Israel y sus aliados regionales interceptan casi la totalidad de los más de 300 drones y misiles lanzados por Irán
El primer ataque directo iraní contra Israel deja un herido y daños menores en una base aérea del Neguev
Sigue en directo las reacciones al ataque de Irán contra Israel
Israel despierta tras una noche que pasará a la historia porque vivió el primer ataque directo lanzado desde Irán contra el Estado judío. La operación iraní bautizada como «promesa vinculante» consistió en el lanzamiento de más de trescientos drones y misiles de forma simultánea desde ... la república islámica, Líbano, Irak, Siria y Yemen. El ejército de Israel anunció que el 99 por ciento de los drones y misiles fueron interceptados por la defensa aérea, que contó con el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y Jordania. En palabras del jefe del ejército, Daniel Hagari, «la amenaza iraní se enfrentó a la superioridad aérea y tecnológica del ejército, combinada con una fuerte coalición de combate».
La república islámica dio por zanjada su venganza por el bombardeo de Israel contra su consulado en Damasco, en el que asesinaron a siete altos cargos de la Guardia Revolucionaria, y el espacio aéreo de todos los países de la región, Israel incluido, se reabrió pasadas siete horas de incertidumbre en las que Oriente Medio probó por primera vez el sabor agrio de lo que puede ser una guerra a gran escala. Fueron siete horas en las que la guerra de Gaza quedó eclipsada por un movimiento de Teherán que rescata a Israel del aislamiento internacional que sufría por su estrategia en la Franja.
Los aliados del Estado judío en la región estaban listos para reaccionar y levantaron una especie de escudo que logró derribar 170 drones y 30 misiles de crucero. Ninguno de los aviones no tripulados o de los misiles de crucero logró entrar en el espacio aéreo israelí, según el ejército. El escudo defensivo solo fue superado por algunos de los misiles balísticos de largo alcance, que causaron daños menores en la base de Nevatim, en el desierto del Neguev.
Sin sorpresa
Terminado el shabath, día sagrado para los judíos, Irán lanzó cientos de sus aviones no tripulados Shahed-136, los mismos que emplea Rusia contra Ucrania, para intentar colapsar las defensas enemigas antes de la llegada de los misiles. Desde hace días Estados Unidos alertó que el ataque era «inminente» y cuando este llegó Jordania, Irak, Líbano, Siria o Egipto cerraron sus espacios aéreos de manera inmediata. Los aparatos iraníes fueron fácilmente abatidos cuando estaban camino de sus objetivos.
El factor sorpresa apenas existió en una operación iraní que recordó a la respuesta que lanzó la república islámica contra bases de Estados Unidos en Irak tras el asesinato del general Suleimani en Bagdad en 2020. Fue un ataque medido y preciso con el objetivo de calmar a los sectores internos que clamaban venganza por el bombardeo de Damasco y para demostrar a su enemigo que cuenta con proyectiles capaces de golpear en sus bases.
«El próximo será más fiero», fue el titular de Tehran Times para describir el ataque con el que Irán da por zanjada su venganza por el ataque sufrido la Guardia Revolucionaria en Damasco. Estados Unidos también parece tener la misma opinión de querer dar por terminado este capítulo y Joe Biden habría comunicado a Benjamín Netanyahu que no están dispuestos a tomar parte en una respuesta. Lo que ocurre es que la última palabra la tiene Netanyahu y esta misma tarde el gabinete de guerra se reunirá en Tel Aviv para adoptar las medidas que estimen oportunas. El Consejo de Seguridad de la ONU también se reunirá en las próximas horas por petición del representante de Israel.
Palabra de Jamenei
Israel asesinó a siete altos cargos de la Guardia Revolucionaria en Damasco el 1 de abril. Fue un bombardeo que cruzó una línea roja y desde Teherán clamaron venganza de manera inmediata. El Líder Supremo, Ali Jamenei, es quien decide qué hacer en este tipo de decisiones y sus primeras palabras recogieron que la respuesta sería una respuesta directa de Irán. Esta respuesta rompió con la estrategia defendida por la república islámica desde su fundación, que siempre había apostado por la guerra indirecta a través de proxies como Hizbolá en Líbano.
En las calles de Teherán grupos de seguidores del régimen celebraron durante la noche la noticia del ataque y se congregaron en las principales plazas. Los sectores más radicales del sistema islámico pedían una respuesta contundente a los asesinatos de Damasco y el Líder Supremo decidió dar un paso que ni Jomeini se atrevió a dar como fue el de atacar de manera directa a Israel.
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