seno del gobierno, la pandemia de Covid-19, la guerra de Ucrania, el Brexit, el conflicto con Bruselas por el Protocolo de Irlanda del Norte, escándalos sexuales entre los tories y, por supuesto, el 'partygate', las fiestas ilegales en Downing Street durante el confinamiento. Parecía que Johnson flotaba por encima de todo, pero al final, nada cayó en saco roto. La situación acabó por salirse de sus manos y este jueves presentó finalmente su dimisión, después de que durante los dos días anteriores se produjera en el Ejecutivo una cascada de renuncias que supera los 50 cargos y pese a que el miércoles defendiera en la Cámara de los Comunes su cargo y asegurara que no renunciaría a él.
Johnson estaba aferrándose a lo imposible pese a los llamamientos a que diera por fin un paso al lado, una petición que le hicieron incluso sus más allegados, como la ministra del Interior, Priti Patel, o el responsable de Transportes, Grant Shapps. Pero la presión fue insostenible y las palabras de Simon Hart, que renunció el miércoles a su cargo de secretario de Estado para Gales, fueron el preámbulo de lo que finalmente sucedió: «Los colegas han hecho todo lo posible, en privado y en público, para ayudarle a enderezar el rumbo, pero reconozco con tristeza que hemos pasado el punto en el que esto es posible».
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Johnson podría seguir siendo primer ministro hasta que el Partido Conservador elija a un nuevo líder, algo que algunos creen que podría suceder, apurando mucho, antes de que empiece el receso parlamentario el próximo 21 de julio y de cara a la conferencia anual del Partido que se celebra en la primera semana de octubre, pero se especula con que otra opción es que se marche de forma inmediata y que Dominic Raab, su segundo, asuma el mando mientras tanto. El ex ministro de Industria y Negocios, Kwasi Kwarteng, es uno de los que sostiene que no puede quedarse hasta octubre y que se necesita un nuevo líder «tan pronto como sea posible»; «alguien que pueda reconstruir la confianza, sanar el país y establecer un enfoque económico nuevo, sensato y consistente para ayudar a las familias».
«Orgulloso» de su mandato
Fuentes de 'Whitehall' confirmaron que la decisión del premier llegó después de que sus propios aliados lo pusieran entre la espada y la pared, y tiraran por los suelos su intención de hacer borrón y cuenta nueva con un Ejecutivo renovado que igualmente se tomó la molestia de nombrar. Pero a primera hora de la mañana, sus planes se fueron al traste tras hablar con Graham Brady, presidente del Comité 1922, compuesto por los llamados 'backbenchers' o parlamentarios de base, que no ocupan puestos en el Ejecutivo y que tiene la potestad de activar una moción destituir al primer ministro, una maquinaria que se puso en marcha hace unas semanas y de la que Johnson salió herido, pero no muerto, hace justamente un mes. Después de la conversación con Brady, Johnson acordó retirarse.
En su comparecencia, el premier tuvo unas palabras de agradecimiento para su esposa, Carrie Johnson, sus hijos, su familia y quienes lo apoyan dentro del partido y de las dependencias gubernamentales, después de reconocer también la tristeza que siente por abandonar el que calificó como «el mejor trabajo del mundo». También se mostró «orgulloso» de los logros alcanzados durante su mandato, como haber conseguido finalmente la consumación del Brexit, haber contribuido a que el Reino Unido superara la pandemia de Covid-19 y haber liderado el apoyo a Ucrania por parte de los países occidentales después de la invasión rusa que comenzó el pasado febrero. «Permítanme decirle ahora a la gente de Ucrania que sé que nosotros, en el Reino Unido, continuaremos apoyando su lucha por la libertad durante el tiempo que sea necesario», aseveró.
«Intenté persuadir a mis colegas de que no sería apropiado cambiar de Gobierno. Como hemos visto, en Wesminster el instinto de rebaño es poderoso, y cuando se mueve, se mueve»
Boris Johson
Primer ministro del Reino Unido
De forma velada, el premier apuntó al efecto rebaño, al efecto manada, como causa de su caída, cuando mencionó que en los últimos días intentó «persuadir» a sus «colegas» de que no sería apropiado «cambiar de gobierno» en este momento, «cuando el panorama económico es tan difícil a nivel nacional como internacional». «Lamento no haber tenido éxito en esos argumentos», dijo, para luego añadir que «como hemos visto, en Westminster el instinto de rebaño es poderoso, cuando el rebaño se mueve, se mueve».
«Agradezco al público el privilegio que me han dado»
«Sobre todo, quiero agradecerles a ustedes, al público británico, por el inmenso privilegio que me han dado», aseguró finalmente. «Amigos, en la política nadie es, ni remotamente, imprescindible», entonó, eso sí, sin disculpas de ningún tipo ni un mea culpa de por medio, unas palabras que muchos esperaban.
Jonathan Gullis, secretario parlamentario privado del Secretario de Estado para Irlanda del Norte y cuyo nombre está en la lista de dimisiones de los últimos días, afirmó tras el discurso de Johnson que «fue doloroso verlo, pero lo correcto es que se haya ido». «Podría haber sido, y debería haber sido, un gran primer ministro, pero lamentablemente tomó muchas malas decisiones durante demasiado tiempo».
El líder laborista Keir Starmer aseguró que Johnson ha provocado el «caos en el país», que en este momento sufre una grave crisis debido al costo de la vida y a la subida de los precios de la energía. Starmer exigió a Johnson que renuncie como primer ministro de inmediato, sin «aferrarse» al cargo, ya que no es justo «castigar» al país durante los próximos meses, y advirtió que a los tories que si no se deshacen de Johnson, «los laboristas, en el interés nacional, presentarán un voto de censura, porque esto no puede continuar». «Necesitamos un cambio de gobierno. Necesitamos un gobierno laborista», aseguró.
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